Alpina mira hacia el norte

A través de millonarias inversiones e innovación, la compañía busca ganar terreno en el que es considerado el mercado lácteo más grande del mundo.

David Mayorga
11 de agosto de 2014 - 02:00 a. m.
 Carlos Mejía, vicepresidente Financiero y Administrativo de Alpina. / Cortesía
Carlos Mejía, vicepresidente Financiero y Administrativo de Alpina. / Cortesía

Tomarse el mercado. Esa es la meta que Alpina, bajo la nueva presidencia de Ernesto Fajardo, se ha trazado para este año. La manera de lograrlo es superar, al final de año, los $1,8 billones que la compañía se ha fijado como objetivo de ventas, al igual que elevar la rentabilidad de la firma del 11% actual en otro punto porcentual. Claro que ese camino se inicia con un impulso de $125.000 millones, que conforma el paquete de inversión que la empresa ha diseñado para ejecutar en los próximos meses. Una buena parte de esos recursos se invertirá en ampliar la capacidad productiva; otra, en fortalecer la cadena logística y la innovación; y la restante, en consolidar el portafolio que Alpina vende hoy en Estados Unidos.

“Hoy estamos teniendo una gran recepción de los productos en ese mercado y queremos seguir invirtiendo en fortalecer el sistema industrial allí y en la marca”, comenta Carlos Mejía, vicepresidente Financiero y Administrativo de Alpina, el hombre que ha diseñado esta hoja de ruta en la que el país del norte es un escenario preferencial.

El mercado lácteo estadounidense asciende a US$7.500 millones anuales, de los cuales, Alpina registró ventas netas el año pasado por US$12,9 millones. En el primer semestre de 2014 facturó US$8,1 millones, para un crecimiento de 13% frente al mismo periodo de 2013. La base de estos resultados son tres productos estrella: el yogur Greek (reseñado en publicaciones como Fitness Magazine por su alto contenido nutricional), la avena y el Bon Yurt.

“Es un mercado donde los componentes de proteína y de productos bajos en grasa son muy importantes. Por el momento nuestro portafolio está concentrado en estos tres productos y evaluamos alternativas que nos permitan saciar las necesidades de los consumidores estadounidenses”, comenta Mejía, quien resalta que la estrategia de la compañía ha evolucionado de aquella primera fase centrada en las comunidades hispanas: “Estamos concentrados principalmente en la costa Este y estamos ampliando nuestra red de distribución. Vamos por todo el mercado”.

El eje fundamental del buen posicionamiento de la compañía en Estados Unidos se encuentra en Batavia, un pueblo del estado de Nueva York donde opera la planta de Alpina Foods Inc., su subsidaria. Ha sido el eje para firmar contratos de distribución con cadenas de supermercados como Ahold, Shaws, Low’s y Merket Basket, que a su vez le han permitido conquistar nuevos consumidores. Para fortalecer su presencia en el que es considerado el mercado lácteo más grande del mundo. La compañía invirtió sólo en el segundo trimestre de 2014 más de US$2 millones.

Una estrategia similar ha desplegado Alpina en Venezuela, Ecuador y Perú, los países que conforman su estrategia internacional, esa que en 2013 le reportó ingresos superiores a US$110 millones por concepto de ventas (sin contar exportaciones a otros mercados). Y que en los meses por venir será reforzada con recursos para innovación.

Tal como sucedió hace sólo un mes en el mercado colombiano con el lanzamiento de Frizz, la nueva bebida de jugo con gas (creó el segmento en el mercado de gaseosas), en la cual invirtió $3.750 millones, que le han significado vender más de 450 toneladas del producto.

Toda esta arquitectura financiera se sustentará, en buena parte, con recursos propios de la compañía (sólo para este año espera utilidades del orden de $175.000 millones) mientras que el resto provendrá de vehículos de deuda con fondos enteramente nacionales, tales como bonos en el mercado local (en el pasado puso $266.000 millones por esta vía) y créditos con la banca.

En palabras de Mejía, una operación muy bien calculada: “La organización está experimentando crecimiento y necesita que se sustente a través del apalancamiento para ampliar su capacidad. En la medida en que mejoremos nuestras utilidades, tendremos mejores posibilidades de crecer en el mercado”. 

dmayorga@elespectador.com

Por David Mayorga

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