El Magazín Cultural
Publicidad

Citizen Art Days: La jornada del arte ciudadano

Bogotá fue escogida para llevar a cabo la primera visita a Colombia del proyecto Citizen Art Days, una estrategia de intercambio cultural para que los artistas y ciudadanos se adueñen de su entorno.

David Otero
09 de febrero de 2014 - 04:59 p. m.
Citizen Art Days: La jornada del arte ciudadano

La ciudad fue el marco y la calle el lienzo sobre el que se dibujan los sueños, anhelos, deseos y reclamos de los artistas que desean apropiarse del espacio que habitan, un espacio que buscan transformar y en el que esperan ser escuchados utilizando al arte como intercesor.

Todo esto ocurrió en el marco de Citizen Art Days, una propuesta de intercambio cultural que surge, según María Linares, artista colombiana radicada en Berlín, a partir de una propuesta de Óscar Ardila, curador de la exposición ‘Campos de Memoria’, exportada a Alemania gracias a los estímulos de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño.

María Linares, además de presentar su proyecto Suffer en ‘Campos de Memoria’, es parte del colectivo Parallele Welten (Mundos paralelos), junto a los artistas alemanes Kerstin Polzin y Stefan Krüskemper.

“La idea es realizar los Citizen Art Days aquí en Bogotá, y como el nombre lo dice, es un arte realizado con todos los ciudadanos, no es un artista que viene y pone algo para ver. Es participativo y se ocupa de los problemas del espacio público”, explicó María Linares a El Espectador.

“Nosotros estuvimos antes de venir a Bogotá en Bangalore, India, y la gran diferencia que vemos es que aquí hay una gente que está muy entusiasmada y que cuenta ya con una cantidad de redes y de iniciativas establecidas sobre las que se puede trabajar, entonces el trabajo por supuesto ha sido mucho más fructífero” , enunció por su parte Stefan Krüskemper.

Esta es una visión que confirma Catalina Villamizar, miembro del colectivo Sembrando Barrio, el cual, aboga por la divulgación de prácticas de agricultura urbana, reciclaje y manejo adecuado de desechos.

“La idea es hacer red, dejar ese ‘mi proyecto, ‘mi colectivo’. Todos estamos haciendo, primero, lo que nos corresponde, porque esto nos corresponde a todos; y segundo, es para todos, no tiene importancia en lo individual, es para el beneficio de la comunidad, que fue lo que tuvimos en común con Citizen Art Days”, señaló Villamizar.

Además de Sembrando Barrios, otros colectivos artísticos se sumaron a la actividad, logrando que el Centro de Memoria Histórica se convirtiera en el lugar de los múltiples talleres que se llevaron a cabo en este pequeño festival de la intervención participativa.

Una acción, que comenzó el lunes 3 de febrero y finalizó el sábado 8, buscando dar vida a las paredes de este monumento a la memoria construido sobre terrenos que anteriormente fueron propiedad del Cementerio Central. Las paredes del Centro de Memoria, y también sus alrededores, fueron testigos de la forma en la que la vida se transforma en el relato mismo de las personas que añoran un cambio desde la participación y las voces múltiples.

Katja Kessing, directora del Goethe Institut, una de las asociaciones que permitieron que este proyecto se llevase a cabo, describe esta jornada como “una experiencia única, traer este grupo de artistas, aquí en Bogotá existen más de esos procesos comunitarios, pero me pareció muy interesante hacer esto acá, en el Centro de Memoria. Aquí se debe hablar de la memoria, se debe compartir, se deben intercambiar opiniones sobre lo que pasó en el pasado y construir el futuro, en conjunto”.

Los tres integrantes de ‘Mundos Paralelos’ han visto en Bogotá un espacio fértil para que crezcan las redes de apoyo en las artes. “Ver que la gente se emociona con este concepto y participa activamente es realmente motivador y muy inspirador”, aseguró Kerstin Polzin a El Espectador.

En la jornada por el arte ciudadano la calle 26, a la altura de la entrada sur de la estación de Transmilenio ‘Centro Memoria’, se convirtió en un río, donde los artistas navegaban entre automóviles y transeúntes llevando a cabo su clamor de ayuda para nuestros recursos hídricos olvidados, mientras que los jardines del Centro de Memoria cobraban vida, gracias a los relatos, fotografías, costuras, recetas y siembras que se convierten en la narrativa de un circuito naciente de artistas de lo urbano.

Por David Otero

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar