El Magazín Cultural

“The deep blue sea”: un manifiesto a la represión

La pieza teatral, construida por Terence Rattigan entre 1949 y 1952, transcurre en la Inglaterra de la década de los cincuenta. Esta historia narra el frustrado intento de suicidio de la joven Hester Collyer. Con la proyección de esta pieza, el 29 de junio, se da inicio a la nueva temporada del National Theatre Live que Cine Colombia trae a sus salas.

Jorge Hugo Marín
23 de junio de 2017 - 04:41 p. m.
Tom Burke y Helen McCrory en “The Deep Blue Sea”. / Richard Hubert Smith
Tom Burke y Helen McCrory en “The Deep Blue Sea”. / Richard Hubert Smith

Es costumbre encontrar en las temporadas del National Teather de Londres un repertorio de lo mejor de sus creadores escénicos, quienes buscan mantener vivo un legado teatral estilizado y privilegiado. Es el caso de The deep blue sea, una delirante y fina pieza teatral construida por Terence Rattigan entre 1949 y 1952. Obra que ha sido llevada en reiteradas ocasiones al teatro, el cine y la televisión británica y europea.

Transcurre en la Inglaterra de la década de los cincuenta. La protagonista es Hester Collyer, interpretada magistralmente por la actriz Helen McCrory recordada por Medea en la temporada 2014 del National Teather, una mujer casada con un reputado juez, mayor que ella, que le proporciona una estabilidad y una buena posición social, pero en su relación no hay pasión. Un buen día, Hester conoce a Freddie, un expiloto de la RAF, aficionado a la juerga y a la bebida, todo producto del tedio y de la monotonía del hombre que ya no está en guerra, donde la calma perturba y cansa y con el que Hester descubrirá los placeres de la vida. Pero ese amor está incompleto, ya que él no le corresponde y no puede proporcionarle la estabilidad que le dio su marido. Ante el temor de regresar a una vida sin pasión, Hester tomará una decisión. quitarse la vida. Todo un melodrama.

La represión producto de la Segunda Guerra Mundial es el telón de fondo para retratar una sociedad inglesa que lucha por adaptarse a los tiempos de paz que han llegado. Los finos y bien construidos diálogos que se interpretan en escena más los detalles cotidianos en las acciones recrean una sociedad puritana, donde la moral y los principios son el deseo prohibido de una mujer que construye un conflicto desafiante.

La joven directora británica Carrie Cracknell habla en diferentes entrevistas de la necesidad de plasmar un tono de intimidad que desde la dramaturgia se plantea, constituyéndose en uno de los manifiestos más trágicos de la vida íntima del autor, creando una estrecha relación entre la muerte de la pareja de Terence con el permanente deseo de suicidio de Hester . Se construye de esta manera una obra llena de susurros, de textos profundos, de personajes complejos, bien construidos y llenos de detalles donde el personaje de Hester logra un agudo y profundo retrato de una clase media que lucha por salir de la desgracia y de los trastornos mentales que la guerra ha dejado.

Una escenografía ambientada en los años cincuenta y un dispositivo escénico en el que las paredes son semitransparentes, donde todos pueden oír lo que a través de ellas se oculta, como una metáfora a la represión, tanto de una sociedad colectiva, como de los instintos humanos puestos en manifiesto a través de una construcción anecdótica, realista y melodramática.

En Colombia, la dramaturgia de Terence Rattigan es poco llevada a escena y conocer su legado dramatúrgico permite entender una sociedad, crear un retrato en detalle.

Atacado por algunos y alabado por otros, la obra de Rattigan hace parte del rico legado que los británicos exponen a la escena del mundo. La producción de esta obra con tan enorme complejidad humana, resulta una visión contundente de una época y es coherente con un sistema escénico que borda un lenguaje conciso y profundo. Una obra que plantea el amor como un fantasma mental. Esos fantasmas de largas sombras que no se reflejan en las paredes y que casi todos conocemos de cerca.

Vale la pena seguir la programación del National Teathre de Londrés a través de la gran pantalla. Un formato interesante para poder acercarnos a la escena europea contemporánea.

Por Jorge Hugo Marín

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