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Cortejo de China a América Latina

Durante la última década, Beijing ha desembolsado más de US$100.000 millones en créditos comerciales para esta región.

Lucy Hornby (Beijing) Andrés Schipani (Bogotá)
11 de enero de 2015 - 04:28 a. m.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acordó con el gobierno chino importantes recursos para hacerle frente a la crisis económica que vive su país. / EFE
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acordó con el gobierno chino importantes recursos para hacerle frente a la crisis económica que vive su país. / EFE

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha anunciado US$20.000 millones de inversión por parte de China, pero no dijo si recibió lo que quería: una financiación de rescate por parte de su más grande acreedor.

La confusión dice mucho sobre cómo la economía en desaceleración de China y el desplome en los precios de los commodities están poniendo bajo prueba el cortejo que el país asiático ha hecho a América Latina y pone de relieve la poca disposición de Beijing, que ya se notó en su trato con Zimbabue, de comprometer dinero a ciegas, incluso para sus amigos más cercanos en países que son ricos en recursos.

Estas son malas noticias para América Latina. Durante la última década, Beijing ha desembolsado más de US$100.000 millones en créditos comerciales e inversión a la región, y esta semana algunos de sus clientes más grandes vienen con un sombrero en la mano, buscando nuevos fondos que les ayuden a superar tiempos difíciles.

Mientras Chile, Brasil y Perú son importantes socios comerciales y de inversión, China está más expuesta en sus acuerdos de Estado a Estado con los gobiernos izquierdistas de Venezuela, Ecuador y Argentina.

A menudo aislados de los mercados de capital occidentales, estos países presentaron los fondos de China como “la alternativa sur-sur” a la financiación del sector privado o a los préstamos de instituciones multilaterales como el Fondo Monetario Internacional.

La estrategia ata a Beijing a algunas de las economías más frágiles de la región, y con el fin del boom en los commodities debe decidir cuánto apoyo dar. Esta semana Beijing será el anfitrión de la primera cumbre conjunta con China de la Celac, un grupo regional de países latinoamericanos fundados por el presidente Hugo Chávez, que excluye a Estados Unidos.

Los bancos y las compañías que son propiedad del Estado chino son relativamente nuevas en el mundo de las finanzas e inversión internacionales, y nunca han experimentado los ciclos de boom y caída que conocen bien quienes han invertido durante mucho tiempo en América Latina.

“Todos están mirando para ver cómo lidian con los ceses de pagos. Los chinos aún no han experimentado esto”, dijo Kevin Gallagher, autor de Un dragón en la habitación: China y el futuro de la industrialización en América Latina.

Luego de la mala experiencia que su diplomacia de “cheque en blanco” tuvo en África, los bancos chinos han asegurado préstamos a Venezuela y Ecuador, particularmente, sobre exportaciones de petróleo. Los préstamos apoyados en commodities representan la mitad de la exposición de US$100.000 millones de China en América Latina, estima Gallagher.

China ha sido cautelosa al aumentar su exposición en Venezuela, dijo el analista de Barclays Alejandro Grisanti, y probablemente exija concesiones adicionales, como reformas económicas y un acceso más profundo al petróleo a cambio de nuevo crédito. Ya le ha prestado a Caracas US$51.000 millones.

Con el petróleo a US$50 el barril, Asdrúbal Oliveros, el principal economista de Ecoanalítica, estima que Venezuela necesita US$20.000 millones adicionales.

“Los chinos están muy expuestos en Venezuela y probablemente están preocupados por el prospecto de un cambio de régimen”, dijo el analista del Eurasia Group, Risa Grais-Targow. “Los fondos no necesariamente representan efectivo que está disponible libremente, que el gobierno puede usar para importaciones o para hacer pagos de deuda. Es más, con base en su experiencia anterior, estos acuerdos probablemente sean preliminares y podrían materializarse lentamente”.

Hong Lei, un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, no quiso especificar si Beijing renovaría una línea de crédito de US$4.000 millones que debe vencerse el próximo mes. “Las líneas de cooperación están abiertas y son fluidas”, dijo.

Caracas puede recibir tranquilidad por el apoyo de China en otras partes de la región. Ecuador, un miembro de la OPEP que ha visto reducido su presupuesto por 4% esta semana, anunció que el Banco Ex-Im de China extendería una línea de crédito de US$5.300 millones por 30 años a un interés de 2%, para ayudar a mantener el gasto público.

El presidente Rafael Correa aseguró US$1.500 millones adicionales del China Development Bank y otros fondos provenientes del Ex-Im Bank y del Bank of China, para llegar a un total de US$7.500 millones. Desde 2009 China le ha prestado a Ecuador US$10.000 millones, según el Inter-American Dialogue. Tiene el 30% de la deuda externa de Ecuador y la mitad de sus exportaciones de petróleo.

Un intercambio de monedas de US$11.000 millones anunciado el año pasado con Argentina, un país que se ha visto aislado de los mercados de capital occidentales por el grupo de los llamados “fondos buitre”, también ayudó a que Buenos Aires fortaleciera sus debilitadas reservas extranjeras.

Un abogado chino que asesora a compañías de Buenos Aires, sin embargo, dice que los inversionistas chinos no quieren comprometerse con nuevos proyectos por temor de que sus fondos pasen a manos de los “fondos buitre”. La apuesta de Beijing a largo plazo en esta región rica en recursos naturales se ha visto acompañada por sustanciales inversiones en telecomunicaciones y banca.

Por Lucy Hornby (Beijing) Andrés Schipani (Bogotá)

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