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De las muchas facetas que tiene el Festival, los conciertos gratuitos que tienen lugar en la plaza San Pedro son definitivamente una marca de estilo. El escenario, la iluminación, la noche y el público crean la atmósfera ideal para la música de diferentes géneros. Estos conciertos son también una oportunidad para que el gran público, conocedor o no, se acerque a diferentes propuestas musicales y amplíe su universo sonoro. En esta edición del Festival, el primer concierto en la plaza San Pedro se realiza hoy y está a cargo de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y sus agrupaciones Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara y Coro Filarmónico Juvenil, que cuentan con la dirección de Leonardo Federico Hoyos y Leonardo Marulanda. Este concierto es un recorrido que se inicia en la Italia del clasicismo para pasar luego al romanticismo en Francia y Austria y finalizar en Argentina en el siglo XX.
Se inicia con La casa del diavolo, que es el nombre de la Sinfonía n° 6 en Re menor G517 de Luigi Boccherini, celebrado violonchelista y compositor italiano del siglo XVIII que vivió gran parte de su vida en España. Música llena de intensidad dramática que tiene como punto de partida un tema musical del ballet Don Juan o El invitado de piedra con música del alemán Christoph Willibald Gluck que, evidentemente, se inspira en el personaje la literatura española, legendario seductor, libertino, burlador, que ha sido tema de tantas otras partituras. La música nos permite imaginar las furias y la agitación propia del infierno en el que se consume Don Juan, quien no se arrepiente de su estilo de vida.
Y del infierno pasamos al cielo con el Ave María de Charles Gounod, una pieza que también hace referencia a otro compositor, en este caso Johann Sebastian Bach. Gounod creó una sencilla melodía que superpuso al primer preludio de El clave bien temperado del gran maestro barroco. Inicialmente la pieza llevaba el nombre de Meditación sobre el primer preludio de J. S. Bach, en la que esa melodía sería interpretada por un violín, un violonchelo o un piano, mientras el preludio de Bach estaría a cargo del órgano o el violonchelo. Sin embargo, el compositor cambió de opinión varias veces y la obra pasó por varias versiones. En el concierto se escuchará la más conocida, en la que el coro tiene a cargo la melodía con el texto del Ave María y la orquesta tiene la contraparte. Una página emotiva que da paso a otra obra del romanticismo en la que el protagonista es el violín. Luis Martín Niño será el encargado de la parte solista en el Rondó para violín y cuerdas D 438 de Franz Schubert, indiscutible maestro del lied y quien aprendió a tocar el violín con su padre. Schubert escribió esta pieza cuando tenía 19 años y es su obra maestra en el género concertante, pues nunca escribió un concierto. Inicialmente pensó en un cuarteto de cuerdas como acompañamiento al solista, pero también se interpreta con orquesta de cuerdas, como lo hará la Orquesta Filarmónica de Bogotá. El concierto finaliza con la Misa Criolla del argentino Ariel Ramírez, una obra única, pues fusiona la tradición clásica con la música popular de la que toma sus sonoridades y ritmos. Ramírez parte de la forma litúrgica de la misa con sus partes Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei, pero, a diferencia de otras misas puestas en música, el texto está en español y no en latín. Además de solista, coro y orquesta, se incluyen instrumentos típicos, como el charango y la guitarra que interpreta Francisco Rodríguez. Participa la mezzosoprano Laura Chaparro.
* Periodista músical