El Magazín Cultural

'El americano perfecto'

El compositor minimalista Philip Glass fue el encargado de elaborar la partitura a partir de un texto de Peter Stephan Jungk.

Juan Carlos Piedrahíta B.
20 de enero de 2013 - 07:58 p. m.
El montaje sobre Walt Disney relata sus últimos años de vida. / Archivo
El montaje sobre Walt Disney relata sus últimos años de vida. / Archivo

Para Philip Glass, la ópera no sólo es la reina de las artes. También debería ocupar los lugares destinados al rey, a las princesas y a los príncipes. Esa particular devoción hacia el canto lírico lo llevó a pensar que a través de esta manifestación musical podía resolver el encargo que le hizo, cinco años atrás, el director artístico del Teatro Real de Madrid, Gerard Mortier. La comisión fue respaldada luego en tono de amable sugerencia por la English National Opera de Londres, y así el compositor norteamericano, considerado uno de los exponentes más importantes del minimalismo, sintió como ineludible el compromiso.

El primer paso para elaborar la ópera sobre los últimos años de Walt Disney (1901 - 1966) fue conseguir el texto del novelista estadounidense, pero formado profesionalmente en Alemania, Peter Stephan Jungk, quien se encargó de desmenuzar la existencia del creador de personajes como Mickey Mouse, Donald y Goofy (o Tribilín). El relato original, cuyo título Philip Glass quiso conservar para su ópera The Perfect American (El americano perfecto), no tiene la intención de ser una cadena de elogios al hombre que se convirtió en un magnate de la industria del entretenimiento.

“Lo que más quería hacer era un buen retrato de un hombre que fue tan ordinario como extraordinario”, manifestó Glass durante su encuentro con los medios de comunicación un día antes del estreno de su pieza en el Teatro Real. Además confesó que uno de sus fragmentos favoritos, porque ni siquiera él ha tenido la posibilidad de ver la ópera completa, es la reunión ficticia que mantienen Andy Warhol (uno de los ídolos de Philip Glass) y el hermano de Walt Disney. Allí, el tema de la discusión es la coincidencia porque ambos dedicaran sus vidas a recrear las bondades de Estados Unidos sin plantearse ninguna de sus debilidades.

El escritor Peter Stephan Jungk, a quien también se le han mostrado algunas escenas del montaje, reconoció que en la ópera de Philip Glass el personaje de Disney quedó mucho más equilibrado que en sus líneas. “Creo que la visión sobre el magnate comenzó a cambiar respecto a mi percepción inicial cuando pude conocer Marceline, su localidad natal, una población situada en la zona rural del medio oeste norteamericano”, dijo Jungk.

Mañana será el día cero para saber si Philip Glass, quien estuvo el año pasado en Bogotá y Cartagena, logró convertir a Walt Disney en un personaje de ficción sin alterar su esencia humana, que ha hecho de él una influencia para muchas generaciones. El público asistente al Teatro Real de Madrid tendrá la última palabra.

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar