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Carbón colombiano, represado en Venezuela

Jaime Rodríguez asegura que, por el cierre de la frontera con Venezuela, no se puede descartar el levantamiento de la restricción del tren de Fenoco para transportar el mineral hasta puertos del Caribe. Crisis laboral del sector, a la vista.

Óscar Güesguán Serpa
01 de septiembre de 2015 - 11:16 a. m.

La crisis generada por el cierre de la frontera entre Colombia y Venezuela, además del drama humanitario, amenaza al sector carbonífero, el mayor generador de divisas de Norte de Santander. Tras más de diez días, el departamento está perdiendo más de $25 millones de regalías diariamente y US$400 mil cada 24 horas. Lo que puede provocar una crisis laboral que, aunque no se puede calcular, tiene en vilo a más de siete mil trabajadores formales y más de 24 mil informales.

El presidente de la Asociación de Carboneros de Norte de Santander, Jaime Rodríguez, asegura que entre las medidas para transportar más de 200 mil toneladas de carbón a los puertos de Colombia se analizan opciones fluviales, carreteables y férreas. Para esta última, no descarta que se busque el levantamiento de la restricción de tráfico impuesta a Fenoco por parte de la Corte Constitucional.

¿Cuál es la participación de Norte de Santander en la producción nacional de carbón?

Se producen más o menos 2’200.000 toneladas y se exportan cerca de 1’800.000. Son carbones térmicos y por las condiciones de precio y de mercado la única vía que tenemos es el lago Maracaibo (Venezuela) y a través de allí llegar a mercados como el de Guatemala, Brasil y Perú, o a algunos del Caribe. Somos ínfimos con respecto a la economía del carbón del país, sin embargo, somos el principal producto que exporta Norte de Santander.

¿Qué tipo de productos exporta el departamento?

En lo que salió por la aduana entre el 1º y el 15 de agosto, el carbón registró 119 operaciones, que representaron 66.730 toneladas y US$3’820.000 de ingresos. En el siguiente renglón están las prendas de vestir y accesorios, que son cuatro operaciones por US$806 mil. Le siguen las láminas cromadas, transformadores, papel higiénico, carnaza gamuzada, medicamentos de uso humano, entre otros. Son operaciones muy pequeñas y en algunos casos de productos que no se generan en el departamento.

Entonces, Cúcuta depende del carbón.

Si a la economía le quitamos el producto que le genera la mayor cantidad de divisas, generamos un colapso. Después de lo público y el comercio, es el principal empleador y lejos del resto de los sectores, en lo rural, es el principal generador de empleo formal. La actividad ocupa cerca de siete mil empleos directos y estimamos que se crean 24 mil indirectos.

¿Están amenazados esos empleos?

Están en peligro porque en este caso no sucede como con otras empresas que tienen bodegas para guardar su producción, las minas no tienen bodegas sino tolvas y la más grande les puede agrupar máximo un día y medio de producción. Es necesario evacuar la tolva y llevarla a los centros de acopio de los exportadores, pero ellos dicen no tener certeza para poder seguir comprando. Es muy difícil decirles que sigan comprando, porque aunque tengan la capacidad financiera, el riesgo es muy alto. Si se paran las exportaciones, se paran las compras y las minas tienen que parar. Eso haría que las plazas de trabajo se pongan en riesgo y crezca la cifra de desempleo, que usted sabe es un problema endémico, el departamento está por encima del promedio nacional, a veces nos gana el Chocó y otra veces Risaralda.

¿Cuál sería la situación laboral más extrema?

Si esto no se soluciona, tenemos que hablar con el Ministerio de Trabajo para que esas personas que van a quedar cesantes sean acogidas de la manera menos traumática posible y que salgan en las condiciones legales óptimas.

¿De cuánto es la producción represada?

Tenemos más de 200 mil toneladas en puertos del lago Maracaibo que están represadas y no se han podido vender. Hay una orden del gobierno venezolano de no permitir cargarlas al barco, aun cuando entraron legalmente a ese país. El viernes llegó un buque para levantar 28.500 toneladas que un exportador iba a enviar a Guatemala y según las autoridades está prohibido. El director del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria llamó al puerto y dijo que no estaba permitido despachar mercancías colombianas. Se le pidió que lo pusiera por escrito y no se ha hecho. Sumado, hay otras 200 mil toneladas que están acumuladas en los centros de acopio, porque venimos de un paro ya que los transportadores venezolanos nos dijeron que no podían seguir trabajando a los precios que pagábamos, pues aumentaron el valor del combustible y se devaluó la moneda.

¿Cuál es el monto de la perdida?

Estamos hablando de US$400 mil por día, dinero que no llega a la economía de Norte de Santander y la del Táchira (Venezuela). El carbón se produce y se lleva a los centros de acopio con mano de obra colombiana, llevarlo al barco se hace con mano de obra venezolana. Cuando el Gobierno opta por no dejar pasar el carbón, afecta a Colombia, pero también a sus ciudadanos.

¿Se van a afectar las regalías?

Son más o menos $24 millones diarios que no le van a llegar a la Nación. Esas regalías se generarán nuevamente cuando se active la producción y produzcamos seis mil toneladas.

¿Cuáles son las medidas que se están analizando?

Se plantean dos horizontes: el primero es el del plazo inmediato para mirar qué hacemos con las 200 mil toneladas que están a la espera, y la otra de mediano plazo, a cuatro o cinco meses, es la de lograr que la operación se estabilice por Colombia. Las rutas posibles son la fluvial con un trayecto de carretera equivalente, desde Cúcuta 298 kilómetros y luego transferencia en muelle fluvial para ir por el río Magdalena hasta Barranquilla. La otra es hacer todo el trayecto por carretera (Ruta del Sol-Barranquilla, Cartagena o Santa Marta). Y otra alternativa es lograr que se haga la ruta por carretera hasta el sistema férreo en la estación de transferencia más cercana que haya en el Cesar, subir el carbón al tren y descargarlo en Puerto Nuevo.

¿Pero sí conviene utilizar Fenoco, teniendo en cuenta las restricciones?

Este es un tema en el que tienen que participar el sector público y el privado.

¿Es posible que levanten la restricción?

Es un tema que tiene que considerarse. En este momento no hay nada imposible. La diferencia entre los puertos de Colombia y los de Venezuela es grandísima. Por ejemplo, en Colombia hay unos mínimos para el servicio de carga y para equipararlos con los precios del país vecino hay que quitarlos o llevarlos a mínimos de verdad. Las empresas que usan Fenoco deben tener copada la capacidad del sistema, pero para poder ayudar podrían decir que les liberen unas horas para poder transportar.

¿La de carretera está descartada?

Es la menos viable, porque estamos en un momento de mercado deprimido. Sin embargo, el Gobierno está dispuesto a poner una tarifa diferencial para los carbones de Norte de Santander, combustible a precio diferencial y eso debería generar algún tipo de ahorro para que el flete fuera menor. Eso es lo que vamos a hablar con los gremios transportadores.

¿Dónde más podría haber ajustes?

Uno de los principales insumos que tiene la minería es el explosivo y los detonadores, que es manejado por Indumil, empresa del Estado. Además de que es caro, tiene una carga impositiva muy alta. El ministro de Defensa dice que están dispuestos a revisar el tema. Nos toca en todos los sitios apretar, pero el valor de la mano de obra es lo único que no se puede ajustar.

Por Óscar Güesguán Serpa

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