Los inversionistas han tenido un ánimo en su mayoría alcista desde comienzos de año. Su confianza se ha visto aumentada no sólo por las mejores cifras macroeconómicas que provienen de China y EE. UU., sino también por la soltura continuada de los bancos centrales.
También ha influido la disminución de las tensiones en torno a la deuda de la Eurozona y el alivio de que se evitó el precipicio fiscal en Washington gracias a un acuerdo.
No obstante, los mensajes que provienen del frente microeconómico son mucho menos efusivos, pues las ganancias corporativas del IV trimestre hasta ahora han tenido una recepción mixta de optimismo y pesimismo, como lo señalan los titulares.
Las acciones tuvieron un alza luego de que la economía de China arrojara que tuvo un IV trimestre mejor de lo esperado y los inversionistas recibieron con buen ánimo la noticia de que la economía de EE. UU. recuperó su impulso.
El PIB de China aumentó 7,9% anualizado en los últimos tres meses de 2012. Fue un poco más alto de lo que se esperaba, que era 7,8%. Esto rompe la tendencia de siete cuartos trimestres débiles consecutivos. El crecimiento anual fue de 7,8%, que es el más bajo en más de una década.
Zhang Zhilei, de Nomura, dijo en una nota a sus clientes que los datos “refuerzan nuestra opinión de que la recuperación del crecimiento está bien encaminada” y que el crecimiento debería acelerarse a 8,2% en el primer trimestre de 2013.