El Magazín Cultural

Niñas mal: rebeldía y obsesión

Dejando atrás a Colombia para centrarse en México, esta serie muestra la rebeldía y evolución de la juventud. Es la primera novela original que el canal realiza en Latinoamérica.

Lilian Contreras
09 de septiembre de 2013 - 10:00 p. m.
La colombiana Lilo de la Vega, una de las protagonistas de ‘Niñas mal 2’. / Cortesía MTV
La colombiana Lilo de la Vega, una de las protagonistas de ‘Niñas mal 2’. / Cortesía MTV
Foto: CHINO LEMUS

Jovencitas con problemas de todo tipo vuelven a reunirse en Niñas mal 2, serie de MTV que esta semana llega a la programación de Latinoamérica para seguir la historia de Adela, la única “niña” que sobrevive de la primera entrega, época en la que debió estar internada en la casa de modales tras haber sido acusada de daños materiales y alteración del orden público. Estrenada en 2010, esta producción fue la primera novela original que el canal internacional realizó en la región y tuvo gran impacto en Colombia, pues se grabó totalmente en Bogotá, cuando Sony y Fox también producían Los caballeros las prefieren brutas y Mental.

Sin embargo, esta segunda parte se graba en México, exactamente en Coyoacán, población famosa por albergar en sus calles la Casa Azul (museo) de Frida Kahlo. A pocas cuadras de allí está ubicado el set de Niñas mal 2, un terreno de 2.500 metros cuadrados que durante el siglo pasado perteneció al expresidente Porfirio Díaz, quien la usaba como sitio de descanso. La casa colonial, de 1.200 metros cuadrados, tiene tres niveles que cubren las necesidades del programa, ya que, sin recurrir a montaje o desmontaje, tiene en un solo lugar el internado, las habitaciones de las protagonistas, el apartamento de un personaje, terrazas, jardines, camerinos y oficinas de producción.

La casa principal es el nuevo internado, uno más grande que el usado en la primera temporada, y con esta locación la historia se adapta, pues refleja la “evolución de su dueña y el progreso que hizo a través del tiempo. Esta casa es más grande y la decoración es soberbia”, como explica Pablo Szneiberg, vicepresidente de desarrollo y producción de contenido guionado original para MTV.

Y así como evolucionó la historia, el canal también. “La experiencia en Colombia fue sensacional y el éxito de nuestras producciones en ese mercado son la prueba de esto. Así como estamos produciendo Niñas mal 2 en México, estamos contemplando otros nuevos proyectos para volver a producir en Colombia”.

Con nuevos personajes y escenarios, la continuidad de la historia fue el desafío más grande para el equipo de 15 productores, escritores y ejecutivos. Así que con una Adela más madura y lista para comenzar una nueva vida en Nueva York, comienza una aventura que mezcla obsesiones deportivas, diversos conceptos de belleza y éxito, amor, descontrol y odio. Ni los personajes ni las situaciones son reales, pero Szneiberg sostiene que las vivencias de la Casa Maca tienen que ver con historias reales de quienes escriben y están detrás del proyecto, inspirados en lo “maravilloso, excitante, difícil y divertido que es enfrentarse al mundo actual a esta edad. Lo genial que es descubrirse y atrevérsele al mundo”. Asegura también que “los personajes, al igual que le pasa a la audiencia de MTV, buscan encontrarse, redimirse, superarse y, sobre todo, ser felices”.

Precisamente eso es lo que el elenco destaca de la serie: la realidad que viven los jóvenes y lo que pasa por sus mentes: problemas de los que se debe hablar y mostrar para que el público vea que no están solos y para que los padres sepan qué experimenta la juventud. Con esas razones, el actor Román Cámara justifica el cambio de la programación del canal, pero advierte que nunca ha dejado de lado la música. “MTV evolucionó junto con la juventud y los jóvenes van necesitando más series, más temas. Además, la música siempre se promueve, por ejemplo, Niñas mal 2 impulsa a más de 100 artistas con sus videos”, entre ellos Riva, cantante colombiana que participa con dos temas.

Tal vez uno de los personajes que más llaman la atención por exhibir realidades juveniles que chocan es el interpretado por la colombiana Lilo de la Vega, quien da vida a Giselle, una adolescente obsesionada con la belleza y el sexo, y que usa esas armas para conquistar sus sueños, pasando incluso por encima de su propia integridad. Al ser una fanática de las nuevas tecnologías, esta “niña mal” tiene un canal de video en la red donde enseña trucos de maquillaje y cómo verse sexy, recomendaciones que poco a poco suben de nivel.

Pero no todas las internas son libidinosas. Por ejemplo, Corina (Pamela Almanza) es una deportista obsesionada con la disciplina que se vuelve conflictiva cuando las cosas no salen como ella quiere y quien no se permite vivir, tener amigos y disfrutar la vida. Un caso similar es el de Ramón (Cámara), un hombre rígido con las reglas que una vez descubre (gracias a una mujer) que puede sobrepasar los límites, sigue ese camino que lo colma de inmenso placer.

Según De la Vega, los personajes “son traviesos y se hacen pilatunas entre ellos, pero todo en el marco de la amistad o la hermandad”. Cámara apoya esa idea al explicar que, “de repente, los vemos en los extremos porque cometen errores, pero no todo el tiempo son malos, malos. Tienen muchas facetas, se equivocan e intentan retomar el camino”.

Y es justamente la protagonista quien da fe de ello. “Han pasado tres años, así que Adela maduró y cambió mucho, aunque su esencia sigue siendo la misma. Pero en esta etapa de su vida debe enfrentarse a las ‘nuevas niñas mal’, así que debe usar su experiencia para poder ganar el choque de inmadurez que se da dentro de la casa”, explica la actriz Isabel Burr. Pero Adela es Adela, está perdida, con el corazón roto y con pocas ganas de enfrentar los nuevos desafíos, hasta que conoce a Paloma (Danny Perea), la villana de la historia, quien pone a prueba su personalidad rebelde y testaruda.

Paloma, una jovencita rica que se convierte en ladrona, “capaz de hacer cosas bien perversas, es una persona que tiene carencia de amor, así que encuentra la felicidad haciendo daño a otros”, comenta Perea, quien a los 20 años (2005) ganó el premio Ariel (de la academia mexicana) como mejor actriz por Temporada de patos.

Así que con una adolescente rehabilitada y otra villana, el elemento de la discordia está a cargo de Juan Pablo Gil, quien alcanzó la popularidad gracias a Nosotros los Nobles, considerada la película mexicana más taquillera de la historia, e interpreta al joven que constantemente está metido en líos de faldas, que sólo busca placer y no amor.

“Álex no encaja en la casa, es más bien un elemento más de conflicto y picardía en la ‘jaula de locas’”, explica el actor de 23 años, quien adelanta que su personaje tendrá que decidirse entre el amor y el deseo, creando así el enfrentamiento más fuerte que se vivirá en la Casa Maca, pues, como augura Pablo Szneiberg, tanto los personajes como los televidentes quieren “encontrar lo que todos soñamos, amores duraderos que nos llenen el corazón y amigos leales que acepten nuestros errores y defectos sin juzgar ni castigar”.

lcontreras@elespectador.com

Por Lilian Contreras

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar