El Magazín Cultural
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Conspirando en universos ajenos

El cantautor español deja la comodidad de su sonido y recurre a ritmos propios de América Latina para ambientar historias protagonizadas por el alto contenido social.

Juan Carlos Piedrahíta B.
26 de noviembre de 2014 - 04:15 a. m.
El cantautor español Ismael Serrano grabó su nueva producción discográfica entre Madrid y Buenos Aires.  / Cortesía Sony Music
El cantautor español Ismael Serrano grabó su nueva producción discográfica entre Madrid y Buenos Aires. / Cortesía Sony Music
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A Ismael Serrano lo atacó el fenómeno de la subestimación. Durante muchos años concentró su proceso musical en los alcances de la guitarra como cómplice a la hora de componer. Exploró los linderos de la denominada nueva canción y le aportó su sangre joven a temáticas con altos contenidos sociales.

Sus influencias, hasta donde había podido establecer, tenían su misma nacionalidad. Sin embargo, después de descansar del proceso agotador de su anterior registro, Todo empieza y todo acaba en ti, se dio cuenta de que su perfil podía incluir sonidos apartados en kilómetros geográficos pero cercanos en sentimientos e ideologías.

Dedicó varias jornadas de escucha a algunos ritmos de América Latina y encontró más que coincidencias entre lo que se hacía en un continente que hasta ahora sólo recibía sus canciones y las cantaba sin contemplaciones, y sus ideas genuinas sobre la armonía y la rítmica. Se incluyó entonces en universos sonoros ajenos y tomó la iniciativa de conspirar a partir de ellos, sacándole provecho a la multiplicidad melódica que los caracteriza.

“Para mí La llamada es un recorrido por Latinoamérica y por gran parte de mis referencias actuales. Por eso hay canciones que tienen que ver con el pop y otras relacionadas con una sonoridad cercana al folclor europeo, pero sobre todo quiero resaltar que el peso de la mayor parte de las canciones es el ritmo tradicional latinoamericano, con estilos como el son, la samba, la bachata y la misma llamada, que es un estilo de carnaval uruguayo”, cuenta Ismael Serrano, quien compuso trece canciones y le puso llave a la inspiración para que no pudieran entrar otras creaciones de surgimiento espontáneo.

Este disco fue grabado en varios lugares. Serrano registró las percusiones en Madrid, mientras que los arreglos de cuerdas fueron realizados en Buenos Aires, y reservó las participaciones de la orquesta en pleno para Los Ángeles, en donde encontró el complemento ideal para su propuesta, que en esta oportunidad, y por primera vez en su trayectoria, contemplaba la interpretación de estilos bailables como el son, la samba y la bachata.

“Creo que a la hora de componer las canciones de La llamada todo partió de la armonía y la melodía. Recuerdo que tomé la guitarra y me centré en las armónicas inicialmente para después desarrollar la letra. Lo que tiene parecido a los demás registros es que aquí también hay un empeño por darle un vuelo poético a mis creaciones y hay un aire reivindicativo en alguna de ellas. Este álbum me dio pie para hacer las paces con muchas cosas de las que estuve distanciado por mucho tiempo”, confiesa el artista español que cita a Silvio Rodríguez y a Kurt Cobain para escenificar su adolescencia en el tema Éramos tan jóvenes.

La Llamada es un periplo por varios destinos del nuevo continente. Es una aproximación sincera a algunos ritmos latinoamericanos desconocidos para Ismael Serrano, y es la respuesta a una motivación por apropiarse sin restricciones de los sonidos de una cultura ajena. Este trabajo discográfico surgió desde el ensayo y el error. El artista español convirtió sus espacios creativos en laboratorios para producir canciones y lo único que se exigió fue la presencia decidida de la crítica a la realidad social de su país.

“La realidad social me muestra muchas cosas, pero lo que más me aterra es que después de tantos años de actividad musical creo que quizás no he aprendido nada. Con el tiempo te vas dando cuenta de que manejas más dudas que certezas, cosa que quizás es verdad, y eso no deja de ser una buena enseñanza para uno y para los demás. Finalmente, la edad te va liberando de los dogmas y te hace más permeable, y eso fue lo que sucedió durante el proceso de elaboración de La llamada”, concluye Ismael Serrano.

Este cantautor puso a prueba su capacidad para investigar lo desconocido. Durante varios meses se escrituró algunos ritmos de América Latina y quedó con ganas de seguir conspirando en universos ajenos.

 

jpiedrahita@elespectador.com

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

 

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