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“El baile puede ayudar a construir paz”: Miguel Solano

El bailarín profesional viajó desde Nueva York a Bogotá para participar en la Bella Durmiente, versión ballet clásico.

Redacción Cultura
21 de noviembre de 2015 - 12:47 a. m.
Miguel Solano presentará junto con otro bailarines La Bella Durmiente versión ballet.  / Cortesía
Miguel Solano presentará junto con otro bailarines La Bella Durmiente versión ballet. / Cortesía

 Este domingo más de 500 niños y niñas de escasos recursos podrán disfrutar de la historia de La Bella Durmiente en formato de ballet clásico. La función será completamente gratis. Estudiantes del Colegio San Ignacio de Pampuri, al sur de la ciudad, y de las fundaciones Cristo Rey, Pas de Chat y Pies Descalzos tendrán la oportunidad de asistir a la presentación organizada por Ballet Studio y patrocinada por el programa de responsabilidad social de la empresa latinoamericana Larkin.
Miguel Solano, quien interpretará el papel principal de la obra, habló con El Espectador acerca de cómo la danza puede beneficiar la educación de niños, cómo ha sido su proceso de formación artística así como los desafíos que enfrenta el ballet clásico en Colombia.

¿Desde qué edad empezó a bailar?

Desde que tengo uso de razón. Pero fue hasta los 17 años que decidí ser bailarín profesional. Entré a estudiar a la Universidad Distrital y me dio curiosidad sobre el ballet ya que es la base de la danza y además ha influenciado profundamente al mundo por siglos. Así que empecé a buscar una escuela para empezar mi formación y entré a Ballet Studio. Ahí me di cuenta de que era lo mío así que apliqué para una beca en Nueva York y me la gané. Estudié en The Gelsey Kirkland Academy of Classical Ballet y ahora bailo para su compañía.

Pero debió ser difícil empezar su formación a los 17 años teniendo en cuenta que la mayoría de los bailarines empiezan desde muy jóvenes...

Sí, fue bastante difícil. Pero empezar desde pequeño es bueno pero no determinante para ser bailarín profesional. En el baile no solo es importante el talento innato o cuántos años lleves practicando sino el esfuerzo que uno le meta. Si se es disciplinado y hace los sacrificios necesarios puede lograr en poco tiempo una buena técnica.

¿Qué clase de sacrificios?

Como los bailarines trabajamos con el cuerpo nos toca estar muy pendientes de lo que comemos, hacer ejercicio, acostarnos temprano y madrugar mucho… ese tipo de rutinas no son para todo el mundo. A mí me toca estar desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche ensayando y eso afecta el círculo social y la familia.

A veces uno se siente enfermo o los músculos están adoloridos por el esfuerzo físico pero igual uno tiene que practicar y bailar. Pero es parte de la rutina para seguir mejorando.

Usted ha podido ejercer su carrera en Bogotá y en Nueva York ¿Cuál es la diferencia entre ser bailarín en Estados Unidos o acá en Colombia?

Los círculos artísticos tanto en Colombia como en Estados Unidos, son muy cerrados y ambos tienen sus pros y contras pero lo bueno es que de Nueva York es que hay más compañías de ballet que le apuestan a un baile artístico, aquí en Colombia me parece que el baile está más comercializado. Se hacen muchos espectáculos pero el ballet clásico no tiene mucha acogida. Eso está cambiando pero aún nos falta construir más público.

¿Cómo se puede construir público para el ballet clásico?

Lo primero es encontrar qué llama la atención en Colombia porque a veces solo traemos cosas del exterior sin tener en cuenta el contexto nacional. Luego, hay que hacer esas obras asequibles, bajarles el precio mientras se construye público. Lo que está haciendo el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo me parece interesante en ese aspecto.

Habla de adaptar el ballet al contexto Colombiano y en este momento la coyuntura del país es la paz. ¿Cómo puede el baile ayudar a construir paz?

La danza no solo es una excelente manera de ocupar el tiempo de un niño y evitar que se meta en problemas, sino que es un medio de comunicación muy importante. A veces hay cosas tan dolorosas, tan difíciles de expresar que no se puede hacer por medio de palabras. Ahí es donde entra el arte y específicamente la danza. Eso me pasa a mí. A veces tengo un problema o estoy estresado y por medio de la danza comunico mis sentimientos y me desahogo. Un corógrafo también puede montar una danza que hable de esperanza y reconciliación. Hay muchas formas.

Está en Colombia para interpretar el príncipe en La Bella Durmiente con la escuela Ballet Studio ¿Qué tiene de especial esa obra?

Es una historia tradicional y como el público ya la conoce podrá concentrase en la puesta en escena y disfrutar los bailes. Además como la obra tiene teatro y baile así que es muy dinámica, una buena introducción para niños y adultos que no están acostumbrados al ballet clásico.

Además la obra se presentará para niños de escasos recursos...

Exacto, eso es lo que más me gusta de este proyecto. Muchos de los niños que irán a la obra nunca han entrado a un teatro o visto un ballet. Este tipo de experiencias son muy importantes para su educación y les puede demostrar que el baile no es solo un bonito hobby sino que, si quieren, lo pueden convertir en su carrera.

Por Redacción Cultura

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