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Entre la tradición y la novedad

‘Los maestros cantores de Núremberg’ es una obra atípica escrita durante la madurez de Richard Wagner (1813 - 1883). Apartes del programa de mano que se entrega en las salas de Cine Colombia.

Luis Carlos Aljure
13 de diciembre de 2014 - 02:33 a. m.
El día del estreno de ‘Los maestros cantores de Núremberg’ Wagner recibió en Munich una de las ovaciones más prolongadas de su carrera musical. / Cortesía Cine Colombia
El día del estreno de ‘Los maestros cantores de Núremberg’ Wagner recibió en Munich una de las ovaciones más prolongadas de su carrera musical. / Cortesía Cine Colombia
Foto: Ken_Howard

Los maestros cantores de Núremberg, única ópera cómica de la madurez de Richard Wagner, se ha convertido en un símbolo de la nacionalidad alemana. La ciudad en la que se desarrollan los hechos fue un importante punto de reunión de las autoridades del Sacro Imperio Romano Germánico y cuna del renacimiento artístico de la nación. Además, Hans Sachs, su protagonista, representa una idealización del ser alemán: profesa la fe luterana, es conciliador y astuto, culto, pero fuertemente ligado al pueblo; y depositario de la tradición, aunque capaz de entender y aceptar las novedades. El momento histórico en el que se desarrolla la obra también da pistas de su trasfondo nacionalista. Se estrenó en 1868, dos años antes del estallido de la Guerra franco-prusiana, que se saldó con un triunfo sobre Francia, y desembocó en la realización de un viejo sueño: la fundación del Segundo Imperio, que consolidó la unificación alemana.

Una de las convicciones filosóficas de Wagner consistía en pensar que “la suprema finalidad humana es la artística, y la suprema finalidad artística es el drama”. Por eso no es extraño encontrar al final de esta ópera un sentido discurso de Sachs en defensa del arte alemán, un arte que gracias a los maestros cantores ha permanecido “auténtico”, y que será fundamental para preservar la identidad del pueblo si alguna vez el imperio fuera sometido por una “majestad extranjera”. Esta arenga exaltó al público el día del estreno, y tiempo después, desgraciadamente, también despertaría el entusiasmo de Hitler y de las autoridades nazis durante su régimen criminal.

La comedia se basa en diversas fuentes, como es habitual en Wagner, pero el texto definitivo es el producto de un personal proceso creativo. La historia transcurre en Núremberg en el siglo XVI, y se centra en la realización de un concurso de canto, cuyo ganador tendrá derecho a casarse con la joven Eva. Los maestros cantores son artesanos (zapateros, como Hans Sachs; herreros, orfebres y expertos en otros oficios), que además cultivan la poesía y el canto según normas estrictas de composición. Wagner aprovecha la circunstancia para mostrar a un concursante anticuado, Beckmesser, enfrentado a otro innovador, Walther, que triunfa gracias al apoyo de Sachs, y que sería la encarnación del propio Wagner, como figura renovadora de la música de su tiempo.

Los maestros cantores es una obra atípica de la madurez de Wagner. Es cómica y trata sobre seres humanos corrientes, en lugar de sus habituales historias míticas y dramáticas atravesadas por seres sobrenaturales. En contra de los postulados teóricos del tratado Ópera y drama, escrito por el músico, en el que recomendaba la abolición del coro, en esta obra las masas corales hacen apariciones extraordinarias. La orquesta, a su vez, tiene el esplendor y el protagonismo que Wagner siempre le ha otorgado, y la primera demostración la encontramos en el imponente Preludio (obertura), donde ya figura uno de los recursos característicos del compositor: el leitmotiv, es decir, una idea musical breve que se asocia con un personaje, un objeto, un hecho o una emoción, y que reaparece varias veces a lo largo de la obra. Otros pasajes destacados dentro de esta inspirada partitura de más de cuatro horas son la Serenata malograda de Beckmesser, el Monólogo de Sachs, el Quinteto, y la canción con la que Walther gana el concurso.

El día del estreno de ‘Los maestros cantores’, Wagner recibió en Múnich una de las ovaciones más prolongadas de su carrera. Como estaba sentado en el palco real junto al monarca y el público no cesaba de aplaudir, Luis II, en contra del protocolo, lo autorizó a ponerse de pie para hacer una venia ante los asistentes. Así como el arte de los maestros cantores se ubicaba en el centro de la ópera de Wagner, el compositor ofrecía una prueba del estatus que habían alcanzado los músicos a lo largo del siglo XIX.

 

 

Salas de Cine Colombia del país. En vivo: sábado 13 de diciembre, 12:00 m. En diferido: febrero 7 de 2015, 12:00 m. Información y boletería: www.primerafila.com.co

Por Luis Carlos Aljure

 

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