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El juego del monopolio

El dueño de Fox ofreció US$80 mil millones, que fueron rechazados. Esto hace parte de una tendencia en EE.UU. a fusionar grandes firmas, la cual ya caló en la industria editorial.

Juan David Torres Duarte
19 de julio de 2014 - 03:51 a. m.
Rupert Murdoch durante un encuentro en Sídney el pasado jueves.  / AFP
Rupert Murdoch durante un encuentro en Sídney el pasado jueves. / AFP
Foto: AFP - JASON REED

En breve, las leyes antimonopolio en EE.UU. pretenden prevenir que la oferta del mercado se concentre en unas pocas manos. Por eso, la oferta de US$80.000 millones que Rupert Murdoch hizo a Time Warner tiene cierto tinte escabroso: de adquirir la compañía, Murdoch tendría en su bolsillo el manejo de muy buena parte de las empresas de entretenimiento en ese país, entre ellas dos de las cadenas de noticias más reconocidas, Fox News y CNN.

El conglomerado de Murdoch, 21st Century Fox, tiene como subsidiarias sus divisiones de animación y cine (el segundo estudio más grande del mundo), que han producido filmes como La era de hielo y El planeta de los simios, y produce además series de altísima audiencia como Los Simpsons, Family Guy, Glee y Modern Family. Del otro lado, Time Warner posee, entre otras, Cartoon Network, TNT, TBS, DC Comics, Warner Bros. y HBO, que ha conquistado el campo de las series televisivas con Juego de tronos , The Sopranos y True Blood, tres de las más vistas en la historia de la televisión estadounidense (6,6 millones de personas vieron el primer capítulo de la cuarta temporada de Juego de tronos).

De modo que Murdoch sería, ahora sí con el título completo, el magnate de los medios de comunicación en EE.UU.: gracias a esta fusión, sus ingresos se elevarían hasta los US$60.000 millones. La concentración de ese poder le permitiría, además de ampliar sus ganancias por el aumento de las acciones de Time Warner (ver nota adjunta), hacer competencia a Netflix, que trabaja en red y con pagos mensuales. “La operación, sin embargo, no sólo es relevante por sus aspectos corporativos y por su impacto en una industria en plena transformación digital, sino también porque puede acelerar la nueva configuración del negocio del entretenimiento. El peso que tendría la empresa resultante sería enorme para negociar con los distribuidores y proveedores de cable como Comcast”, dijo Sandro Pozzi en El País de España.

Dicho de otro modo, en manos de Murdoch estaría parte del modelo futuro del entretenimiento. ¿A qué se le va a apostar y qué oferta tendrá más rentabilidad? En un país donde la libertad de expresión es todo, Murdoch conquistaría la opinión y la difusión de contenidos al tener en su poder dos de las cadenas noticiosas más grande del país.

Esa tendencia al monopolio (Time Warner habría rechazado la oferta en parte para mantener a raya las consecuencias de la ley antimonopolio) parece avanzar cada vez con mayor confianza en la industria del entretenimiento. En julio de 2013, la editorial británica Penguin se fusionó con Random House y de ese modo se reafirmó como una de las cinco editoriales más grandes del mundo. Este año, esa fusión adquirió al Grupo Santillana (uno de los conglomerados más amplios en América Latina), que en Colombia imprime y distribuye sellos como Alfaguara y Taurus. Penguin Random House controla el 26% del mercado editorial a nivel mundial y tiene sus filiales en Europa, Estados Unidos y América Latina.

La alta influencia en un mercado específico permite marcar su camino. Las leyes antimonopolio tienen como objeto saldar cuentas con una industria que debe ofrecer variedad al consumidor para así ampliar el margen de los precios y eludir la manipulación. ¿Hasta qué punto sería posible cumplir ese mandato con esta posible fusión? Ese será el siguiente examen.

 

 

jtorres@elespectador.com

@acayaqui

Por Juan David Torres Duarte

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