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Alto riesgo contable

La ilusión de un plazo muy amplio para adoptar este estándar podría afectar las ventas externas del 80% de las compañías del país.

David Mayorga
24 de enero de 2013 - 10:00 p. m.
Los precios para implementar el estándar NIIF en las pymes no exceden los US$30.000.  / 123rf
Los precios para implementar el estándar NIIF en las pymes no exceden los US$30.000. / 123rf

Cuando volvió a su oficina después de las vacaciones de fin de año, Waldo Maticorena, gerente general de IFRS Masters, firma que capacita a las empresas internacionales en la aplicación de las reglas contables NIIF, notó un cambio importante en el número de solicitudes para asistir al primer curso de 2013: “De los 15 estudiantes mensuales con que culminamos 2012, pasamos a 32. Es un incremento de más de 100%, un indicador de que las expectativas están creciendo”.

Es un aumento que no pasa desapercibido, y más teniendo en cuenta que el país tiene plazo hasta el 31 de diciembre de 2016 para que todas sus empresas adopten esta práctica internacional. Ese día tienen que producir balances contables comparables con sus actividades de un año atrás.

Sin embargo, este plazo ha generado en todo el sector un problema muy grave: una especie de ilusión óptica que les hace pensar a los empresarios que aún tienen cuatro años para preparar a sus empleados, adoptar sus sistemas tecnológicos y todos los mecanismos de control que exige este estándar internacional, impulsado principalmente por la Unión Europea.

“Su primer balance anual tiene que estar contrastado con toda la operación de 2015. Por lo tanto, los requerimientos tienen que estar funcionando el primero de enero de ese año. La preparación suele tomar un año, así que, si no arrancan desde ya, no estarán listos”, explica.

A esto se le suma un problema adicional: la falta de instructores especializados para preparar a los equipos contables. De acuerdo con un cálculo sencillo, en el escenario de que haya un universo de 100.000 empresas en el país, una empresa como la de Maticorena tendría que atender a 1.666 clientes al mes y liderar la transformación de 55 compañías cada día, sin jornadas de descanso.

Las consecuencias serían funestas, pues es muy probable que el 80% de las empresas colombianas no puedan cumplir con los requisitos exigidos para 2016, porcentaje que afectaría en mayor medida las ventas internacionales de las pymes. Países como Venezuela o Chile les robarían mercado solo por este factor.

“Es una oportunidad que las empresas deben aprovechar. Para los inversionistas internacionales es más fácil realizar comparaciones entre compañías con normas contables similares, lo cual puede ser muy valioso a la hora de definir valores relativos. Le pondrían especial atención a la oferta colombiana”, explica Daniel Lozano, jefe de Investigaciones Económicas de la comisionista Serfinco.

También es muy posible que se cumpla una lógica de la economía: hacia octubre de 2014, cuando sean conscientes de que el plazo está cerca, una gran masa de compañías iniciarían su proceso de adaptación disparando los precios. “Como siempre, los más juiciosos, que inician el proceso ya, son los que no tendrán problema alguno”, asegura Maticorena.

Por David Mayorga

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