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Bolsa Mercantil, la "joya de la corona"

Aprovechando decisiones de la Bolsa de Valores, Interbolsa y varios de sus socios hoy tienen la mayoría accionaria en BMC.

Alexánder Marín Correa / María del Rosario Arrázola
22 de diciembre de 2012 - 09:00 p. m.
La Bolsa Mercantil de Colombia estuvo en la mira de accionistas de Interbolsa. Hoy tienen casi el 51% de acciones.  / BMC
La Bolsa Mercantil de Colombia estuvo en la mira de accionistas de Interbolsa. Hoy tienen casi el 51% de acciones. / BMC

En medio de la maraña de negocios que tejieron algunos de los socios mayoritarios de la comisionista Interbolsa S.A., justo antes de su descalabro por la negociación con los repos de Fabricato y las irregularidades del Fondo Premium de Curazao, los mismos protagonistas del escándalo habían puesto en marcha un proyecto menos visible, pero seguro: asumir el control de la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC). Una entidad de capital público y privado, con excelentes proyecciones económicas, que representaba la joya de la corona.

Y no era para menos. A pesar de que entre 2008 y 2011 la BMC tuvo pérdidas cercanas a los $30.000 millones, este año recuperó el terreno perdido y saneó sus finanzas. Hoy la proyección es que en breve tendrá un mercado cercano a los 8 billones de pesos. Si se examina en detalle la composición accionaria de la BMC desde 2008 hasta la fecha, siempre aparecen empresas y personajes relacionados con Interbolsa S.A. Por ejemplo, Tecfin S.A., Valores Incorporados S.A. Rentafolio Bursátil, Helados Modernos de Colombia y las Tres Palmas Ltda.

En otras palabras, antes y después del escándalo de Interbolsa, por medio de su red de empresas y asociados, los mismos personajes fueron y siguen siendo los grandes animadores de la Bolsa Mercantil de Colombia. Si se tiene en cuenta que el Ministerio de Agricultura posee el 11% de las acciones de este organismo, lo que queda claro es que en la Bolsa Mercantil el Estado es socio de la comisionista intervenida. La explicación de sus directivos es que se trata de un mercado público de valores donde cualquiera puede comprar acciones.

Sin embargo, en desarrollo de sus investigaciones, la Cámara de Representantes sí ha concentrado su interés en establecer qué tanta influencia han tenido los principales socios de Interbolsa y su red de empresas en la Bolsa Mercantil de Colombia. Un documento enviado al Congreso por su presidente Iván Darío Arroyave evidencia que no sólo han sido accionistas permanentes, sino que incluso varios de los personajes cercanos a los protagonistas del escándalo han ocupado cargos en la junta directiva de la Bolsa Mercantil.

Por ejemplo, entre 2008 y 2010 estuvo Carlos Adolfo Mejía, expresidente de la holding Proyectar Latinoamérica y hombre muy cercano a Rodrigo y Tomás Jaramillo y a Juan Carlos Ortiz. También estuvo en la misma época, Luis David Peña Salgado, exrepresentante legal de Interbolsa y socio directo de Juan Carlos Ortiz en una compañía que ambos constituyeron en Panamá en septiembre de 2005. También formó parte de Proyectar Valores. Además, fue uno de los creadores de la mesa de dinero Forefront, allanada por la Fiscalía.

En realidad, según fuentes cercanas al tema, desde tiempo atrás los socios de Interbolsa pusieron sus ojos en la Bolsa Mercantil y, para lograr la mayoría accionaria, pusieron en marcha una bien diseñada estrategia, aprovechando los vacíos de las normas que rigen el mercado de valores en Colombia. En otras palabras, siempre dentro de la ley, aunque rayando el límite, entraron a capitalizar el organismo. Por ejemplo, entró también el polémico Alessandro Corridori, hoy con el 6,34% de las acciones de la BMC, mediante su empresa Invertácticas.

Otro personaje a bordo es Hélber Otero Pacheco. Desde febrero de 2012, un informe del director de Supervisión del Autorregulador del Mercado de Valores de Colombia, Arnulfo Vanegas, en el que advirtió situaciones anormales con las acciones de la Bolsa Mercantil, referenció el nombre de Otero Pacheco como otro de los personajes identificados en una red de operaciones cruzadas y supuestamente convenidas para manipular las acciones de la BMC, y así mantenerlas en la categoría de líquidas y negociarlas como repos.

Según las fuentes consultadas, la idea de los socios de Interbolsa y sus allegados de negocios fue la de alcanzar la mayoría accionaria de la Bolsa Mercantil, para dominarla. Con un atractivo adicional: aprovechar los grandes flujos de dinero manejados por la BMC por medio de multimillonarios contratos con diversas entidades del Estado. Es decir, una idónea plataforma para obtener flujo inmediato de dinero en la Bolsa Mercantil, y de paso blindarlo con la particularidad del Gobierno como socio de la entidad.

“Era un negocio tan bueno, que de haberlo concretado a tiempo hubiera salvado a todos de la quiebra. Sin embargo, el negocio falló por el tema de Fabricato”, sostiene una persona que conoció de cerca la estrategia, para quedarse con la mayoría accionaria de la Bolsa Mercantil. Un plan que empezó con la compra de acciones mediante diversas empresas, acatando la norma que prohíbe a cualquier accionista poseer más del 10% de las acciones. El único que puede hacerlo, hasta el 13%, es el Ministerio de Agricultura.

De esta manera, poco a poco, la gente de Interbolsa y empresas cercanas se fueron ubicando entre los primeros 20 accionistas de la Bolsa Mercantil. Por ejemplo, la liquidada Proyectar Valores alcanzó el tope máximo de acciones (10%). De manera simultánea, se mantuvo una circulación mínima de acciones, con el objetivo de que los títulos mantuvieran una aparente liquidez. El beneficio no era otro que poder usarlas en el mercado de repos, es decir, para pedir préstamos sobre acciones y conservar flujo de caja en otros negocios.

Este comportamiento explica por qué en febrero de 2012, el Autorregulador del Mercado de Valores encendió las alarmas sobre posible manipulación de acciones de la Bolsa Mercantil, resaltando el detalle de que circulaban por las mismas manos.

El reporte destacó cómo la liquidada Proyectar Valores, la empresa Acciones de Colombia y la propia Interbolsa S.A., entre otras firmas, participaron en este juego. Junto a ellos, personas y firmas comisionistas relacionadas con los protagonistas del actual escándalo bursátil como Tomás Jaramillo, Juan Carlos Ortiz, Víctor Maldonado, Alessandro Corridori y Hélber Otero Pacheco. Lo hicieron por medio de sus empresas que globalmente fueron consolidando la mayoría que requerían, para manejar la Bolsa Mercantil de Colombia.

En el informe que le envió el Autorregulador del Mercado a la Superintendencia Financiera de Colombia, el supervisor ubicó tres grupos específicos de inversionistas, que participaron en las negociaciones: el de Interbolsa, el de Hélber Otero y el de Alessandro Corridori. “En el análisis a los inversionistas investigados, se identificaron semejanzas entre personas y sociedades (… ) Al parecer, entre ellos pudieron haber acordado operaciones para manipular el mercado, y así mantener la acción líquida y poderla usar en repos”.

De esta manera especificó la estrategia: “rotaron con frecuencia cantidades mínimas de 1.000 acciones diarias entre ellos mismos, manteniendo en circulación cerca de 10 millones de acciones, que corresponde a la quinta parte de las acciones de la BMC. Esto les permitió seguir haciendo repos sobre casi 25 millones de acciones”. El plan se hizo evidente cuando el Grupo Proyectar, tras su liquidación, vendió toda su participación en la BMC. En otras palabras, desde principios de 2012 estaba advertido el juego de Interbolsa y asociados.

Paradójicamente, el andamiaje de los repos que existía alrededor de las acciones de la BMC se empezó a desbaratar por la vía menos pensada. El protagonista fue Carlos Albornoz, exdirector de la Dirección Nacional de Estupefacientes, que no cumplió con una deuda de repos cercana a los $250 millones que tenía con la firma Acciones de Colombia S.A., representada por Álvaro José Aparicio Escallón. En aplicación de las normas vigentes, Acciones de Colombia salió a vender los títulos que quedaron tras el incumplimiento de Albornoz.

Es decir, para recuperar el dinero perdido, Acciones de Colombia activó todos los mecanismos a su alcance para negociar las acciones. Según las reglas del mercado de valores, cuando una acción es declarada líquida, su precio no puede caer ni subir más del 4% del valor registrado. Acciones de Colombia pidió a la Bolsa de Valores de Colombia bajar el precio de la acción de la BMC que tenía en su poder, tras el incumplimiento de Albornoz, para encontrar comprador. La solución no fue suficiente, y quedó en evidencia el problema.

La acción de la Bolsa Mercantil no tuvo demanda en el mercado para resolver el lío en el que estaba Acciones de Colombia y el asunto terminó en que la Bolsa de Valores declaró su iliquidez. La Superintendencia Financiera tuvo que intervenir y congeló la negociación de la venta de acciones de la Bolsa Mercantil. En ese momento, quedó al descubierto que a punta de compras de acciones acordadas entre socios de Interbolsa y allegados se habían hecho a la mayoría accionaria de la Bolsa Mercantil, antecedente claro del escándalo actual.

El caso Albornoz, desligado del escándalo actual, demostró que mediante el negocio de los repos y las operaciones cruzadas y convenidas de acciones de la Bolsa Mercantil, se estaba distorsionando el mercado. Y claramente uno de los promotores de esta estrategia fue Interbolsa, que perstaba los dineros para los repos y ante los incumplimientos, se quedaba con las acciones. Por esta nueva vía también terminaron asegurando su participación mayoritaria en la Bolsa Mercantil. Su idea era tomar el control, pero le salió el tiro por la culata.

Hoy, aunque, sumando la participación de todas sus empresas y allegados, tienen casi el 51% de las acciones de la Bolsa Mercantil, su objetivo quedó en veremos. De un lado vino el desastre de los repos de Fabricato y por el otro la intervención de Interbolsa. Ahora le corresponde al liquidador de la comisionista vender todas sus acciones, y, como al interior de la Bolsa Mercantil ya existe evidencia de lo que estaban haciendo los mismos protagonistas, la preocupación radica en evitar que otros de sus asociados se queden con estas acciones.

Sin embargo, ya existe evidencia de que el plan original, por ahora, parece frustrado. Los personajes clave de la estrategia de apoderarse de la Bolsa Mercantil hoy están enfrentados y lo que parecía viento en popa días antes de la intervención de Interbolsa hoy está sustituido por una especie de sálvese quien pueda. Con dos denuncias penales encima y los organismos de control examinando hasta el último detalle del caso Fabricato, el Fondo Premium de Curazao o la misma Interbolsa, lo que se advierte es el descalabro de los antiguos socios.

En su informe a la Cámara de Representantes, el presidente de la Bolsa Mercantil de Colombia, Iván Darío Arroyave Agudelo, entregó una lista de miembros de la junta directiva del organismo desde 2010 hasta la fecha, con vínculos en el sector bursátil. La lista de nombres reafirma que varios personajes allegados a Interbolsa estaban trabajando activamente en la entidad. Por ejemplo, Alejandro Lanini Jaramillo, que pasó por Proyectar Valores, o Carlos Adolfo Mejía, también de Proyectar, de Intervalores y de la Bolsa Mercantil.

Igualmente aparece Luis David Peña Salgado, exsocio de Interbolsa y Proyectar; Leonel Torres Jaramillo, de Proyectar Valores, y Carlos Bernardo Carreño, del grupo Interbolsa, entre otros. Una evidencia de que al tiempo que el grupo encabezado por Juan Carlos Ortiz, Víctor Maldonado, Rodrigo Jaramillo y su hijo Tomás Jaramillo diseñaron una estrategia internacional de expansión económica sin límites, uno de los objetivos de este plan fue la Bolsa Mercantil de Colombia, donde tendrán que investigar si los tentáculos de los protagonistas del escándalo tocaron dineros públicos.

La llegada de Interbolsa a la BMC

 La comisionista Interbolsa ha tenido dos pasos por la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC). Primero llegó en septiembre de 2008, cuando compró casi el 10% de las acciones. Desde entonces hasta mayo de 2011, su participación varió, pero siempre estuvo entre los primeros 20 accionistas. Para junio de 2010, desapareció de la lista de accionistas, para empezar a negociar con repos de estas acciones. 

A partir de comienzos de este año, volvió a aparecer en la lista de accionistas, no por compra de acciones, sino por los incumplimientos de los clientes a los que les prestó plata mediante repos. Hoy tiene cerca del 20% de las acciones de la Bolsa Mercantil de Colombia. 

En agosto, justo antes de la intervención, Interbolsa expresó la intención de vender las acciones que tenía en la BMC y contrató a la banca de inversión denominada “El Nogal”. Sin embargo, sus planes se vieron frustrados tras la orden de liquidación por su crisis financiera.

¿Qué es la Bolsa Mercantil de Colombia?

 

La Bolsa Mercantil de Colombia es una sociedad anónima mixta (con participación pública y privada) que tiene como objeto organizar y mantener el mercado público de bienes y productos agropecuarios, agroindustriales y otros commodities. Entre los bienes que se pueden negociar están productos o commodities agrícolas o pecuarios, mineros, pesqueros, industriales, energéticos, de hidrocarburos y derivados, al igual que derechos de emisión de gases, commodities climáticos y bienes y servicios de características técnicas, uniformes y de común utilización para entidades públicas.

Es decir, la Bolsa Mercantil de Colombia es el único escenario con licencia especial para que los entes públicos puedan hacer compras sin necesidad de licitación y para negociar commodities agrícolas, mineros, energéticos y ambientales, entre otros. 

Para los expertos, son estas licencias las que hacen a la BMC una sociedad valiosa, debido al crecimiento que vienen teniendo estos sectores en el país.

 

jamarin@elespectador.commarrazola@elespectador.com

Por Alexánder Marín Correa / María del Rosario Arrázola

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