“Las personas tienen que caminar o salir en autobús o camionetas al pueblo más cercano donde hay teléfono y llamar a sus familiares”, le contó Melquíades Rosas Blanco, de origen mazateca, a un medio local.
Esa realidad es ahora parte del pasado para las comunidades indígenas de la Sierra Negra de Oaxaca, donde empezó a implementarse un proyecto de telefonía celular comunitaria único en el mundo, basado en el modelo de las radios comunitarias y administrado por ellos mismos. El proyecto es liderado por el grupo Rhizomatica, que promueve la aplicación de nuevas tecnologías basadas en hardware y software abierto para acceder a las comunidades más apartadas.
“El sistema tiene números públicos que se conectan a una computadora y ésta a un conmutador que localiza el teléfono de la persona a quien quieres hablar”, explicó Pedro Flores, coordinador del proyecto.
El nuevo sistema cuenta con el permiso de la Comisión Federal de Telefonía (Cofetel) para operar por dos años. Para convertirse en una red permanente tendrá que extenderse a cuatro estados. Pero el mayor desafío, según Flores, son las grandes corporaciones telefónicas que, según él, ahora sí pusieron sus ojos en ellos.
“Llegaron los de las compañías a hablar con personas de la comunidad, les dijeron ‘escuchamos que ya tienen su propia telefonía y nosotros queremos lanzar nuestro servicio aquí’”, contó Flores. La respuesta de la comunidad fue un no rotundo.