En la película Marte, estrenada a finales de 2015, el astronauta Mark Watney (Matt Damon) debe hacerle frente a cuatro largos años de soledad en el planeta rojo. Luego de superar el accidente que lo aparta de su tripulación, su principal preocupación es la escasez de alimentos que hay en la base de operaciones. Los suministros apenas le alcanzarán para 309 días. Su solución, entonces, es cultivar. Cultivar papa para sobrevivir al hambre.
Aunque la escena pertenece a la ficción, Drew Goddard, su guionista, no estaba tan alejado de la realidad. Sembrar tubérculos en Marte es una idea que ha rondado en la cabeza de varios científicos y que ya empieza a arrojar los primeros resultados. Resultados, en palabras del ecologista Wieger Wamelink, muy prometedores.
Wamelink es uno de los líderes del equipo de investigadores de la Universidad de Wageningen, en Países Bajos, que ha tratado de comprobar qué tan factibles podrían ser los intentos de Matt Damon. Hasta el momento se ha pensado que aunque diera resultado establecer un cultivo, los altos niveles de metales pesados de ese planeta impedirían comer cualquier alimento proveniente de su tierra.
Sin embargo, ese equipo de científicos está a punto de comprobar lo contrario. Desde 2013 han logrado recaudar diez cultivos de tomates, rábanos, centeno y arvejas. Los análisis de la siembra, hecha sobre un suelo que simula la superficie de Marte y que fue construido con ayuda de la Nasa, indican que los niveles de metales peligrosos no son tan altos como para no poder consumirlos.
“Es importante probar la mayor cantidad de cultivos como sea posible, para asegurarse de que los colonos en Marte pueden tener acceso a una amplia variedad de diferentes fuentes de alimentos", le dijo Wamelink al diario inglés The Guardian.
La idea del experimento es seguir sembrando nuevas verduras o tubérculos antes de que se concrete la posibilidad de hacer un viaje tripulado a Marte. Si se llega a materializar en las próximas décadas, los científicos quieren estar seguros que ni el cadmio, ni el cobre ni el plomo pueden colarse en una papa y afectar la salud de un astronauta.