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“Afán por la reforma tributaria aceleró el proceso de paz”: Fenalco

“La reforma estará más enfocada sobre personas naturales e impuestos indirectos, que es lo que preocupa a los comerciantes”: Botero.

Jorge Sáenz V.
09 de octubre de 2016 - 02:00 a. m.
El gasto público ha venido subiendo de una manera considerable, dice Botero.
El gasto público ha venido subiendo de una manera considerable, dice Botero.

Esta semana el Gobierno espera destapar las cartas de la reforma tributaria y con ello despejar la angustia fiscal que tuvo en vilo a las personas naturales y jurídicas. Sólo el sorpresivo resultado del plebiscito hizo olvidar por momentos esa zozobra tributaria. El presidente de Fenalco, Guillermo Botero, considera que el Gobierno “ha debido presentar la reforma con anticipación” y que el afán por presentar el proyecto lo llevó a acelerar el proceso de paz. El dirigente empresarial no es muy optimista sobre una buena expansión del PIB en 2016.

¿Cómo va terminando el año para el sector del comercio?

Los datos a julio muestran una caída significativa de las ventas, apenas estamos creciendo un 0,73 %. En 2014 lo hacíamos por encima del 6 %, el año pasado por encima de, 3 % y en este momento, con una inmensa dificultad, estamos entre el 0,5 y 1 %. El balance no es muy satisfactorio.

¿A qué le atribuye ese comportamiento?

En primer lugar, las medidas del Banco de la República sobre elevación de tasas de interés surten efecto sobre el consumo de los jefes cabeza de hogar, que son los que mueven la economía, obviamente eso tiene unas implicaciones. En segundo lugar, el alto valor del dólar, que hace que algunos productos aumenten de precio significativamente, eso también contrae el mercado.

Con esta perspectiva, ¿la economía de 2016 cómo va a terminar?

No soy tan optimista como lo es el Gobierno. Pensaría que cualquier cosa entre 1,5 y 2 % sería lo que podría cerrar (la economía). Verdaderamente no creo que vaya mucho más allá el crecimiento económico, pero lo que a mí me preocupa más es que los colombianos nos hemos fijado un imaginario, que es del orden del 3 %. Cuando la economía crece menos del 3 %, es como en el colegio que uno se siente “rajado”.

Con esta incertidumbre del plebiscito, ¿cómo cree que va a terminar la economía?

No creo que por tanta influencia del plebiscito, sino como consecuencia de los incrementos de precios y de la elevación de las tasas de interés. Es que los colombianos tenemos que comprar los productos es con créditos, entonces en la medida en que suben las tasas, coloquialmente como decimos, se “chupan” de hacer algunas compras que son postergadas hacia el futuro, especialmente en bienes semidurables y durables.

¿En esta coyuntura usted diría que saldrá afectada la economía?

Diría que está más atada a la reforma tributaria que a cualquier otra cosa. Es decir, puede generar factores de incertidumbre, pero creo que lo fundamental es conocer el alcance y contenido de la reforma tributaria, finalmente las personas trabajan alrededor de lo que llamamos el ingreso disponible y ese ingreso tiene descontado el efecto que puedan tener los impuestos.

¿Qué puede espantar más al inversionista extranjero, el resultado del plebiscito o la reforma tributaria?

A los inversionistas hay que continuar atrayéndolos y los inversionistas son atraídos en la medida en que encuentren unas condiciones tributarias que sean ampliamente favorables, de lo contrario, es posible que desvíen su inversión hacia otros países. Precisamente lo que se trata es de conquistar ese mercado.

Como estamos “ad portas” de la presentación de la reforma tributaria y estamos viviendo el desconcierto por el resultado del plebiscito, ¿para usted qué es lo que más afecta a los inversionistas?

Digamos que con relación al plebiscito no hay incertidumbre; ese es un hecho cierto que nadie ha puesto en discusión. Entonces digamos que eso está así. Los inversionistas determinan mucho su inversión dependiendo de la manera como se ranquea el país, y el país va a ser calificado en función de si tenemos grado de inversión o no, de allí la importancia de la reforma tributaria, porque las (firmas) calificadoras han puesto como una cierta llamada de atención que Colombia requiere equilibrar sus finanzas públicas, porque de lo contrario tendría implicaciones mantener o no el grado de inversión y para eso es necesaria la reforma.

La Anif dice que las calificadoras nos tienen tarjeta amarilla, ¿sin la reforma tributaria nos sacan tarjeta roja?

La reforma será muy compleja de tramitar. Hay dos compromisos del Gobierno, el primero es socializarla, que es difícil, y el segundo, que sea estructural. Si es una reforma de coyuntura exclusivamente para tapar parte del hueco del déficit fiscal, diría que verdaderamente no hicimos nada. Pero las finanzas públicas no se van a arreglar a punta de reformas tributarias, porque la capacidad de pago de los colombianos está muy agotada. En 2016 el recaudo está por los $130 billones. Si la reforma propende por recaudar $15 billones en 2017, el Gobierno tendría ingresos por $145 billones; es decir, en siete años más se duplicó la carga tributaria de los colombianos. Esa capacidad viene mermada y no veo línea diferente a trabajar sobre el gasto que ha venido subiendo de manera significativa.

El caudal político del presidente Santos se debilitó con la adversidad del plebiscito. ¿Puede sufrir con el trámite de la reforma tributaria?

El plebiscito tenía una relación de causalidad con la reforma tributaria si hubiera sido presentada antes de la consulta. Pero ya pasado el plebiscito estamos en otra circunstancia. Es un comentario muy respetuoso, que el Gobierno primero ha debido presentar la reforma con anticipación y, lo segundo, que el afán de presentar la reforma lo llevó a acelerar exageradamente el proceso de paz en La Habana sin ni siquiera haber podido revisar los textos finales en esa situación de carrera a convocar un plebiscito porque se le venía la reforma tributaria. Es decir, ésta marcó un punto que verdaderamente afectó significativamente el mundo político.

¿Con la reforma saldrán más afectadas las personas naturales o las jurídicas?

La circunstancia de tributación de las empresas requiere una reforma tributaria, a las empresas hay que bajarles la carga tributaria, de lo contrario, van a desaparecer y la inversión extranjera también, porque tasas efectivas de tributación por encima del 70 % no las resiste ninguna empresa, en eso seamos claros y categóricos. La reforma estará más enfocada sobre personas naturales y sobre impuestos indirectos que es lo que preocupa enormemente a Fenalco.

En materia de IVA, ¿qué espera?

Tributo a los vinos, vehículos, viene el de los licores, está propuesto para las bebidas azucaradas, el tabaco y está la iniciativa del incremento del IVA del 16 al 19 %; en ese panorama, para el comercio eso es algo así como desastroso.

Por Jorge Sáenz V.

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