El Magazín Cultural

La Esquina Delirante V (Microrrelatos)

Este espacio es una dentellada a la monotonía mediante el ejercicio impulsivo y descarado de la palabra escrita. En tiempos fugaces, como los nuestros, en los que la inmediatez cobra más validez que nunca, el microrrelato se yergue como eficaz píldora psicoterapéutica. Guerra de guerrillas narrativa si se quiere.

Autores varios
04 de abril de 2019 - 05:56 p. m.
Cortesía
Cortesía

Winner

Veliamar - Quibdó

Estaba acalorado, había tenido que acelerar mucho el paso en su bicicleta para llegar a tiempo. Era el día de esas aburridas pruebas en las que siempre le había ido bien pero de las que no comprendía el sentido. Ya en el salón tomó su cuadernillo, lo marcó con su nombre y su grado: Winner Mosquera Abadía 8º C

La primera parte era la prueba de comprensión lectora en inglés, leyó todo, lo comprendió y empezó a responder las preguntas. En el texto que acaba de leer ¿Cuál es el significado de la palabra Winner? Entonces sintió una epifanía, por primera vez empezó a ser consciente de esa verdad que le habría evitado tantos momentos de vergüenza y ahora cambiaría su vida para siempre: era un ganador.

Si está interesado en leer más micorrelatos, ingrese acá: La esquina delirante IV (Microrrelatos)

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El tronco de la ceiba

Javier Osuna Sarmiento

Una enorme ceiba surge imponente en lo alto del claro de la montaña. Sobresale de su tronco, sombreado por los años, la inscripción tallada de corazones, con nombres e iniciales de amantes en su interior: Roberto y Dora, Yuly y Andrés, William y Carla (para siempre)….

Como un tatuaje deformado por el tiempo, la proporción inicial de los grabados ha distorsionado su forma original. Y es que el tronco de la ceiba pareciera crecer más en grosor que en altura; quienes han tenido el gusto de contemplarlo atesoran el amplio margen de su diámetro. Equivale, hoy en día, siete veces a su proporción vertical. El crecimiento desproporcionado ha generado un extraño fenómeno editorial, no solo establece distancia entre lo cercano, sino que, a razón de un premeditado azar, acerca lo lejano.

Algunas de estas huellas amorosas han ascendido hacia las nubes movidas por el ascensor de la naturaleza, parecieran intentar convertirse en pájaros que vuelan en dirección del cielo como reza un poema de Méndez Camacho (incluso llegando a las ramas), pero en este magnífico árbol, en esta base ejemplar de Cupido, parecieran no aletear hacia la trascendencia, sino tratando de escapar, quizás renacidos, en la forma de un nuevo amor. Roberto y Carla.

Si está interesado en leer más micorrelatos de La esquina delirante, ingrese acá: La Esquina Delirante II (Microrrelatos)

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Las afiladas rocas del fondo

Rodrigo Guerrero – Soacha

No queda más que una maraña de recuerdos que caen como una cascada, desde lo alto de un risco, y van a destrozarse contra las afiladas rocas del fondo. Hay filas interminables de automóviles moviéndose lentamente sobre una autopista, de noche, atascados en el tráfico; hay medicamentos y médicos que me hablan y me aconsejan; hay hileras de libros organizados sobre muchos estantes; hay calles húmedas y grisáceas del centro de Bogotá en una tarde de lluvia y las cenicientas construcciones de Soacha, su horda de desconocidos en desbandada sobre el adoquín del Parque Principal; hay un grabado del Dios Varón sobre la superficie llana de una piedra caliza, estudiantes en sus aulas, caballos descendiendo al galope por el flanco de una montaña, un gato ronroneando sobre mi regazo, el aroma del papel y la tinta. Y también estás tú, hay restos de ti.

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Ansiedad

Angélica Villalba Cárdenas

Me miro desnuda en el espejo. Soy la misma pero diferente. Me pongo la ropa. No me gusta cómo me queda. Sin ropa es peor. Cierro los ojos. ¿Por qué mi cuerpo me traiciona? Escucho la puerta. Tengo que ir al comedor. Me preguntarán: ¿Por qué no te has casado? ¿Veo que estás más rellenita o es mi impresión? Bajo la escalera. Los veo. Ahí están mis jueces, mi propia familia. Me miran… no dicen nada, sonríen al verme, parece que están felices. Escucho la voz en mi cabeza: están fingiendo. La ignoro y me meto un pedazo de pan en la boca.

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Para ser publicado envié su microrrelato a laesquinadelirante@gmail.com, máximo 200 palabras.

 

Por Autores varios

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