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La batalla que transformará el país en telecomunicaciones

Con la fusión de Millicom y Une y la nueva oferta de Avantel, se consolidan 10 nuevos operadores con servicios 4G. Los analistas, no obstante, predicen una dura competencia y nuevas integraciones.

David Mayorga
19 de agosto de 2014 - 02:00 a. m.
Según analistas, el mercado de telecomunicaciones colombiano mueve US$11.400 millones al año.  / 123rf
Según analistas, el mercado de telecomunicaciones colombiano mueve US$11.400 millones al año. / 123rf

Una nueva etapa en la industria colombiana de las telecomunicaciones comienza hoy con dos hechos puntuales: en Medellín, Millicom le presentará al mercado su nueva fusión con Une, consolidando así el tercer jugador más grande del mercado, con una base cercana a los 11 millones de usuarios y presencia en todos los segmentos de la cadena (televisión por suscripción, internet, telefonía móvil y fija). Por otro lado, en Bogotá, Avantel hará pública su nueva oferta de servicios 4G (LTE, que permite mayor velocidad de navegación y menor tiempo de descargas), enfocada, como ha sido habitual desde su llegada al mercado en los años 90, al segmento corporativo.

Un cuadro que se complementará en los siguientes días con el lanzamiento del servicio de internet 4G por parte de Directv y por la ETB, que en su cumpleaños número 130 busca mostrarse como una empresa moderna, capaz de competir con servicios de calidad y lograr una participación del mercado del 10%, el objetivo que se ha fijado para 2019.

Estos anuncios consolidan la promesa del Gobierno, del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), de la Agencia Nacional del Espectro (ANE) y de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), de consolidar una industria sólida, con una oferta de 10 operadores, portafolios con la última tecnología y una férrea protección al usuario basada en tarifas reguladas en pro de la competencia, sanciones por mala calidad del servicio y, entre otras medidas, planes por microzonas para mejorar la cobertura.

Según las cifras oficiales, esta nueva fase de la industria arranca con una penetración de internet cercana al 20%, 8,88 millones de conexiones de banda ancha, 51,5 millones de abonados a telefonía móvil y cerca de 3 millones de suscriptores a televisión paga (satelital o cableada). Y las expectativas son que esas cifras sigan creciendo, en especial en los estratos bajos que presentaron, por ejemplo, crecimientos superiores a 150% en la adopción de banda ancha durante los últimos tres años.

Un futuro solo posible con inversiones de alto calibre. Como las dos que se anunciarán hoy: los US$865 millones que le costó a Millicom (operadora en el país de la marca Tigo) fusionarse con Une o los US$250 millones invertidos por Avantel para redoblar su portafolio de soluciones en telecomunicaciones a las 20.000 empresas y entidades gubernamentales que hoy son sus clientes.

Pero por más que esos grandes capitales sigan desembolsándose, la estructura de la industria, de momento, sigue intacta. “Colombia es un país altamente concentrado. El grupo América Móvil (Claro) tiene casi el 50% de todo el mercado (en total, US$11.400 millones) de telecomunicaciones. El segundo es el grupo Telefónica, que si sumamos sus operaciones fijas y móviles, tiene casi el 20%. El tercer competidor es Tigo, con un 8,5% del mercado total. Al integrar sus operaciones con Une, tendríamos un nuevo jugador con un market share de 16,5% aproximadamente, lo que sin duda generará más presiones competitivas con Telefónica, impactando el mercado con beneficios positivos para los usuarios en términos de precios y cantidad de ofertas”, explica Gina Sánchez, analista de la firma Frost & Sullivan.

Ese equilibrio se mantendría entre los grandes operadores en los próximos años. Pero los demás, especializados en nichos geográficos, económicos o demográficos, tendrán que enfrentarse en una batalla abierta no solo para captar más clientes, sino para generar los ingresos que recompensen sus abultadas inversiones.

“Como ocurre en Inglaterra, uno de los mercados más competitivos en el mundo, con las llegadas de nuevos operadores y de operadores virtuales (que utilizan las redes de un tercero), la industria tiene que consolidarse. Igual en Estados Unidos, donde Sprint y T-Mobile buscan fusionarse para competir mejor con AT&T y Verizon. Un mercado como Colombia, con una población de 48 millones de personas, no puede soportar más de tres operadores principales y el mismo número de operadores pequeños o virtuales. La industria de telecomunicaciones tiene que consolidarse en los próximos cinco años con fusiones y adquisiciones entre Directv, Avantel, Virgin Mobile ETB, Movistar y Millicom”, señala Sunny Dogra, director de Rawlings Consultants.

Esa transformación empieza hoy, con la base teórica de que la competencia mejorará el servicio y beneficiará al usuario.

Por David Mayorga

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