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Arte contra la pared

La reconocida coreógrafa brasileña presentará en el Teatro Jorge Isaacs, de Cali, y en el Teatro Mayor, en Bogotá, su espectáculo ‘Velox’.

Juan Carlos Piedrahíta B.
01 de junio de 2013 - 09:00 p. m.
Arte contra la pared

Para la coreógrafa Deborah Colker el cuerpo es como una orquesta. Tiene elementos de percusión, como los pies; instrumentos de viento, como los brazos, que otorgan la posibilidad de los grandes desplazamientos en el aire, y componentes de cuerda que permiten la conexión entre una parte y otra. Además de los músicos habituales de una agrupación en gran formato, debe haber un director de orquesta y ése siempre es la cabeza, que comanda las exploraciones artísticas, la generación de nuevas alternativas estéticas y, lo más importante que existe en la danza contemporánea, la transmisión de emociones.

Luego de crear la similitud entre el cuerpo y la orquesta, Colker se arriesga más y afirma que puede ser también como una gran edificación cuya estructura, desarrollo y embellecimiento complementario dependen de cada quien. Hay que nutrirlo para que adquiera geometría, dinámica y movimiento.

Sobre estas premisas es que la coreógrafa ha diseñado sus espectáculos, en los que trata de vincular la danza contemporánea con otras disciplinas, como la música, el teatro y las artes visuales, sin olvidarse de establecer una estrecha relación con la cotidianidad de la gente, que es en últimas la autorizada para aprobar o no una puesta en escena.

“Cuando empecé con mi compañía, a la gente le parecía aburrida la danza y creía que el teatro era un somnífero. Con Velox y otras de nuestras propuestas se dio cuenta de que no, que las artes pueden llegar a ser muy divertidas. Fue una investigación extensa en mi trabajo y que se simplifica con la relación entre movimiento y espacio. A partir de ahí todo mi trabajo incluye ese ingrediente muy importante para acercar al público”, comenta Deborah Colker.

Desde que tomó la decisión de crear su propia compañía se propuso vincular todas las corrientes de la danza contemporánea. A través de este arte se pueden expresar manifestaciones artísticas como la poesía o la magia, pero también se incluyen sensaciones y sentimientos. Con su trabajo, ella ha puesto a conversar a la danza con la literatura, la filosofía, la música y hasta la arquitectura.

El elemento principal de la danza es el cuerpo del bailarín y él puede hablar, crear y sentir emoción. La obligación para una coreógrafa es crear entonces un lazo sólido entre ese cuerpo y el espacio, pero además debe haber un conector atractivo para la gente. La danza, según Colker, puede comunicar los impulsos más primarios hasta las concepciones más elaboradas del intelecto.

“Para mí, Velox es muy importante, porque fue el primer éxito de la compañía y nos atrevimos a realizar la coreografía en la pared vertical. Ese montaje se conoce en casi todo el mundo porque, gracias a esa pared, el Circo del Sol me invitó a trabajar con ellos. Lo más bonito de ese espectáculo es que muchas personas que nunca habían asistido al teatro se sintieron motivadas a pagar una boleta y entrar a un show”, afirma Colker, para quien es relevante ocupar espacios con los cuerpos y crear montajes intrépidos sobre el escenario.

Con los años de experiencia, la brasileña llegó a la conclusión de que no ha resultado tan benéfico para la danza relacionarse con performance, con videos y con todos esos elementos tecnológicos modernos. La razón fundamental es que se han inventado muchas corrientes del baile que no tienen técnica y que carecen de magia. Deborah Colker es una defensora de la técnica, porque cuando el bailarín la tiene es libre de crear, de innovar. Ella ha encontrado su propio camino y después de ver muchos espectáculos cree que la danza contemporánea debe ser estética, precisa, limpia y comunicativa.

“Cuando vamos a estrenar un espectáculo, entonces se acaban las improvisaciones para mí. En cambio, en el proceso creativo, que puede durar tres años, sí que hay espacio para eso. Sin embargo, durante las presentaciones a veces pasan cosas imprevistas y hay que solucionarlas con creatividad”, dice Deborah Colker, quien ha llevado por cuatro continentes su espectáculo Velox, montado hace 19 años y reelaborado para conmemorar las dos décadas de funcionamiento de la compañía. Tan sólo le falta África hasta donde piensa llegar para explicar que el cuerpo es como una orquesta.

Cali, miércoles 5 de junio, Teatro Jorge Isaacs. Bogotá, sábado 8 de junio, 8:00 p.m., Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, calle 170 Nº 67-51. Informes y boletería: www.cinecolombia.com.

 

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

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