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Barack Obama sospecha de Irán

Departamento del Tesoro impuso nuevas sanciones contra 11 empresas de individuos por conspirar para adquirir materiales destinados al programa de misiles balísticos de Irán.

Bloomberg
19 de enero de 2016 - 04:05 a. m.

Al establecer nuevas sanciones contra Irán al día siguiente de levantar las anteriores, y al tomarse la molestia de echar por tierra cualquier comparación con el restablecimiento de lazos con Cuba, la administración Obama intenta demostrar que tratará a su némesis de años en Oriente Medio con el nivel indicado de sospecha.

Transcurridas menos de 24 horas desde la implementación de un acuerdo histórico para recortar el programa de armas nucleares de Irán, el presidente de EE. UU., Barack Obama, dijo este domingo que cinco estadounidenses retenidos por Irán habían sido liberados en un canje de prisioneros. El Departamento de Estado anunció por separado un acuerdo para liberar dinero iraní congelado durante más de 35 años.

Sin embargo, en tanto la Casa Blanca proclamaba los beneficios de la diplomacia, el Departamento del Tesoro imponía nuevas sanciones contra 11 empresas e individuos por conspirar para adquirir materiales destinados al programa de misiles balísticos de Irán.

“Nos mantendremos vigilantes”, dijo Obama en un discurso desde el salón presidencial de la Casa Blanca. “No cederemos en la defensa de nuestra seguridad ni la de nuestros aliados y socios”.

Estas contracorrientes en la política ilustran lo delgada que es la línea que recorre Obama para mejorar las relaciones con Irán sin parecer demasiado blando. Estados Unidos tensó los lazos oficiales con Irán en 1980, en una época en la cual la República Islámica mantenía a docenas de diplomáticos y ciudadanos particulares estadounidenses como rehenes en la embajada de aquel país en Teherán. El drama de los rehenes llegó a su fin en enero de 1981, pero las relaciones no se restablecieron totalmente.

“Excepcionalmente complicada”

“La relación de Estados Unidos con Irán seguirá siendo excepcionalmente complicada”, dijo Brett Bruen, exfuncionario del Consejo de Seguridad Nacional de Obama y actualmente presidente de la firma consultora Global Situation Room, con sede en Virginia. “Los radicales de ambas partes continuarán haciendo sus esfuerzos para desviar el rumbo”.

Funcionarios de la administración dijeron que el canje de prisioneros no estaba directamente ligado a las negociaciones nucleares, pero que éstas lo posibilitaron. El ritmo de las conversaciones se intensificó después de que Estados Unidos y otros cinco países concluyeron el acuerdo atómico con Irán en julio. Asimismo, el deshielo diplomático permitió la resolución de una posible confrontación la semana pasada, cuando Irán detuvo a miembros de la Marina estadounidense en dos barcos de patrulla que se desviaron hacia sus aguas. Los marineros fueron liberados en menos de 24 horas.

De acuerdo con los términos del acuerdo ratificado este sábado, Irán reducirá sus plantas nucleares y exportará casi todo su uranio poco enriquecido a cambio del levantamiento de las sanciones económicas y financieras. Irán obtiene un acceso inmediato a unos US$50.000 millones en cuentas congeladas en el exterior, fondos que el Gobierno utilizará, dice, para reconstruir industrias e infraestructura. También abre la puerta a inversores extranjeros que están ansiosos por ese mercado relativamente no explotado de 77 millones de habitantes.

Obama dijo que Estados Unidos y sus socios internacionales serán “firmes” a la hora de enfrentar a Irán por acciones destinadas a desestabilizar la región, además de las amenazas a Israel, que ha sido un opositor vehemente del acuerdo nuclear.

Por Bloomberg

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