Descubren evidencia de una religión que veneraba cráneos humanos

Los hallazgos se hicieron en las montañas de Turquía, donde en 1995 los investigadores descubrieron el templo religioso más antiguo del mundo.

Redacción ciencia
29 de junio de 2017 - 02:29 p. m.
Las marcas en los cráneos fueron hechas poco después de la muerte y posiblemente servían para pasar cuerdas para sostener las mandíbulas. / Pixabay
Las marcas en los cráneos fueron hechas poco después de la muerte y posiblemente servían para pasar cuerdas para sostener las mandíbulas. / Pixabay

Las tres cabezas ya habían sido despojadas de su carne cuando una mano les clavó la piedra afilada que dibujó en el hueso tres ranuras profundas y rectas que atravesaron los cráneos desde el frente hacia atrás y que culminaban en un hueco en la parte superior del hueso. El templo donde fueron depositadas, Göbekli Tepen, estaba ubicado en las montañas de Turquía.

Sus constructores —cazadores-recolectores que probablemente no conoció la agricultura— no lo sabían, pero muchos milenios después, ese lugar se convertiría en el primer templo del que los seres humanos tienen noticia. Y, tres calaveras talladas, en la prueba de que un “culto al cráneo” tuvo cabida ese lugar.

Un grupo de arqueólogos encontró junto a las tres calaveras, cientos de huesos de animales y una estatua de una figura arrodillada sosteniendo una calavera en sus manos. “Esto es completamente nuevo, no hay modelo similar. Lo que parece indicar es que había un ritual para reutilizar los cráneos después de la decapitación”, señaló uno de los investigadores, Gary Rollefson.

El hueco en la parte superior de las calaveras, parece indicar que éstas eran colgadas por los cazadores- recolectores al interior del monumento, ubicado en la cima de un monte, muy cerca de la frontera con Siria. El templo contaba con múltiples cámaras y altos pilares, en forma de T, rodeados por anillos de piedras talladas con relieves de jabalíes, zorros, escorpiones, serpientes y grandes felinos.

Lee Clare, coordinador de las excavaciones en Göbekli Tepe, explicó que el uso decorativo de cráneos era una práctica extendida en varias comunidades neolíticas. Las calaveras de enemigos poderosos o de líderes destacados adquirían una dimensión mágica para estos seres humanos.

El primer templo de la historia humana

Con vista de todo el panorama de las montañas turcas, el templo Göbekli Tepe fue construido aproximadamente hace 12.000 años. Según Klaus Schmidt, el arqueólogo que descubrió el templo en 1995, las tribus nómadas viajarían cientos o miles de kilómetros para visitar este, el primer templo del que tengamos noticia.  

Por su antigüedad, este lugar es único en el mundo:  de acuerdo con Lee Clare, “estos cazadores estaban en una época de transición, se asentaron aquí cuando aún no se había inventado la agricultura ni las clases”. Precisamente por eso, Clare asegura que es difícil hablar de una religión. No obstante, el investigador asegura que esa pudo ser la semilla de una sociedad más compleja.

En entrevista con el diario El País del España, el arqueólogo señaló que “construir este lugar requirió un importante trabajo comunal y después sirvió como un punto de encuentro donde posiblemente la gente intercambiaba información, conocimiento o incluso resolvía sus conflictos de forma pacífica. Probablemente no estamos solo ante el primer templo del mundo, sino también ante el primer lugar social”.

La importancia de este lugar llega hasta los orígenes de la civilización misma. Göbekli Tepeb sugiere que, contrario a lo que se creía, las religiones complejas sí existieron antes de que la agricultura pudiera proveer a las comunidades con comida de sobra. Lo que señala el templo es los cazadores recolectores pudieron haber domesticado cultivos con el fin de tener comida disponible para los trabajadores encargados de levantar este tipo de monumentos.

No obstante, la construcción de este templo todavía es un misterio. A la fecha,  no se han encontrado rastros de casas ni tumbas en los alrededores, que pudieraninicar un asentamiento humano. Tampoco hay rastro alguno de animales domésticos o cultivos en esa zona.

Por Redacción ciencia

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