¿Por qué los humanos perdieron el hueso del pene?

Muchos de nuestros parientes en la evolución como los bonobos y los chimpancés conservaron un hueso en sus órganos genitales. Investigadores revisaron 145 millones de años de historia.

Redacción Vivir
17 de diciembre de 2016 - 04:41 p. m.
Hueso del pene de un macaco. / Didier Descouens/Muséum de Toulouse/Wikimedia Commons
Hueso del pene de un macaco. / Didier Descouens/Muséum de Toulouse/Wikimedia Commons

Durante la evolución algunos rasgos han permanecido relativamente estables y otros han cambiado dramáticamente entre especies animales. Los órganos sexuales han sido uno de los más variables. Y el “báculo”, o hueso del pene, es considerado por los biólogos como el “más diverso de los huesos”. Su grosor, extensión y forma cambia sustancialmente entre unas especies y otras.

Una pregunta que ha intrigado a los científicos es por qué especies como los chimpancés y bonobos conservaron un hueso en sus penes pero los humanos lo perdieron. Matilda Brindle y Christopher Opie, del departamento de antropología del University College de Londres, se dieron a la tarea de revisar la historia natural de los mamíferos para intentar una respuesta. Querían comprobar o descartar la hipótesis según la cual la presencia de un hueso en el pene aumenta el éxito reproductivo permitiendo coitos más prolongados y por lo tanto evitando la cópula con otro macho.

Al buscar pistas en el árbol genealógico con más de 5020 mamíferos, reconstruyeron la historia del hueso del pene. Descubrieron que el báculo apareció entre 145 y 95 millones de años. “Este estudio ha sido el primero en demostrar que la presencia del báculo está correlacionada con la duración de la cópula durante la evolución de los primates”, anotaron los dos científicos en el artículo publicado en Proceedings of the Royal Society B.

También demostraron que el hueso del pene incrementaría el éxito sexual de un individuo al retrasar el tiempo del próximo encuentro sexual de las hembras.  Entre las especies polígamas, donde múltiples machos se aparean con múltiples hembras, como los chimpancés o bonobos pero no en los humanos, se crea una intensa competencia para la fertilización. Una manera biológica de reducir el acceso de las hembras a un nuevo compañero sexual es prolongando los encuentros. En ese contexto, creen los investigadores, la presencia de un hueso en el órgano reproductor masculino sirve de soporte al pene.

La nueva evidencia llevó a los dos antropólogos a concluir que la hipótesis del éxito sexual asociado al hueso del pene sigue siendo robusta.

 

Por Redacción Vivir

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