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Versiones cruzadas del carrusel

Acusación del exsecretario de Salud de una supuesta ‘vaca’ de $2.500 millones para entregarle dinero a la Fiscalía, lo tiene enfrentado con el testigo estelar de este proceso.

Juan David Laverde Palma
13 de septiembre de 2013 - 09:14 p. m.
Versiones cruzadas del carrusel

Después de dos años de capotear acusaciones por su participación en el carrusel de la contratación en Bogotá, con el agua al cuello, detenido en La Picota con el exsenador Iván Moreno —de quien denunció amenazas y matoneos en la cárcel—, el exsecretario de Salud Héctor Zambrano quiere contarle a la justicia su verdad. El problema es que las declaraciones que ha dado han sido tan gaseosas, algunas incluso contradictorias con el expediente, que testigos claves del proceso y otras fuentes consultadas por El Espectador están más sorprendidos que emocionados por su colaboración.

Ayer trascendió que Zambrano le dijo a la Fiscalía que el testigo Emilio Tapia y dos abogados más (Jimmy Forero y Enrique Mora) lo citaron a una reunión un domingo a finales de 2011 para exigirle que no mencionara a Emilio Tapia o que dijera que no lo conocía, si lo llamaban a declarar. Esta versión la entregó el pasado 12 de julio y está consignada en un interrogatorio de cuatro páginas en poder de este diario. Según contó Zambrano, en dicho encuentro con Tapia, llevado a cabo en la casa del contratista, donde había “hombres armados”, le pidieron plata para una ‘vaca’ de $2.500 millones.

Ese dinero, dijo, supuestamente era para ‘cuadrar’ el proceso del carrusel y supuestamente eso ya estaba coordinado con el entonces fiscal del caso José Ricardo González. Zambrano relató que les dijo que no tenía plata, pero que guardaría silencio. Además, que ellos le insistieron en que tramitara una cita con el gerente del Acueducto para que Mora obtuviera un contrato de $500 millones para la ‘vaca’ que estaría coordinando un hombre llamado Henry Anaya. Meses después, en abril de 2012, añadió Zambrano que volvieron a pedirle los $500 millones “para dar solución a mi situación en la Fiscalía”.

Al final, sostuvo, entregó $80 millones para Anaya, quien supuestamente oficiaba como razonero de los Moreno, al punto de advertirle: “Ojo con lo que va a decir de ellos”, porque podía meterse en problemas. Zambrano manifestó que el detenido contratista Julio Gómez le comentó que tuviera cuidado con Anaya y que no hablara de Iván Moreno porque “podía atentar contra mi vida”. Agregó que en alguna ocasión el exasesor de la Alcaldía Leonardo Echeverri lo visitó para decirle que jamás mencionara a los Moreno y que ha recibido presiones para que callara todo con el mensaje, aun en prisión, de que pronto pasaría la tormenta.

Zambrano contó que cuando llegó a la cárcel, el 25 de abril de este año, lo abordó Iván Moreno para decirle que no se dejara presionar por la Fiscalía y que debía guardar silencio. “Posteriormente recibí mensajes de terceras personas, algunos internos y también guardias (del Inpec) para que tuviera cuidado con cualquier declaración que fuera a dar en relación con los Moreno (...) En una ocasión Iván Moreno me dijo que tuviera paciencia, prudencia, y que no declarara lo que yo conociera (...) Luego varios guardias me decían que Iván tenía mucho poder, que tenía guardias a su disposición”. Por último dijo que muchos en la cárcel lo buscaron para herirlo.

Su versión de estas presiones y sobre todo de la ‘vaca’ parece tener muchas inconsistencias. El exfiscal José Ricardo González le dijo a El Espectador: “Jamás tuve contactos ni directa ni indirectamente con el señor Héctor Zambrano. No tiene sentido eso de una supuesta ‘vaca’, ya que para ese momento Emilio Tapia ya estaba en proceso de colaboración con la Fiscalía, estaba sometido a la justicia y ya había declarado contra Zambrano. Y si la tesis era beneficiar a los Moreno, le digo: a Iván yo no podía investigarlo y a Samuel fui yo quien lo acusó y lo metí a la cárcel”.

Emilio Tapia añadió que esto es una venganza de Zambrano, porque él entregó las pruebas que hoy tienen en prisión al exsecretario. “Yo he sido el principal testigo en este caso. En mi marco de colaboración la primera persona de la que hablé fue Zambrano. Él no está tratando de colaborar con la justicia sino de desquitarse, además metiendo a personas honorables. ¡Cuál ‘vaca’ para el doctor José Ricardo González si él fue quien investigó a fondo el carrusel y estaba dando resultados! A Jimmy Forero lo he visto una sola vez en mi vida. A Anaya también. Yo le pido a Zambrano que muestre las pruebas y los contratos en el Acueducto”, advirtió.

Fuentes consultadas por El Espectador manifestaron que les preocupa que Zambrano pueda estar plantando medias verdades en el expediente con el fin de enredarlo aún más. “Hay un fin claro y es atacar a Tapia y no se entiende, ya que ha sido él uno de los principales colaboradores de la Fiscalía”, sostuvo un investigador. Al margen de estas consideraciones, la Fiscalía evalúa lo dicho por Zambrano. En su marco de colaboración aparecen los hermanos Moreno, el excontralor Miguel Ángel Moralesrrusi, el expersonero Francisco Rojas Birry, varios concejales, el asesor Juan Varela e incluso tres miembros del Polo, uno de los cuales ha sido denunciante del carrusel, como Carlos Vicente de Roux.

El Espectador conoció el cuadro de colaboración de Zambrano en la Fiscalía, en donde reseña el nombre de su acusado, el delito cometido, los hechos en los cuales se ofrece como testigo y el nombre de la persona que puede corroborar su testimonio. Emilio Tapia y los demás mencionados por Zambrano le dijeron a este diario que lo denunciarán por injuria, calumnia y falso testimonio. Mientras la Fiscalía depura los datos y constata las acusaciones del exsecretario de Salud, queda claro que hay un cruce de intereses en el expediente y en los entretelones del carrusel una pugna entre testigos que puede minar la credibilidad de este caso.

Por Juan David Laverde Palma

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