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Aterrizaje anhelado

El nuevo jugador del mercado integrado, que se une a las bolsas de Chile, Perú y Colombia, traería una mayor capitalización. Sin embargo, primero se deben superar obstáculos regulatorios.

David Mayorga - dmayorga@elespectador.com
01 de febrero de 2014 - 09:00 p. m.

 El gran obstáculo se derribó en noviembre de 2013, cuando el Congreso mexicano aprobó el proyecto de reforma de su sistema financiero. La noticia, que les permitió a los bancos locales obtener mayores garantías a la hora de recuperar el dinero prestado, fue acogida de inmediato por los miembros de la Alianza del Pacífico, el grupo económico conformado también por Chile, Perú y Colombia, quienes veían en ella la oportunidad de consolidar por fin el Mercado Integrado Latinoamericano (Mila), la plaza bursátil que en 2014 estaría constituida por los cuatro jugadores. La misma que podría convertirse en la más grande de la región.

Esa realidad sería posible porque la reforma mexicana permite, entre otras medidas, que sus inversionistas realicen operaciones en otros países. En su caso será Perú, pues la Bolsa de Valores de Lima y la Bolsa Mexicana de Valores firmaron un convenio para que sus operaciones se integren al entramado del Mila, un paso que se fortalecerá en los próximos días cuando representantes de los cuatro mercados diseñen el cronograma que permitirá la entrada al nuevo miembro.

Una posibilidad que ha sido bien recibida por los operadores norteamericanos. “Si entramos, se llevará a cabo un mayor número de transacciones de emisoras mexicanas con un consiguiente aumento de liquidez”, le dijo Valeria Romo, analista de acciones del Grupo Financiero Monex, al diario El Economista.

El mexicano es el segundo mercado, por tamaño, de América Latina, detrás de Brasil. Cuenta con 140 emisores que el año pasado negociaron US$219.100 millones, cantidad muy superior a la de sus futuros socios (ver gráfico). Aun así, la volatilidad originada en el recorte al estímulo económico de EE.UU. hizo que el IPC, su principal índice bursátil, sufriera una caída anual de 2,24%. La buena noticia es que superó en 13 ocasiones sus registros históricos.

Sus emisores también tuvieron un año movido. Femsa, la principal embotelladora de productos de Coca-Cola en el mundo, gastó varias decenas de millones de dólares al adquirir diversas empresas con el objetivo de garantizar su expansión en la región, siendo la brasileña Companhia Fluminense de Refrigerantes su compra más importante. Por otro lado, Alsea, administradora de restaurantes bajo franquicia, amplió, mediante la misma estrategia, su presencia en el sector retail y comercio. Pero el gran ganador de 2013 fue Gruma, el mayor productor de harina de maíz y de trigo en el planeta, cuya acción se valorizó 152% gracias a una mejoría de 2,3% en su flujo operativo producto de una mejor eficiencia en su administración.

La bolsa mexicana concentra auténticas multilatinas como América Móvil, la joya de la corona del magnate Carlos Slim que opera las telecomunicaciones regionales a través de la marca Claro, o Televisa, un fuerte jugador en el área de contenidos audiovisuales con presencia en EE.UU.

La eventual entrada de sus títulos al Mila será estratégica para el mercado integrado. “Un colombiano, que hoy tiene opciones muy concretas de inversión, encontrará más nombres por sector. Además, México cuenta con una presencia sobresaliente de jugadores internacionales, en especial de EE.UU., que operan en el sector real y de portafolio; su presencia aumentaría los estándares de profesionalización”, comenta César Cuervo, analista jefe de acciones de CrediCorp Capital.

Esa sería la transformación del Mila si, durante el transcurso del primer semestre de 2014, como planean sus impulsores, se concreta la entrada de México. Porque a pesar de que el mercado inició operaciones en 2011, su realidad sigue siendo discreta. Con 590 empresas listadas, las transacciones totales de activos ascendieron el año pasado a US$6.330 millones, muy por debajo de los US$20.646 millones negociados por Colombia y los US$45.792 millones de Chile. La plaza cuenta hoy con 34 intermediarios que han debido sortear, desde su lanzamiento, inconvenientes en el flujo de información y plataformas tecnológicas.

También es justo decir que el enroque entre los tres jugadores no ha sido sencillo. A pesar de que tanto reguladores como operadores bursátiles de Chile, Perú y Colombia han unido esfuerzos para consolidar una plataforma unificada (por ejemplo, las operaciones de compraventa se realizan en moneda local con un patrón de conversión instantáneo), hay obstáculos que, como en México, requieren de reformas legislativas para superarse.

“Los impuestos son una de las mayores demoras. Colombia tiene exenciones para los dividendos de acciones y las valoraciones, pero Chile no. Por otro lado, hay acuerdos tributarios entre México y Colombia que benefician el papel de los fondos de pensiones y habría que elevarlos a todo el mercado. Se espera que la entrada de México acelere estos procesos porque traería consigo una mayor oferta de acciones que aumentaría la capitalización bursátil”, explica María Claudia Correa, vicepresidenta de inversiones de Skandia.

Esa dinámica se daría desde su entrada. Entre los inversionistas suramericanos hay especial interés en las acciones petroquímicas, que se valorizarían con la reforma energética mexicana que amplía el escenario de exploración petrolera. Es así que nombres como Alpek (productora de fibras sintéticas) o Mexichem (que fabrica químicos) tendrían un lugar especial en los portafolios de los inversionistas durante 2014.

Por David Mayorga - dmayorga@elespectador.com

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