Fernando Botero inaugura exposición de obras recientes en París

Fernando Botero. / Archivo

El pintor colombiano Fernando Botero inauguró este miércoles la exposición "Selección de obras recientes" en la galería Hopkins, situada en pleno centro de París, cerca del palacio del Elíseo.

En el acto de inauguración con presencia de Botero (Medellín, 1932) en la calle Matignon, no lejos de los Campos Elíseos, los asistentes observaron varios cuadros al óleo y algunas pequeñas esculturas recientes elaboradas entre 2003 a 2014.

Entre los óleos figuran sus clásicas obras de temas colombianos como orquestas, músicos y bailarines populares, así como parejas, naturalezas muertas y versiones de siestas bucólicas donde retozan mujeres, hombres o parejas entre coloridos ambientes plenos de sandías, manzanas y plátanos, platos, vasos y botellas sobre manteles con fondo de prados, montañas, campanarios y techos coloniales.

Otras obras expuestas muestran un matador, una mujer desnuda retozando en un sofá verde y el dibujo en papel "Guitarra en una silla" (2003), con fondo de pueblo colombiano.

Algunos de los cuadros expuestos llevan por título Los músicos (2012), Los músicos y la cantante (2013), y el más grande de todos, Bailarines (2013). Las esculturas se titulan Mujer en una cama (2006), Pájaro (2014), Mujer en un caballo (2006).

El pintor colombiano, luego de residir 13 años en Nueva York, donde se hizo conocido, se trasladó a París en 1973, donde vivió mucho tiempo y realizó sus primeras esculturas. Después ha vivido largas temporadas entre Mónaco, Italia, México, París, Medellín y Bogotá.

Botero acaba de presentar una exposición en noviembre de este año en el Museo Nacional de China en Pekín con motivo de los 35 años de relaciones diplomáticas entre China y Colombia y en enero de 2016 tendrá lugar otra exposición en el Museo de Arte de Shangái. (Leer "Sigo firme, convencido de lo que estoy haciendo": Fernando Botero).

En el catálogo de la exposición, que se lleva a cabo del 2 al 22 de diciembre y del 5 al 29 de enero de 2016, un prólogo firmado por Pascal Bonafoux abunda sobre las influencias que el maestro reconoce, como el francés Ingres o el italiano Piero de la Francesca, y su obsesión por los volúmenes, que son bases fundamentales de su obra.