El Magazín Cultural
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Empujar para el mismo lado

Un proyecto que, a través de la radio y el video, busca soluciones para los problemas de cinco comunidades en el Pacífico colombiano.

Santiago La Rotta
24 de junio de 2013 - 10:00 p. m.
Empujar para el mismo lado

El nombre pareciera definirlo todo. En puja. Dos elementos, la lucha y el tiempo; ambos prolongados sobre los días, y el resultado puede ser eso: En Puja, un colectivo de comunicaciones en el Pacífico colombiano.

La constante labor se entabla contra los elementos, pero también contra la falta de dinero, los vacíos de la burocracia, la falta de ánimo cuando la energía eléctrica deja de llegar por algún tiempo.

El colectivo nació como un apoyo de la estrategia diseñada para proteger los manglares en comunidades como Jurubirá, Tribugá, Nuquí, Panguí y Coquí, todas ubicadas en el Pacífico. Comunicar para preservar.

Para septiembre del año pasado, un equipo de especialistas en radio y video comenzó a recorrer las comunidades para alfabetizar en estos dos lenguajes, al tiempo que identificaban cuáles serían los miembros potenciales del colectivo. En este proceso emergió una lista de 15 participantes que forman la espina dorsal del proyecto, apoyado por organizaciones como Mar Viva y la Fundación Laboratorio Accionar.

El colectivo pretende suplir varios fines. Impulsar la conciencia alrededor de la explotación sostenible de los manglares, por un lado. Por el otro, el asunto va más al fondo, pues se trata de establecer una red de comunicaciones en un área que puede presentarse impenetrable en términos de difusión y tecnología; una suerte de teléfono roto en medio de la selva, atravesando la distancia aparentemente insalvable que jamás cruzaron el Estado ni la empresa privada.

La lucha, ya se ha dicho, es constante. Uno de los pilares para la difusión del proyecto es una emisora comunitaria en Nuquí, una iniciativa que hace aproximadamente 10 años comenzó a gestarse como un beneficio colateral de la construcción de la carretera entre Ánimas y Nuquí; si había carretera habría emisora.

Primero llegaron las licencias y los permisos de emisión. Todo listo. Pero la carretera se quedó en el papel y, literalmente, la emisora también. Una idea aprobada, una buena idea, pero no mucho más que eso.

Eventualmente, los equipos llegaron y la expresión “Al aire” dejó de ser un supuesto. Y de nuevo, la lucha: hace unos meses un rayo quemó el transmisor y hasta hoy la emisora sigue fuera de línea.

Cada problema es una oportunidad disfrazada, dice un refrán. Algo similar sucede con esta historia. Sin emisora, una solución parcial fue equipar un par de taxis locales con parlantes para difundir el contenido que el colectivo ha producido en radio. “Carrófonos” se llama la solución. De alcance limitado, pero ingeniosa. Ciertamente encantadora.

La fuerza que bulle debajo de todo el proyecto es el arraigo local de sus miembros, consciencia comunitaria, si se pudiera denominar así: el entendido de que empujar para el mismo lado suele ser mejor que hacer nada; un elemento que se avista poderoso en una región históricamente olvidada en los presupuestos, las políticas y los planes de la vida republicana.

Arraigo local, empujar para el mismo lado, elementos que adquieren cierta perspectiva con personas como Carlos Andrés Gómez Mosquera, miembro del colectivo, 20 años. “Una nueva idea, un nuevo Nuquí”, dice varias veces Gómez, quien se define como un líder comunitario. No un político, no un aspirante a un cargo de elección popular. Alguien que quiere hacer las cosas bien y con todos.

De cierta forma, Gómez parece deberse a la comunidad. A sus 15 años, un accidente con un arma de fuego lo llevó a caminar el leve umbral entre la vida y la muerte: un disparo entró por su rostro y se alojó en el interior del cráneo. La ayuda de sus vecinos logró que fuera trasladado a Quibdó y de ahí a Medellín. La salvación gracias al cariño de varios.

Apostarle al colectivo porque mostrar los problemas puede ser un comienzo para solucionarlos: las lanchas rápidas que erosionan las riberas del río, la explotación incorrecta del manglar, los recursos que faltan para poner a funcionar la emisora de nuevo. Crónica, reportaje, entrevista: consultorio de medicina tradicional, agenda deportiva y cultural, música. ¿Por qué no se juega más fútbol en Jurubirá?

Hoy en día, la meta del colectivo es la producción de un programa semanal por parte de cada comunidad, con temas que, arrancando en el manglar, hablen de una realidad amplia y diversa, que más que ser exótica, resulta inédita.

Por Santiago La Rotta

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