El Magazín Cultural

“Las bodas de Fígaro”: una historia de amores y engaños

Cartagena, atractivo destino de bodas, será testigo de esta ópera centenaria que ensalza la inteligencia de unos súbditos por encima de sus amos. Se trata de una crítica contundente en la época de los absolutismos, justo antes de la Revolución francesa.

Octavio Martínez
13 de enero de 2017 - 04:05 a. m.
Joaquín Sarmiento
Joaquín Sarmiento

El Cartagena Festival Internacional de Música, en alianza con el Spoleto Festival Dei 2 Mundi, engalana la undécima versión de una de las fiestas musicales más importantes de Colombia con la presentación de Las bodas de Fígaro, obra que relata una historia de amores y engaños, así como las relaciones entre amos y siervos propias de la sociedad de la Italia del siglo XVI. (Lea también: Prográmese con el Cartagena XI Festival Internacional de Música)

La ópera, estrenada en Viena el 1º de mayo de 1786, hace parte de una trilogía creada por el dramaturgo francés Pierre-Agustin Caron Beaumarchais, que después fue adaptada literariamente por el libretista Lorenzo da Ponte y musicalizada por Wolfgang Amadeus Mozart, quienes, aprovechando su antipatía por el emperador de Austria, escribieron en italiano para que el monarca no entendiera su contenido y así burlarse de las relaciones de poder impuestas por el sistema de gobierno.

Los cuatro actos en que se divide la ópera relatan el proceso de la boda de Fígaro con Susana, siervos en la casa del conde de Almaviva, quien desea poseer a la joven antes que su prometido, según la costumbre del momento. Sin embargo, él mismo había deshecho esa ley con anterioridad, así que intenta por todos los medios sacar del camino a Fígaro mediante presión, sin saber que su víctima cuenta con el respaldo de don Bartolo, doctor en leyes, y Marcelina, ama de llaves de palacio. Simultáneamente, la condesa desea recuperar el amor de su marido, quien con la ayuda de Fígaro y de Susana atrae de nuevo la atención perdida. (Vea también: Conciertos gratuitos del Cartagena XI Festival Internacional de Música)

La ópera, dirigida por el sudafricano Gérard Korsten, cuenta con escenógrafos de la talla de Dante Ferretti y Francesca Lo Schiavo, ganadores de tres premios Óscar. La ejecución de las partituras de Mozart correrá por cuenta de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. Por su parte, el guión cobrará vida gracias a la actuación de once solistas: Eva Mei, Andrea Concetti, Elena Belfiore, Serena Gamberoni y Vittorio Prato, de Italia, y Alexis Trejos, Alejandra Acuña, Hans Mogollón, Julieth Lozano, Pablo Martínez y Juan David González, de Colombia. Al elenco se une el Coro de la Ópera de Colombia, que desde el foso y la platea del teatro Adolfo Mejía, escenario elegido para la ocasión, tendrá la misión de conquistar a los asistentes con un espectáculo que trae al Caribe una obra centenaria que ha recibido las mejores críticas y se ha exhibido en algunos de los escenarios más representativos de Europa.

Por ejemplo, desde el Viejo Continente fueron transportados en un contenedor todos los elementos necesarios para lograr una presentación memorable: vestuarios de la época, luces, escenografías, telones, detalles, mobiliario, accesorios y maquillaje. El proceso de montaje empezó en los primeros días de enero. Según Ottorino Neri, director técnico de la ópera, en Spoleto la elaboración de la infraestructura tardó entre dos y tres meses, mientras que en Cartagena lo han hecho en 10 días, alternando el uso del teatro con las funciones programadas.

“Ha sido un trabajo duro porque el teatro de Cartagena es más pequeño que el de Italia, lo cual ha implicado adaptar las medidas de la escenografía original, sin afectar en nada la esencia del espectáculo. Es una obra hecha con pura matemática y geometría”, afirma Giorgio Ferrara, director escénico, quien con minuciosidad corrige una y otra vez cada una de las escenas en los ensayos que se prolongan entre cuatro y cinco horas diarias.

Para Antonio Miscenà, director general del Festival, “la presentación de Las bodas de Fígaro en Cartagena es un acto sin precedentes, con un extraordinario nivel de detalle y calidad, muy refinado, que enseña a valorar la dignidad de todas las personas: el rico tiene que respetar al pobre y viceversa”.

Hoy, a las 7:00 p.m., es la primera de las dos funciones de la ópera en la ciudad. El domingo 15 de enero a las 5:00 p.m. se podrá apreciar por segunda vez. Para el Festival es una oportunidad privilegiada que permite el intercambio artístico y cultural de dos importantes eventos que celebran la música clásica, promueven el amor por lo estético y estimulan la apreciación del arte con un sentido que trascienda de lo fastuoso a lo simple.

Por Octavio Martínez

 

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