China paraliza cientos de fábricas para que el cielo esté azul durante la G-20

La medida estética provocaría una menor demanda de crudo y el precio de las materias primas se vería afectados.

Bloomberg
23 de agosto de 2016 - 06:08 p. m.
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Las autoridades chinas ordenaron a cientos de fábricas que frenen sus actividades antes de la cumbre del Grupo de los 20 en Hangzhou que se celebrará a comienzos de septiembre, con vistas a garantizar cielos azules cuando se despliegue la alfombra roja. La restricción, junto con la inundación de comienzos de este verano (boreal), posiblemente provoquen una reducción en la demanda de petróleo de China, el segundo consumidor petrolero del mundo, del orden de los 250.000 barriles diarios en el tercer trimestre, según la consultora especializada Energy Aspects Ltd.

La menor actividad en instalaciones entre las que se cuentan las refinerías y plantas petroquímicas a lo largo del río Yangtze amenaza con debilitar las importaciones de petróleo chino que batieron récords en la primera mitad del año, en algunos casos superando incluso a las de Estados Unidos. Estas compras sin precedentes, junto con las interrupciones de suministro, ayudaron a que el crudo repuntase un 80% respecto de un nivel mínimo en 12 años alcanzado en los primeros meses de 2016, y toda recuperación sostenida dependerá de una fuerte demanda constante por parte del consumidor de energía más grande del mundo.

“Hay una desaceleración inducida por la política y el clima en China. Ahora que las inundaciones parecen haber cedido, ingresamos en un período previo al G-20 en que va a haber restricciones industriales. La demanda de China claramente va a ser débil”, dijo Michal Meidan, analista de Energy Aspects

Se espera que el presidente Xi Jinping exhiba las fortalezas de la nación en la cumbre del G-20, que acogerá a líderes de países que representan dos tercios de la población mundial y 85% de su producción mundial. Se reúnen en un momento de ralentización del comercio y de tibio crecimiento mundial. La reciente estabilización de China tambaleó en julio porque las empresas privadas se muestran reacias a invertir y las autoridades buscan reducir los riesgos financieros y recortar la capacidad ociosa.China tiene una historia de medidas ambientales temporarias adoptadas para limpiar el aire antes de celebrar eventos importantes, lo cual afectó los precios de las materias primas. Antes de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, se ordenó el cierre de pequeñas minas de carbón en las provincias de Shanxi y Hebei, en el norte del país. Eso profundizó la escasez de oferta del combustible y disparó los precios locales a un nivel máximo antes de los Juegos.

Los precios del mineral de hierro cayeron cuando el gobierno chino ordenó que algunas acerías del país comprador más grande del mundo suspendiesen su producción antes de la reunión en Pekín del Foro de Cooperación Asia-Pacífico. También cayeron el año pasado previos a los cierres que ocurrieron antes de los torneos de atletismo mundiales y de un desfile para conmemorar el 70º aniversario de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial.

Para el G-20, Shanghái, ubicada a 180 kilómetros al noreste de Hangzhou, solicitó a 255 empresas, entre ellas centrales eléctricas de carbón y refinerías de petróleo, que frenen su producción desde el 24 de agosto hasta el 6 de septiembre, según una disposición difundida en el sitio web de la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad. Funcionarios de Ningbo, localizada a unos 150 kilómetros al este de Hangzhou, propusieron cortes o cierres de 445 compañías, que comprenden plantas petroquímicas y productores de acero, cemento y papel, según un documento obtenido por Bloomberg.

Aguas embravecidas

Sin embargo, los cierres programados para la cumbre del G-20 podrían empeorar los efectos las inundaciones del mes pasado. El terrible avance de las aguas en 11 provincias chinas que representan más de un tercio del uso de combustible del país causó estragos en los oleoductos y gasoductos y habría reducido la demanda en alrededor de 100.000 barriles diarios, informó Barclays Plc.

Según estimaciones, la demanda total de petróleo de China será de 11,64 millones de barriles por día en 2016, lo que la convierte en el segundo mayor usuario después de Estados Unidos, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por su sigla en inglés). Se prevé que el consumo aumentará en 200.000 barriles diarios respecto de un año antes y representará cerca de un 14% de la expansión global, de acuerdo con datos de la IEA, que tiene su sede en París.

Las importaciones de crudo de la nación asiática cayeron a su nivel más bajo en seis meses en julio, según datos compilados por la Administración General de Aduanas. Recibió embarques del exterior a un ritmo de unos 7,35 millones de barriles diarios, el menor desde enero.
 

Por Bloomberg

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