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Inci: literatura para invidentes

Mediante la asesoría y la dotación con material en braille a diferentes entidades, el Instituto Nacional de Ciegos busca acercar la lectura a quienes no pueden ver.

Juan Villamil
26 de abril de 2012 - 10:41 p. m.

Con el paso de los años, Jorge Luis Borges fue perdiendo lentamente la visión, hasta encontrarse en medio de la Biblioteca Nacional argentina incapaz de leer cualquier volumen. En su poema Elogio de la sombra escribió:

Esta penumbra es lenta y no duele;

fluye por un manso declive

y se parece a la eternidad.

Mis amigos no tienen cara,

las mujeres son lo que fueron hace ya tantos años,

las esquinas pueden ser otras,

no hay letras en las páginas de los libros.

La historia del escritor argentino, trágica en su obra, es una historia de exclusión en Colombia, un país que para 2005 registró una población con discapacidad visual de 1’134.085 personas para quienes tampoco había letras en los libros.

El acceso a la lectura es el índice que nos ocupa, pero no es el único marcador de una sociedad que progresa de modo desigual: el índice de calidad de vida de la población invidente está por debajo del mínimo constitucional en 14 departamentos; cerca del 30% de estas personas deben dedicarse a oficios domésticos —marca indirecta de la exclusión laboral—, y el 80% viven en condición de pobreza. Estadísticas que con algo de suerte darán inicio a una sesuda reflexión.

Las buenas noticias para la población invidente en Colombia llegan desde las letras. La 25ª Feria Internacional del Libro de Bogotá cuenta en sus anaqueles con la presencia del Instituto Nacional para Ciegos (Inci), institución pública que ha sabido articular grandes esfuerzos en favor de las personas con discapacidad visual. Su gestión, que puesta en una misma página parece imposible, abarca la dotación de libros en braille, tinta, audiolibros y material educativo para 606 instituciones en todo el país, el fomento del braille como herramienta de lecto-escritura, asesorías a 251 entidades, la implementación de un plan de lectura y escritura en siete departamentos, y la edición de más de 1.300 títulos en braille y libro hablado.

Títulos de elevada calidad. La extensa colección literaria del Inci supera las 500 obras de autores como Shakespeare, Kafka, Mishima, Nietzsche, Dostoievski, Lessing, Hesse, Borges, Onetti, Chéjov, Conrad, Camus, Faulkner, Saramago... y un deleitoso etcétera.

Si ha leído esta nota con las yemas de sus dedos o a través de la pupila, sepa que no importa: vuelva usted mañana a la Feria del Libro. La literatura lo aguarda.

La lectura en braille

El método de lectura braille está basado en seis puntos. Cada letra del alfabeto corresponde a una combinación específica de algunos de esos seis puntos, que las personas con discapacidad visual leen mediante el tacto, y su disposición también sirve para indicar los signos de puntuación o las letras mayúsculas, entre otros caracteres del idioma.

El sistema fue inventado en 1825 por Louis Braille, invidente francés que perdió la visión desde la niñez, quien a su vez se basó en un método de lectura táctil utilizado por el ejército, ideado por Charles Barbier, para transmitir órdenes a puestos avanzados en medio de la noche sin tener que revelar la posición de las tropas al enemigo.

Por Juan Villamil

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