Directora de la Fundación Unión Europea-América Latina y el Caribe, Benita Ferrero-Waldner es una autoridad a la hora de hablar del presente y el futuro de las relaciones comerciales entre el Viejo Continente y nuestra región. De profesión diplomática, ha sido secretaria de Estado y ministra de Asuntos Exteriores de su país, Austria, y comisaria para Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE).
Ferrero-Waldner fue una de las invitadas principales al foro internacional de negocios América Latina al Encuentro de Europa Central y Oriental, realizado recientemente en Viena y organizado por la Oficina de Comercio Exterior de Austria, el cual tuvo como objetivo ser una plataforma de conexión entre empresas y cámaras de comercio de ambas partes.
El Espectador habló con ella de las realidades y las oportunidades que se presentan en momentos en que la crisis económica golpea a Europa y los países del centro y el oriente del continente, como Austria o Polonia —menos afectados— buscan abrir nuevos horizontes y mirar hacia nuestra región, no exenta de dificultades y donde temas como la seguridad de los inversionistas están a la orden del día.
¿Cómo ven en Europa casos como las expropiaciones en Argentina y Bolivia?
Es importante pensar en la seguridad, y si hay cosas que no son legales habrá entonces falta de confianza de los empresarios, de la gente que puede invertir; eso, al final, no es bueno para nadie. Yo sé que todos sus países están en crecimiento y en auge, y me alegro mucho, pero lo importante es que tenemos que ser socios, respetarnos y, al mismo tiempo, tener mutua responsabilidad.
La crisis ha sido sorteada mejor en Austria y Alemania. ¿Cómo los puede beneficiar el acercamiento con América Latina?
Desde que entré al gobierno como Secretaria de Estado, en 1995, cuando Austria entró en la UE, hemos pensado en un mundo global. Recuerdo que mi primer viaje grande fue justamente a América Latina: Perú, Chile, Paraguay y Uruguay. Dos veces al año viajaba, he conocido algo de sus países y he visto gente que tiene mucho en común con nosotros. He visto crecer a América Latina y hemos ido trabajando y cooperando con los gobiernos. Ahora la idea es cooperar entre las empresas. Aunque Austria es un país pequeño, sus medianas y pequeñas empresas son muy competitivas. Hay que tener confianza, esa es la receta, sea entre gobiernos o entre empresarios.
Desde hace diez años se está planteando un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, sin que haya prosperado. En julio se esperan nuevos contactos con una Europa debilitada. ¿Hay futuro?
Siempre ha sido una negociación difícil. Me alegro de que lo reintenten, pero va a ser muy complicado y quizás ahora hay que reinventarse el marco del acuerdo. Mercosur busca mucho en la parte de agricultura y nosotros queremos acceso a los mercados. Hay que buscar un equilibrio, que no es fácil. Los que tienen la ultima voz son los países de la UE y no lo veo fácil porque hay tendencias proteccionistas fuertes.
¿Proteccionismo de ambos bloques?
En Europa menos, porque la UE tiene sus reglas y siempre hemos dicho que no queremos ser proteccionistas. Pero lo importante es este momento es que tenemos que entender que la crisis es una oportunidad.
Es decir, ¿la crisis en Europa hizo que los países del Este miraran más a América Latina?
Claro que sí, de lo contrario no podríamos sobrevivir. Somos países pequeños y necesitamos que nuestras pequeñas y medianas empresas se internacionalicen. Eso no es fácil, tienen que invertir primero y se necesita un tiempo. Austria ha sido una especie de plataforma para toda la región y en el futuro hay que hacer mucho más.
¿Qué sectores les interesan de América Latina y viceversa?
Cada país tiene sus cosas que ofrecer. Austria puede ofrecer muchos tipos de máquinas, alta tecnología, automóviles.
Colombia está en proceso de negociación de un tratado de libre comercio con Europa. ¿Qué se puede esperar?
Eso está caminando y pienso que será algo muy beneficioso para las dos partes. Hay futuro, ya está hecho y está en estudio por parte del Parlamento Europeo. Muy pronto habrá buenas noticias.