El Magazín Cultural

Las hojas que recobran vida, por Dominique Lacloche

La artista expone durante el mes de mayo en el Museo de la Esmeralda de Bogotá su obra “Urpflanze”, la primera etapa de una serie de muestras experimentales, con el acompañamiento de Loo & Lou Gallery.

Luisa Rendón Muñoz / @luisarendonm
13 de mayo de 2017 - 02:29 a. m.
Escenografía de la obra donde están las hojas expuestas en fractales gigantes. / Cortesía Patricia Sáenz
Escenografía de la obra donde están las hojas expuestas en fractales gigantes. / Cortesía Patricia Sáenz

No importa de qué forma, el artista siempre llega a la exploración. Quedarse en lo mismo sería igual que dejar su obra en el olvido, sin decir que no cobra importancia. Reinventar, crear, suscitar, todo hace parte de la vida del artista y de la obra.

Roma vio nacer en 1960 a una artista llamada Dominique Lacloche, quien luego de cientos de vivencias y dudas decidió ingresar a la Escuela de Bellas Artes, que la condujo en 1985 a desarrollar su primer proyecto artístico entre la frontera de Afganistán y Pakistán. Todo el zumbido de la guerra, todo el color de los estruendos de las rocas y las balas contra los pechos de estos hombres hicieron que la artista pintara por cuatro meses con el fin de luchar por los refugiados, materializando todas esas ideas que provenían del sufrimiento mientras pasaba el tiempo de la guerra. El resultado fue utilizado para exhibirlo en una galería en Londres.

Su formación como pintora la llevó a tener interés en hacer una exploración para experimentar con las propiedades de los materiales que utiliza en sus trabajos, mezclando y produciendo químicamente sus propios pigmentos de rocas, piedras y plantas y otras materias orgánicas.

Lacloche, inspirada en Goethe y su trabajo La metamorfosis de las plantas, decidió intervenir la hoja Gunnera manicata, una planta nativa de la selva amazónica de Colombia y Brasil que tiene como característica su crecimiento, ya que puede llegar hasta nueve pies de ancho. La planta fue utilizada por ella como material, explorando los ciclos de vida y muerte encontrados en la naturaleza. La Gunnera tiene alrededor de 150 millones de años y por su gran tamaño es perfecta para ser intervenida con químicos. La muerte y la vida como resultado de su labor. Su obra actual, Urpflanze, es la primera etapa de una serie de exposiciones experimentales que suscita con la intervención de la planta.

Dominique Lacloche experimenta con la fotografía, el video, la instalación y la escultura, y comienza así a desarrollar su noción de la percepción. En París exhibió, durante la Nuit Blanche 2013, una de sus instalaciones más notables: Un Degré plus haut, un trabajo monumental compuesto por cuarenta y dos esculturas suspendidas en resinas subiendo hasta 55 metros de altura hacia la cima de la iglesia Saint-Paul-Saint-Louis. Este móvil gigante creaba olas bajo la influencia de la brisa, jugando con yuxtaposiciones y sombras.

La artista no se desligó en ningún momento de la realidad, reconociendo que el arte es una expresión, un descubrir, no sólo para el artista, sino para el espectador. “El arte está en una continua evolución, lo que permite el desarrollo cultural de un país. En mi caso, mi trabajo busca transmitir el poder de la naturaleza frente al ser humano, generar conciencia y respeto por lo que nos da vida”.

Su pasión por revelar y seguir creando a partir de las peculiaridades de la naturaleza ha hecho que su vida se vea encaminada a reconocer el arte como parte esencial de su existencia, dejando claro que, si ha de perder interés en su obra, ha de perder la conexión que ha tenido para soportar la vida.

“Pienso que quiero transmitir con mi obra una revelación de la naturaleza, quiero que el espectador tenga una visión más amplia respecto al arte, que sea sensible a lo que la naturaleza muestra y por medio de lo que mi arte le está ofreciendo”.

Para el Museo Internacional de la Esmeralda, la artista propuso una escenografía donde están las hojas expuestas en fractales gigantes, de modo que el espectador se confronte con lo monumental, pero también con el detalle de la fibra, algo que en su obra permanece presente sin importar el espacio donde se exponga. 

Por Luisa Rendón Muñoz / @luisarendonm

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