La innovación, en manos de los jóvenes

Isis Shiffer, una ingeniera industrial de 28 años, recién graduada del Instituto Pratt de Nueva York, en Estados Unidos, es la creadora de EcoHelmet, un casco para ciclistas hecho de cartulina.

Redacción Ciencia
18 de noviembre de 2016 - 03:30 a. m.

Su invento, que además se caracteriza por ser reutilizable, biodegradable, económico y cómodo para transportar, se llevó el premio 2016 de la Fundación James Dyson, un prestigioso galardón que reconoce la creatividad y la innovación de jóvenes en todo el mundo.

El casco está diseñado bajo el concepto de un panal de abejas, “capaz de absorber golpes duros y extender el impacto de forma uniforme alrededor de la cabeza. También está recubierto por una cera biodegradable, a base de maíz, que lo hace resistente al agua”, explica Shiffer en su página web.

La idea nació después de un viaje de un año por el extranjero haciendo recorridos en bicicletas públicas y alquiladas que muchas veces no ofrecían el servicio de casco para protegerse. Así que Shiffer decidió crearlo, pensando en algo económico, práctico y seguro para los viajeros.

EcoHelmet se pliega en forma de acordeón hasta alcanzar el tamaño de un banano y es lo suficientemente compacto para transportarlo en un bolso. La idea es que pueda conseguirse en máquinas expendedoras por un valor de cinco dólares, para que la gente lo compre en cualquier momento durante su recorrido.

El premio James Dyson también se lo llevaron otros dos proyectos: Medella y Respia.

Katherine Kawecki, diseñadora industrial de la Universidad New South Wales, en Australia, es la creadora de Respia, un parche para asmáticos que monitorea la salud respiratoria del usuario y el uso de medicamentos. Se trata de un completo rediseño de los inhaladores de aerosol y el primer parche del mundo que rastrea la salud respiratoria.

“Un estimado de 300 millones de personas en el mundo sufren asma. Aproximadamente 250.000 mueren prematuramente cada año por esto, aunque casi todas sean muertes evitables. Como asmática, quería crear una mejor experiencia para que el usuario conociera y manejara mejor su condición”, explica Kawecki.

Por su parte, Huayi Gao, ingeniero y experto en nanotecnología de la Universidad de Waterloo, en Canadá, ganó por el proyecto Medella, una lente de contacto con un sensor en su interior que puede monitorear continuamente los niveles de glucosa del usuario.

Después de analizar la concentración de glucosa en la película lagrimal (tres capas muy delgadas que cubren el ojo), el sensor transmite sus lecturas al teléfono móvil de la persona para que pueda administrar mejor su tratamiento para la diabetes.

Por Redacción Ciencia

 

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