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La principal pista señalaba a un tractocamión circulando por la Troncal de Occidente, en Cartagena, haciendo tránsito hacia el interior del país. Fue sólo cuestión de horas para que la Policía Fiscal Aduanera y la Dirección Seccional de Aduanas armaran un operativo que ubicó al vehículo señalado y a la enorme carga de contrabando en su interior.
Allí, entre perfumes, prendas de vestir, zapatos y baterías, había 5.000 botellas de whisky marca Gran Parr, Old Parr, Buchanan’s y McGregor. Un botín valioso pero muy pequeño para las cuentas departamentales, si se tiene en cuenta que las aprehensiones apenas alcanzan al 10% del contrabando de licor monitoreado en el país. Algunos estudios señalan que, de los 1,4 millones de cajas de whisky que se venden en Colombia, apenas 400.000 pagan impuesto.
Una realidad peor es lo que ocurre con el licor adulterado, fenómeno que volvió a llamar la atención de las autoridades internacionales después de que al menos 20 personas murieran y otras 38 fueran atendidas de urgencia en la República Checa tras consumirlo. En el país, diversos estudios señalan que esta práctica podría comprender entre el 15% y el 25% del mercado legal (según datos de la Federación Nacional de Departamentos, en 2011 se consumieron 176 millones de botellas de licor) y le causaría pérdidas de por lo menos $400.000 millones a las arcas departamentales.
“Los actuales gobernadores se han comprometido a enfrentar este tema de forma tanto estructural como estratégica, por eso se ha diseñado una campaña que contará con un presupuesto de US$99 millones a 20 años para combatir tanto el contrabando de licores y cigarrillos como su adulteración”, comenta Felipe Muñoz, director del Programa Anticontrabando de la federación.
Nueve departamentos recibirán los primeros desembolsos, con los cuales se fortalecerán el trabajo de las oficinas de rentas a través de una mejor capacitación y la ampliación de su nómina. También se fortalecerá la actuación coordinada de entidades como la Fiscalía, la DIAN y la Policía a la hora de hacer incautaciones, y se diseñarán campañas educativas.
Esta iniciativa se apoya en la labor del sector privado. Bavaria y los importadores Pernod Ricard y Diageo se asociaron con gremios como la Andi, la Asociación Colombiana de Empresas Licoreras (Acil) y la Asociación Colombiana de Importadores de Licores y Vinos (Acodil), para diseñar una campaña conjunta en cuatro frentes que, además de elaborar campañas de concientización en medios masivos, buscan impulsar una legislación para atacar este fenómeno por medio de un proyecto de ley que sigue su curso en la Cámara de Representantes.
“Patrocinaremos la realización de cuatro foros en Bogotá, Bucaramanga, Medellín y Cali para discutir el tema de la adulteración con autoridades locales, y que expertos hablen y ayuden a dimensionar este problema”, dice Fernando Jaramillo, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Bavaria.
Todos estos esfuerzos buscan proteger uno de los frentes más sensibles para el país: el de las finanzas públicas. En 2011, los departamentos recibieron $3,2 billones por impuestos al consumo, de los cuales $2,7 billones provenían de tributos al licor y la cerveza.