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Muerte y sangre: la historia real del uso del corazón como símbolo de amor

Desde la pintura o la escultura, el corazón ha estado más vinculado a la representación de valores morales o la misma muerte, que a sentimientos relacionados con el amor.

-Redacción Cultura
14 de febrero de 2019 - 04:54 p. m.
Muerte y sangre: la historia real del uso del corazón como símbolo de amor

Globos, chocolates, masmelos, dibujos, manualidades en forma de corazón. Se celebra San Valentín y el símbolo más icónico del amor se vende como pan caliente. Comprar y regalar un corazón, dice el historiador Pedro Sáez Martínez de Ubago, hace parte de "la hipocresía y la patraña urdida en torno a San Valentín, una excusa para promover el comercio y los intereses religiosos".   Intereses religiosos porque, como explica Martínez de Ubago, inicialmente San Valentín fue una celebración tradicional pagana prerromana que el papa Gelasio I prohibió y luego modificó, bajo la advocación de San Valentín, como patrón de los enamorados, para dar un sentido más acorde con el cristianismo. 

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Es difícil rastrear el origen exacto de la aparición del corazón como símbolo del amor, sin embargo, uno de los primeros registros que se tienen sobre asunto, data del siglo XIII cuando en un manuscrito francés anónimo titulado Roman de la poire ( Romance de la pera ) se incluyó una ilustración en la que un personaje le entrega un corazón a una mujer. Aunque el dibujo que aparece allí se asemeja más a un aguacate que a la imagen minimalista que conocemos hoy en día, el mismo puede ser considerado como la génesis. 

Romance de la pera

En antiguos papiros egipcios también se representó el corazón como un elemento estructural del comportamiento humano. En el 'Libro de los Muertos', obra fundamental de la cultura del antiguo Egipto, se hace referencia al extenso y peligroso recorrido que tenían que hacer los difuntos para encontrar la paz después de la muerte.

"Los egipcios creían que el difunto emprendía un viaje subterráneo desde el oeste hacia el este, como Ra, el sol, que tras ponerse vuelve a su punto de partida. Durante ese trayecto el fallecido, montado en la barca, se enfrentaría a seres peligrosos que intentarían impedir su salida por el este y su renacimiento", explica un texto de National Geographic.

Finalmente, el difunto llegaba a un laberinto, protegido por una serie de veintiuna puertas. "Tras la confesión, llegaba el momento culminante del juicio, aquél en que se procedía a pesar el corazón del difunto. En un plato de la balanza, sostenida por Anubis, dios chacal de la momificación, se colocaba una pluma de avestruz, la pluma de Maat, que simbolizaba la justicia; en el otro plato se depositaba el corazón, que simbolizaba las acciones realizadas por cada persona. El difunto se salvaba cuando la pluma y el corazón quedaban en equilibrio".

El dios de la muerte, Anubis, a la derecha, vigila la balanza en la que se pesaban los corazones de los difuntos durante el Juicio de Osiris

Tanta importancia se atribuía al pesaje del corazón, reseña la revista especializada, que los egipcios elaboraban un amuleto específico, el escarabeo del corazón, que, como su nombre indica, se colocaba sobre el corazón del difunto durante el proceso de momificación. En el reverso del amuleto se inscribía siempre la fórmula 30 del Libro para que, en el momento del juicio final, el corazón no traicionara al difunto. 

Otra representación del corazón en la escultura y el arte, dista mucho de una historia romántica. Hablamos de una escultura hecha para René de Chalon, príncipe de Orange, ubicada en la iglesia de Saint-Étienne en Bar-le-Duc. La escultura custodia tumba del príncipe de Orange, que un 14 de julio de 1544 fue herido de muerte en el hombro.

Su esposa, Ana de Lorena, pidió tres años más tarde al escultor francés Ligier Richier que realizara un monumento que representara a su marido.  "Chalon lo retrató en un estado de descomposición, semidescarnado, de él cuelgan tiras de piel seca. En una de sus manos reposa su propio corazón y el esqueleto lo ofrece a un ser superior, o al menos eso podría dar a entender la postura, aunque hay quien también piensa que es un claro gesto de penitencia. Todo depende del cristal con que se mire, ya sabéis como es el arte", dice una reseña de Entre piedras y cipreses.

Finalmente, según reseña Eco Diario de España, "en la cultura griega existió un símbolo similar al de corazón, que podría asociarse a éste, aunque, según se ha demostrado, nada tiene que ver. En una moneda griega encontrada se representaba el silfo, una planta extinta y que se utilizaba para el control de la maternidad. La planta y su semilla fueron timbrados y era similar a un corazón".

Por -Redacción Cultura

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