:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/YFj8S51qPsuRY3QC9ukCqK_58F8=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/OLUHBPJLXFEW5C3BOOCPKTRD3Y.jpg)
La moraleja en Dorothy y el anillo de la imaginación. El musical no se manifiesta en una frase al final de la historia. Más bien, se trata de una enseñanza que se descifra a lo largo de la propuesta escénica dirigida por el español Pedro Cano. Aquí los consejos y las lecciones se van esgrimiendo con la aparición de los personajes, con el empleo de los diversos estilos sonoros que tienen la oportunidad de comandar el desfile de las secuencias visuales y con la fantasía como máxima guía de este experimento teatral y musical.
Dorothy y el anillo de la imaginación. El musical no está basada en un único cuento. Tampoco es el desfile de cientos de personajes secundarios útiles para el lucimiento de una o dos estrellas de reconocimiento nacional. Esta propuesta vincula en una sola historia varias escenas de los cuentos tradicionales de la infancia, por lo que logra establecer de manera nítida una conexión rápida con la emotividad.
Además del empleo de complejos disfraces, de efectos visuales y de complementos sonoros efectivos, el recurso más importante que tiene el montaje es la fantasía, una construcción elaborada de forma colectiva entre el director, el productor, los actores, los bailarines, los acróbatas y, por supuesto, los asistentes, quienes tienen el deber de abrir la mente y recurrir a la sensibilidad.
Peter Pan (Peter Pitt), Cenicienta, Dorothy, Rapunzel, Blanca Nieves (Blanca Pérez) y muchos otros personajes fantásticos confundieron sus rumbos. Están más preocupados por establecer el misterio de la pérdida del anillo de la imaginación que en resolver sus propios dilemas existenciales. Se equivocan, se despistan y andan de un lado a otro sin brújula, hasta que reciben la ayuda de Imma y Emma, dos niñas del mundo real que cruzaron el límite de la imaginación gracias a un viejo libro que les proporcionó ese acceso.
Las dos pequeñas tienen la compleja misión de ayudar a encontrar la valiosa joya de la imaginación porque a partir de su extravío han empezado a ocurrir cosas impensables. Por ejemplo, el siempre joven Peter Pitt se está haciendo viejo y sin darse cuenta ha dejado atrás su apariencia novel para exhibir una frondosa barba. Su archirrival, el Capitán Garfio, olvidó ya su esencia, y Robin Hood (Robin Hot), el célebre ladrón de los ricos que ayuda a los pobres, no tiene la misma efectividad con su arco y su flecha. Todo eso está ocurriendo porque, simplemente, nadie sabe el destino del anillo de la imaginación.
Detrás de los disfraces, el maquillaje y las caracterizaciones vistosas, sudan actores, cantantes y bailarines reconocidos en Colombia. Adriana Bottina es Dorothy, personaje central del montaje, ya que es la guardiana de la joya y tiene la labor de conducir a sus inseparables Wailers hacia el hogar del Mago Merlín (Merli), el único facultado para desentrañar el misterio.
Leo (representado por el comediante José Manuel Ospina), Espantacuervos (interpretado por el imitador Camilo Cifuentes) y Lata (Yacko Márquez) perdieron la valentía, el corazón y el cerebro, respectivamente, pero tienen la voluntad para ayudar a Dorothy a encontrar el anillo. Con canciones, coreografías, acrobacias y demás argumentos artísticos, los personajes emprenden la dura misión y la idea es que cuenten con la imaginación de los espectadores para que la historia tenga un final fantástico.
Dorothy y el anillo de la imaginación. El musical. En temporada del 2 al 27 de julio en el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez, calle 26 Nº 25-40. Informes y boletería: 593 6300 y www.tuboleta.com.
jpiedrahita@elespectador.com