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Investigador de U. Nacional le dará de comer papel a las ovejas

El proyecto, que involucra a una docena de ovinos, evaluará la utilidad de completar 15% de la dieta de los animales con residuos de papel. En el futuro podrían usarse para vacas.

Redacción Vivir
13 de mayo de 2016 - 12:49 a. m.
Ovinos y bobinos tienen una flora intestinal capaz de degradar la celulosa.  / Unimedios.
Ovinos y bobinos tienen una flora intestinal capaz de degradar la celulosa. / Unimedios.

La región lechera de Ubaté, a una hora en carro de Bogotá, será el epicentro de un interesante experimento a cargo de investigadores de la Universidad Nacional. Las 100 toneladas de residuo de papel que deja al día una empresa, se convertirán en parte del menú para una docena de ovejas y, con el tiempo, podría serlo para vacas lecheras.

La Agencia de Noticias de la universidad informó que se trata de una iniciativa a cargo del zootecnista de la Universidad Nacional, George Jaime Tenjo con la que se pretende atacar dos problemas en la región; el primero, evitar que estos residuos se conviertan en contaminantes, y segundo, que una parte del papel se convierta en ración para los vacunos, ideal en “épocas de vacas flacas” por falta de alimento para el ganado de pequeños y medianos productores.

No se trata de que la totalidad de la dieta de los animales consista en residuo de papel. De acuerdo a los cálculos del investigador, la idea es que representen tan sólo el 15 % del alimento diario. El 85 % restante seguirá siendo la comida convencional.

El proyecto, que cuenta con una inversión inicial de 64 millones de pesos, empezará con una docena de ovejas ya que poseen el mismo metabolismo del ganado. Si los resultados son positivos, el investigador y su equipo creen que podría extrapolarse a las vacas.

“La falta de lluvias durante ciertas frecuencias de tiempo incide en la ausencia de forraje o pastos para alimentar el ganado”, informó la agencia, “dado que los residuos de papel tienen un componente de celulosa, que también forma parte en una proporción del que tienen los pastizales, este puede reemplazarse en la nutrición del ganado”.

El proyecto reviste una importancia económica ya que la mayoría de soluciones para los residuos celulósicos, como el papel, se han enfocado en la producción de biocombustibles. Gracias a la poderosa flora intestinal presente en el rumen de ovinos y bovinos, capaz de degradar la celulosa, el papel podría encontrar una nueva utilidad. “Se conjugan una serie de bacterias que actúan sobre el sustrato, en este caso la celulosa, para llevar a cabo una fermentación y dar energía al animal”, explicó el zootecnista, candidato a magíster en Producción Animal de la U.N.

Si los pequeños y medianos productores no están preparados para un nuevo fenómeno, “pueden enfrentar problemas serios: muerte de animales, tener que venderlos porque no tienen qué darles de comer, y los que tienen un poco de material, probablemente, no van a alcanzar las producciones que normalmente deberían tener”, afirma el experto.
 

Por Redacción Vivir

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