La conquista del círculo virtuoso

La compañía busca consolidarse como el jugador clave en la revolución de comunicaciones que se viene.

David Mayorga
03 de abril de 2012 - 10:30 p. m.

El primer contacto de la compañía sueca Ericsson con Colombia tuvo lugar en los últimos días del siglo XIX, cuando, en 1896 vendió su primer lote de 50 teléfonos. Desde entonces, sus negocios en el país no han parado de crecer: de las 500 líneas telefónicas instaladas en 1932 en el municipio de Honda al contrato firmado con Une el año pasado, con el que se comprometió a construirle su red LTE (mejor conocida como de cuarta generación o 4G) para conectar a las ciudades de Cali, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla y Cartagena con una capacidad de 2,5 gigahertz (GHz).

“La calidad es el factor que nos ha caracterizado en los 116 años que llevamos de presencia”, asegura Rolando Martínez, gerente general de Ericsson, quien tiene la misión de impulsar aún más el desarrollo de la compañía. Un reto con buenas perspectivas, si se tiene en cuenta que 2012 recibió a los jugadores del sector de tecnologías de información y comunicaciones (TIC) con la intención del Gobierno de subastar 225 megahertz (MHz) de espectro radioeléctrico para que los operadores de servicios móviles ofrezcan mejores servicios.

“Hasta hoy, la industria tiene disponibles 215 MHz para cubrir la demanda del mercado. El anuncio de esta asignación significa que esa capacidad va a aumentar más del doble”, explica. La alianza con Une sería apenas el primer paso en el país para la compañía, que ha desarrollado alrededor del 50% de las redes de LTE desplegadas en el mundo. El siguiente vendría con la necesidad de los actuales operadores móviles que encuentran en la licitación la mejor oportunidad de duplicar su participación en el mercado.

El panorama es el siguiente: Une, en conjunto con Ericsson y la china Huawei, se encuentra desarrollando la primera red de LTE del país, mientras que sus competidores (esencialmente Tigo, Movistar y Comcel) operan con la llamada HSPA Plus (o 3,5 G).

Por si fuera poco, el Gobierno ha reservado porciones de espectro para la entrada de al menos un nuevo operador en el mercado, por lo que a la vuelta de unos años podría generarse una auténtica guerra de ofertas entre los desarrolladores de redes 4G.

“La necesidad de transmitir y de conectarse es cada día mayor. Y para satisfacerla se necesita espectro. Nada conseguimos con hablar de una red de 4G si no tenemos el espectro suficiente para sacarla adelante”, comenta Martínez, quien tampoco pierde de vista otro de los puntos claves en la agenda gubernamental: consolidar el desarrollo económico regional para cumplir los compromisos que vendrán con la puesta en marcha de los tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea.

“Cuando un país muestra un crecimiento del 5,9% y quiere seguir con el mismo nivel, debe llegar a sitios apartados, donde pueda ofrecer facilidades”, añade.

Por David Mayorga

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