A finales del año pasado, sobre mediados de noviembre, Fabio Villegas lucía impaciente, preocupado, molesto. En una de las tantas salas de juntas que tienen las oficinas centrales de Avianca, él, para ese momento presidente de la compañía aérea, y su coequipero, Gerardo Grajales, vicepresidente financiero, caminando de lado a lado, manos atrás y un tanto encorvado, señalando las cifras de la compañía en una presentación digital, quería hacer visible la situación real de la multilatina. Era necesario. Las cifras no volaban tan alto como la empresa.
¿Qué pasaba? La acción estaba por los $1.555 y marcaba una caída profunda, teniendo como referencia que cuando se enlistó, en mayo de 2011, se movía por los $5.000 y alcanzó a subir hasta los $5.310. Y eso, para cualquier empresa, grande o pequeña, nacional o extranjera, es malo. Por eso, enfático una y otra vez, Villegas quiso resumir la situación así: “El precio de la acción no refleja el valor de la compañía”.
Demostrarlo, ahora mismo, es el principal reto del nuevo líder de Avianca, Hernán Rincón, quien fue designado como presidente ejecutivo de Avianca Holdings S.A. y presidente de Avianca S.A. Rincón, sin trayectoria en la industria aérea, tiene fama de ser líder, talentoso y efectivo. Sabe de innovación y en la industria tecnológica, en donde se ha movido la mayoría de su carrera, es bien referenciado como un ejecutivo “visionario” y “muy creativo”.
Eso fue precisamente lo que resaltó Germán Efromovich, dueño y accionista mayoritario de la compañía, cuando anunció la elección: “El ingreso de Hernán Rincón como máximo ejecutivo de Avianca Holdings S.A. y Avianca S.A. coincide con una nueva etapa de fortalecimiento de la organización con miras a enfrentar los cambios en el entorno, los cuales exigen rigurosos ajustes en la estrategia, con el fin de mantener en alto la calidad de la atención y la competitividad empresarial tras casi cien años de servicios ininterrumpidos a los viajeros de Colombia, América Latina y el mundo”. Acto seguido, dijo: “Un reto que, estoy seguro, Hernán Rincón sabrá enfrentar apoyado en el talento, visión, creatividad y liderazgo que lo han caracterizado a lo largo de su carrera”.
La realidad es que Rincón recibe una organización que entre enero y diciembre de 2015 tuvo unos ingresos operacionales de US$4,36 billones. La utilidad neta ajustada fue de US$67,8 millones y la utilidad operacional alcanzó los US$249,2 millones. Terminó el año con 180 aviones, entre Airbus, ATR, Embraer, Cessna y Boeing. Suma 21.000 colaboradores, atiende 105 destinos en 28 países de América y Europa, tiene tres centros de operación (Bogotá, San Salvador y Lima), y desde Colombia atiende 3.280 vuelos semanales a 25 ciudades del país, seis en Norteamérica, ocho en Suramérica, once en Centroamérica, México y el Caribe y tres en Europa.
Daniel Medina, exministro de las TIC, define al nuevo ejecutivo así: “Hernán, junto con Orlando Ayala, son los colombianos que han tenido mayor responsabilidad en Microsoft. Es un conocedor de las áreas de ventas, marketing y operaciones en tecnología y de toda la región Latam, por eso tiene una visión global de negocios. Eso es importante para comprender los retos de Avianca: la visión global”.
Medina advierte que “igualmente, la mezcla entre operaciones y ventas es otro plus para el reto que tiene. Comprensión de ambientes laborales globales y diversos en ambientes empresariales que lo requieren como Avianca” también suma, y suelta una apreciación importante: “Me parece una excelente elección y tiene tremendo reto luego de las recientes pérdidas de Avianca”.
Dentro de la compañía también pusieron las cartas sobre la mesa. Algunos empleados recuerdan que “Villegas tampoco tenía experiencia en el sector y resultó ser uno de los mejores presidentes”, por eso tras el anuncio hay “expectativa y obviamente el entorno económico y la contracción del sector aéreo obligará a hacer cambios”. Incluso hay una lectura gerencial: “Esperemos que no pase como en Apple cuando contrataron al presidente de Pepsi” (la compañía tecnológica contrató en 1983 al presidente de Pepsi y éste terminó despidiendo a Steve Jobs, el genio creador de Apple. Una de las decisiones más criticadas porque la empresa entró en un ocaso de casi diez años).
Rincón estudió matemáticas y computación en la Universidad Estatal de Nueva York, tiene una maestría en ingeniería industrial de la Universidad de los Andes y otra en la Escuela Gubernamental Kennedy, además del MBA en administración pública en Harvard (fue miembro de la prestigiosa beca Edward S. Mason y partícipe del programa Hubert H. Humphrey del gobierno de Estados Unidos). En cargos directivos logró la presidencia de Microsoft para Latinoamérica y trabajó en Unisys y Cocelco.
Rincón dijo que “con la energía que exigen los nuevos desafíos y el apoyo comprometido de los más de 21.000 colaboradores que hoy conforman la organización, trabajaré con dedicación para generar valor de largo plazo a los clientes, socios comerciales e inversionistas, dándoles prioridad a la eficiencia operacional y la excelencia en el servicio como único camino para mantener la preferencia y lealtad de los miles de viajeros que diariamente eligen a Avianca para volar por América y el mundo”.
Su reto, además de aquel que entristecía a Villegas en el pasado noviembre con la acción por el piso, es un poco más gordo y no ha cambiado mucho desde entonces: tanto así que se podía resumir con las mismas palabras que usó el exitoso ejecutivo ese día: “La reducción en el precio de las commodities ha tenido un impacto grande en las economías de América Latina. En Brasil, en Colombia. ¿Qué impacto? Menor crecimiento, más devaluación, que han generado menor demanda de los pasajeros. Hoy es más caro viajar al exterior. Hay exceso de oferta de sillas con, también, impacto en los precios. Toda la industria en América Latina está resumida en este escenario”. Y a esa acaba de llegar el nuevo piloto de Avianca, quien tiene la tarea no sólo de buscar que el mercado pague más por la acción sino que más pasajeros tomen la decisión de pagar por montarse en sus aviones. ¿Lo logrará?
