El castigo al banco francés por hacer negocios con países que estaban sujetos a sanciones, y que incluye una declaración de culpabilidad y una suspensión de un año para realizar ciertas transacciones en dólares, debía anunciarse anoche en Nueva York, luego de que cerraran las bolsas de Estados Unidos.
El acuerdo de conciliación de BNP es un contratiempo para el banco, que en buena medida superó exitosamente las crisis financieras de EE.UU. y Europa. Llega poco tiempo después de los intentos infructuosos de políticos franceses por evitar un veredicto de culpable, que temían tuviera efectos en cadena en la economía del país.
La conciliación fija un precedente para un caso de sanciones relacionadas con EE.UU. y el banco es el primer acusado en declararse culpable de violar las leyes que gobiernan las sanciones económicas. La multa, que se impuso por transmitir US$30.000 millones en transacciones para Sudán, Irán y otros países, es cuatro veces los US$1.900 millones que pagó HSBC en 2012 por violar sanciones y por transferir dineros de carteles de la droga.
La multa se dividirá en partes iguales entre las agencias federales, que incluyen al Departamento de Justicia y la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro, y autoridades estatales, con al menos US$2.000 millones yendo al Departamento de Servicios Financieros de Nueva York. El resto irá a la oficina del fiscal de Manhattan.
Aproximadamente una docena de empleados de BNP perderán sus empleos. Según personas familiarizadas con el tema, varios han salido ya del banco. El ejecutivo más alto que está envuelto en el caso es Georges Chodron de Courcel, de 64 años, el gerente de operaciones, dijeron las fuentes.