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Lumbalú para Graciela Salgado

El sábado falleció la voz líder de Batata y Las Alegres Ambulancias, grupo insignia en el Palenque de San Basilio.

juan carlos piedrahíta b. /
15 de septiembre de 2013 - 09:00 p. m.
Lumbalú para Graciela Salgado

Graciela Salgado Batata escogió el humor y miró con desprecio a la tragedia. A pesar de nacer, crecer y consolidarse en el Palenque de San Basilio, Bolívar, el primer pueblo libre de América y a la vez un municipio en alto estado de vulnerabilidad, ella se fue por el camino alterno y en lugar de relatar sus vivencias con dolor y sufrimiento, como muchos de sus coterráneos, le hizo frente a su realidad desde la risa. Esta mujer, figura emblemática del grupo Batata y Las Alegres Ambulancias, tuvo a su cargo las primeras voces de la gran mayoría de las manifestaciones folclóricas interpretadas por este colectivo, diestro en el sabor del bullerengue, la magia de la chalupa y el arte del lumbalú, una ceremonia de carácter fúnebre y ritual que se realiza con ocasión de un velorio en algunas comunidades afrocolombianas.

Graciela Salgado se encargó de comandar el sonido y de determinar la intencionalidad del grupo durante el 90% de una presentación en vivo de Batata y Las Alegres Ambulancias. Ella, con la autoridad que le otorgó el hecho de pertenecer a la dinastía de los Batata, manejaba los hilos y siempre dejaba el 10% restante para que Dolores Salinas, su compañera de escena y el respaldo perfecto para su voz, se inspirara y sacara lo mejor de su repertorio, caracterizado por el doble sentido. Ambas cantadoras se hicieron célebres con la interpretación del tema La maldita vieja, dedicado a una mujer que se atrevió a arrebatarle el amor.

Mientras Dolores Salinas, quien murió el 11 de mayo de 2011, recurría al sarcasmo y a la ironía para darle mayor énfasis a la historia, Graciela Salgado la respaldaba y le regalaba su más grande muestra de aprobación, su inconfundible risa. En ese momento se intercambiaban los papeles y la voz principal comenzaba, sin problemas ni afanes de protagonismo, a desempeñar el rol de corista.

Así, mientras Salinas empezaba a entonar el verso “cuando encontré a esa maldita vieja que me quitó a mi novio”, el público ya sabía que era el turno de la otra diosa de Palenque, de esa diva de voz extraña que, como la mayoría de sus coterráneos, creció entre tambores y dulces rústicos. Con su aparición como figura central del escenario se sabía que ya estaba bien de lamentos, de cantos de lumbalú para despedir a todos aquellos que optaron, como Graciela Salgado y Dolores Salinas, por trascender.

Cuando las dos cantadoras palenqueras intercambiaban roles, llegaba la risa, la diversión, y se producía una suerte de ‘recreo’ dentro de una cátedra de música folclórica que puede impartir el grupo Batata y Las Alegres Ambulancias, que ha logrado tener presencia también en escenarios internacionales.

“Nuestra historia es de tradición, porque es un grupo que ha pasado de generación en generación. El grupo está integrado por tambores y voz, pero nos esmeramos en armar una puesta en escena bien llamativa. Tenemos seis tambores alegres y otro percusionista que se encarga de hacer sonar tres tamboras y un platillo”, comenta Tomás Teherán, hijo de Graciela Salgado y actual director de Batata y Las Alegres Ambulancias, quien se ha encargado de adicionarle a la propuesta sonora una identidad visual con colores llamativos para cautivar al público juvenil.

Más de 300 canciones conforman el repertorio de este colectivo familiar, que ya no se dedica en exclusiva a proporcionar la seguridad a las almas de los difuntos, sino que tiene la intención de conquistar oídos incrédulos. La labor comenzó hace varios años en Colombia y hace poco sus integrantes lograron comentarios positivos en Argentina, Marruecos, Francia, y un movimiento cultural importante respalda su propuesta en Brasil.

“A pesar de las pérdidas que hemos tenido, nos sigue interesando que todo el mundo conozca nuestro folclor y por eso tenemos una fundación y ahí les enseñamos a los niños de Palenque la forma en la que se toca y se canta nuestra música. De esta manera vamos cultivando el talento. Así como mi mamá Graciela Salgado Batata me transmitió por herencia todo lo que sé, yo lo estoy transmitiendo a todos los jóvenes interesados y así garantizamos que no se acabe la tradición”, afirma enfático Tomás Teherán.

Patrimonio es uno de los últimos registros de Batata y Las Alegres Ambulancias, en el que aparecen las voces de Graciela Salgado y Dolores Salinas. Este álbum, en el que se destacan composiciones como La cosita, Me duele y Pájaro de la mar, entre muchos otros temas tradicionales del folclor de la región Caribe colombiana, le sirvió a la agrupación para estrechar sus relaciones con el público del interior del país, que no tenía muy claro en qué consistía su propuesta.

Batata y Las Alegres Ambulancias comenzaron su historia como un homenaje a los lumbalú. Hace dos años les tocó despedir a Dolores Salinas y ahora a Graciela Salgado Batata, una de sus fundadoras y su voz principal. La cantadora del Palenque de San Basilio murió el sábado 14 de septiembre a los 83 años y, como dicen en el primer pueblo libre de América, no se fue, trascendió, así como su canto.

jpiedrahita@elespectador.com

Por juan carlos piedrahíta b. /

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