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Uno entre mil

Óscar de la Renta consiguió convertir el diseño de moda en una labor de empatía a lo largo de seis décadas: “De quien aprendo es de la mujer a la que visto.

Redacción Cultura
22 de octubre de 2014 - 04:14 a. m.
Detalle de un vestido de Óscar de la Renta lucido por la actriz Sarah Jessica Parker. / EFE
Detalle de un vestido de Óscar de la Renta lucido por la actriz Sarah Jessica Parker. / EFE
Foto: EFE - JUSTIN LANE

Es extraordinario lo que ha pasado con la mujer en los últimos 40 años. Me siento orgulloso de haber sido testigo de su avance y he tenido suerte de ser parte de ese movimiento para entender el poder de la mujer de hoy”, decía el diseñador.

De la Renta murió el lunes en su casa en Connecticut, Estados Unidos. Nació el 22 de julio de 1932 en República Dominicana y era hijo de madre dominicana con raíces hispano-italianas y padre puertorriqueño.

Tras interiorizar sus formas, colores y el espíritu del Caribe, que siempre consideró cruciales para su visión, no tardó en irse a Europa a formarse como artista. Primero como pintor, luego como diseñador.

Aprendió de Cristóbal Balenciaga en España, trabajó para Lanvin en París y se fue a Nueva York a finales de los sesenta. Allí trabajó para Elizabeth Arden y se convirtió en un referente de elegancia, junto a su amiga Carolina Herrera. “Ser un buen diseñador es tener los ojos muy abiertos”, dijo en una ocasión.

De la Renta supo encontrar el puente, el punto medio, entre la sensualidad y la elegancia, el conservadurismo y la modernidad, siendo un obsesivo del detalle.

Apenas salía del traje y la corbata, pero tenía una creatividad sin límites, mirando siempre hacia el universo femenino, que iba tomando cada vez más poder. Quizá por eso era uno de los favoritos de las primeras damas: Jacqueline Kennedy, Hillary Clinton, Michelle Obama, entre otras. Y entre las actrices, algunas de sus clientes han sido Jennifer López, Penélope Cruz, Madonna, Emma Watson y Sarah Jessica Parker. Sin embargo, De la Renta afirmaba que “las mujeres que marcan la moda no son las estrellas de cine ni las primeras damas, sino las anónimas, que han desarrollado su propio estilo y tienen una gran seguridad en sí mismas. Vestir bien no es sinónimo de ropa cara. Existe una gran creación al alcance de todos los bolsillos”.

El sello Óscar de la Renta llegó, además, a estamparse en colecciones de accesorios, ropa infantil, perfumes e incluso menaje para el hogar. Al mismo tiempo, el diseñador ayudaba a otros, especialmente a los niños huérfanos dominicanos en la institución La Casa del Niño.

Uno de los últimos homenajes que recibió fue la Medalla de la Excelencia del Carnegie Hall. En esa ceremonia, Julio Iglesias le dedicó un concierto entero y dijo: “Nunca en la vida he conocido a alguien más con la fuerza para luchar que Oscarito tiene”.

Por Redacción Cultura

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