El euro cayó a su punto más bajo en más de un año, su declive más importante desde finales de 2011, el clímax de la crisis de la Eurozona. Esto luego de lo que ha sido la apuesta más reciente por parte del Banco Central Europeo (BCE), sin llegar a un relajamiento cuantitativo a gran escala.
Draghi, presidente del BCE, dijo que este era el último recorte a las tasas y reveló que comenzarán a comprar en octubre paquetes de préstamos, que se conocen como títulos apoyados en activos, y bonos cubiertos.
Los inversionistas habían estado preparándose desde finales de agosto para más estímulo monetario, cuando Draghi señaló que estaba listo para tomar medidas de emergencia, con la intención de combatir el riesgo de deflación. La inflación de la Eurozona, que es de 0,3%, se halla en su punto más bajo en cinco años. No obstante, los recortes a las tasas y el anuncio de las compras de bonos sorprendieron a los analistas. La tasa de refinanciación de referencia del BCE se redujo de 0,15% a 0,05%. Dijo que les cobraría a los acreedores hasta 0,2%, que es un aumento con respecto a 0,1%, por sus depósitos que están en el banco central.