“El valor universal de Macbeth desafía el tiempo y el espacio. Shakespeare nos presenta la maldad como una fuerza psíquica que brota de la mente de un tirano y que permea por la fuerza la realidad como un poder sobrenatural que la distorsiona y la oprime. Macbeth vive entre nosotros, en nuestro país, en el contexto político actual como si fuera natural al mismo”, afirma Pedro Salazar, director de La tragedia de William Shakespeare, la versión diseñada por el Teatro Colón y la Compañía Estable para conmemorar los cuatro siglos de desaparición del genio inglés.
Macbeth se estrenó en 1606. El rey Jacobo I, quien gobernaba en Escocia, llegó al trono en Inglaterra y con su arribo elevó la compañía de Shakespeare a la categoría de The King’s Men (Los hombres del rey). Con el paso del tiempo, el dramaturgo fue llamado a producir una pieza que sería presentada en la corte y, para darle gusto al soberano, escogió un tema escocés. Además, sabiendo la pasión del monarca por la brujería, Shakespeare creó los personajes de las tres hermanas que envolverían a Macbeth con su magia negra.
“Estoy tan metido en un lago de sangre que, si no fuera a seguir avanzando, más penoso aún sería regresar”, es una de las frases célebres de esta pieza que transcurre a una velocidad vertiginosa y no da respiro hasta que el protagonista termina acorralado y ajusticiado por una de sus víctimas. No es gratuito que la creación dramaturga de Macbeth sea considerado como uno de los grandes clásicos universales de las tablas y que cada adaptación aborde elementos novedosos sin perder de vista la esencia de la historia.
“Macbeth es la historia de un hombre que para aferrarse al poder se convierte en un abusador del mismo, coleccionando enemigos y destruyéndolos por todos los medios posibles: sobornándolos, chantajeándolos, confiscando sus tierras, aniquilando a sus familias, generando un régimen de horror desde lo que parecería ser la legitimidad. Pero el terror real de la obra va más allá de las acciones de Macbeth; está en que cualquiera de nosotros podría ser él”, cuenta Salazar, quien para esta puesta en escena convocó a actores de trayectoria para mover las fibras de los espectadores.
Christian Ballesteros (Macbeth), Marcela Benjumea (Lady Macbeth), Diego León Hoyos (Duncan), Felipe Botero (Banquo), Ernesto Benjumea (Macduff), Andrés Estrada (Ross), Carlos Gutiérrez (Lennox) y Fabio Espinosa (Malcolm) formen parte del elenco de La tragedia de William Shakespeare. Por su parte, el equipo técnico está conformado por Laura Villegas, dirección artística; Bogumil Palewicz, diseño de luces; Henry Alarcón, diseño de escenotecnia, y Alejandro Restrepo, diseño de maquillaje y peinado.
Esta producción se puede resumir, de acuerdo con lo expresado en su programa de mano, con las siguientes palabras: “Sangre, vaticinios, asesinatos en cadena, la imposibilidad de conciliar el sueño, y hasta la locura, son elementos que pueblan esta obra que se presenta al público en esta ocasión en una versión ágil y en una traducción que busca acercar las palabras del gran dramaturgo inglés al público colombiano”.
“La tragedia de William Shakespeare”. Abril 8, 9, 13, 15, 16, 17, 19, 20, 21, 22, 23 y 24. Teatro Colón, calle 10 N° 5-32 (Bogotá). Información y boletería: 59 36300 y www.tuboleta.com