El Magazín Cultural

Rubén Mendoza: "La vicepresidenta es la prueba de que las clases pudientes son ignorantes"

El director colombiano Rubén Mendoza estrena este jueves su último largometraje, ‘Niña errante’. La película, que cuenta la historia de un viaje por carretera entre Ángela y sus tres hermanastras que apenas conoce, llega a las salas de cine después de pasar por una serie de controversias ocasionadas por su presentación en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI).

Santiago Serna Duque / Agencia Anadolu
04 de abril de 2019 - 06:34 p. m.
Rubén Mendoza, cuya película "Niña errante" se estrena hoy en todo el país.  / Archivo
Rubén Mendoza, cuya película "Niña errante" se estrena hoy en todo el país. / Archivo

En su tránsito por el mundo, ‘Niña errante’ ganó el premio a Mejor Película de Ficción en el Festival de Cine Colombiano de Nueva York, EEUU; el Biznaga de Plata a Mejor Actriz de Reparto en el Festival de Málaga y dos galardones en el Festival Internacional de Cine de Tallinn en Estonia.

En un diálogo con la Agencia Anadolu, Mendoza habló sobre la relevancia de la tierra en su obra, el daño de ciertas críticas cinematográficas -a las que él tilda de difamaciones- y del “veto” contra ‘Niña errante’ por parte del Gobierno colombiano. 

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Hay un elemento común en su obra: la geografía colombiana. ¿Por qué es tan importante la tierra?

Es fundamental, es el mismo rol de uno de los personajes de la película. Yo al paisaje no lo entiendo como accesorio, ni siquiera como actor secundario, sino como un protagonista. 

La geografía determina todo y en un país como el mío, donde cada vez que se cambia de altura es, prácticamente, cambiar de país; desde el clima, desde los productos que se pueden sembrar, desde los acentos, desde la vestimenta, eso tiene consecuencias directas en el carácter de mi cine. 

Para mi la tierra y una persona son la misma cosa. Por ejemplo, en el documental ‘Señorita María, la falda de la montaña’, hay un plano de un ojo de un becerro naciendo de noche y, al tiempo, parece que fuera el cosmos ¿no? Entonces, en ese sentido, me gusta reconocer cada cuerpo y cada individuo como un territorio y su piel como frontera. 

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En ‘Niña errante’ hay una escena en la que la cámara es el ojo espía de un encuentro nocturno entre mujeres. ¿Con esta película pretendía hacer una reflexión sobre la intimidad de la mujer, sin el hombre? 

Un poco sí, esa realmente fue la premisa. Preguntarse cómo sería esa reunión sin uno. Generalmente -y por fortuna, ahora menos- todo lo que uno sabe sobre las mujeres parte de las suposiciones masculinas. Cosas que ha impuesto el orden patriarcal por un lado y, por el otro, la fuerza bruta. 

Yo soñaba con presentar esos momentos sin ningún testigo pese a que la cámara, y las personas que trabajamos detrás de ella con tanta delicadeza, contradigan dicha intimidad. 

En ‘Tierra en la lengua’, ‘Memorias del calavero’, ‘Niña Errante’ y un poco en ‘Señorita María’, la carretera es otro personaje determinante...

Sí. La carretera es importante porque te pone a prueba. Si uno está en la ciudad y se mama de alguien, pues se va para un café y ya. Pero el viaje obliga, en cierta medida, a sostenerse en la decisión de avanzar, retroceder o de moverse juntos. La carretera obliga a mirar al mismo punto en grupo para solucionar los azares que van apareciendo. 

En ‘Señorita María’ es diferente, porque la carretera es ella misma. 

El crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga escribió: “Niña Errante es una película para la cual el cuerpo femenino es un territorio a ser asaltado por el placer masculino”. ¿Qué opina de eso?

Yo opino que el ladrón juzga por su condición. Él se escuda en su homosexualidad para decir que así ve las cosas. Lo digo porque abiertamente habla de eso.

Se necesita tener el corazón muy cochino para leer la película de esa forma. Si así de cochino es alguien para decirlo, así te lo respondo. 

Si esa afirmación tuviera un mínimo de verdad, hubiese sido replicada en cualquiera de las decenas de reseñas que se han escrito de la película. 

Aquí había una decisión premeditada por dañar a ‘Niña errante’ solo porque hacía parte del Festival de Cine de Cartagena (FICCI). Festival en el que él trabajaba. Entonces, es muy lamentable que ese hombre siga siendo la referencia de la crítica colombiana, porque es un "Uribe de la crítica". 

¿En esos casos es más pudoroso el crítico de cine que el espectador común?

Claro. En varias películas mías hay desnudos frontales de hombres y jamás hubo una queja. Ahora encuentra pecaminosa la filmación del cuerpo de una mujer. En esto veo doble moral, doble discurso y, sobre todo, una intención premeditada para sacrificar una película antes de que llegue a su circuito. 

Hay una intención de hacer a la crítica más importante que el cine. Y así sea el ‘Paseo 10’ o ‘Rocky 20’, primero un crítico “agacha el moño” porque detrás de cualquier película hay demasiado trabajo y sacrificio. Barbet Schroeder (director de ‘La virgen de los sicarios’) lo dice: "Cualquier película es un milagro". 

¿Por qué dijo que el discurso en el FICCI de la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, fue ignorante? 

Pues bueno, qué se puede esperar de una pobre señora y de este gobierno. Ella es la prueba de que las clases pudientes acá también son muy ignorantes por más "Harvard" que pasen. Gobiernan un país que desconocen. 

Ella no puede ir a decirnos a los cineastas, quienes nos jugamos la vida en cada intento, que nuestra película tiene que ser un negocio y que ‘Star Wars’ y ‘Walt Disney’ son el gran ejemplo. La ignorancia es muy atrevida.

Muchos alegaron que su intervención, posterior a las palabras de Ramírez en Cartagena, se hizo fuera de lugar. 

Esa ha sido una buena manera para hacer casting de amigos ahora en mi vida. A mi la gente que se me acerca a decirme: "muy bonito su discurso y todo, pero no era el momento ni el lugar", yo les digo: "¿Entonces dónde?¿Con un megáfono en un andén?”. 

Yo no sería capaz de mirar a los ojos a la gente que amo si no le hubiera dicho eso a las personas que para mi representan la muerte, el retroceso, el encumbrar la violencia y el desastre. 

¿No llegó ‘Niña errante’ al Festival Internacional de Cine Colombiano en Buenos Aires por una retaliación del gobierno contra su discurso en el FICCI? 

Pues en teoría así fue. Pero de todas formas no sé por qué a la gente le extraña. Estos son los mismos que estuvieron en el poder durante los falsos positivos y fueron capaces de disfrazar a alguien de lo que no era, matarlo y burlarse de su mamá y de su familia. Así que vetar a un cineasta no es nada, es “peccata minuta”.

Por Santiago Serna Duque / Agencia Anadolu

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