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La subida artificial de un precio, producto de un ‘cartel’ o del abuso de una posición de dominio, “implica denegar el acceso de una parte de la población a un producto básico, lo cual perpetúa la trampa de la pobreza”, dijo el presidente Juan Manuel Santos en el III congreso internacional de libre competencia económica.
La defensa de la libre competencia en el mercado y el rechazo a la existencia de los carteles fue tomado como un respaldo a la gestión que viene cumpliendo el superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, que en los últimos días se encuentra en el ojo del huracán por haber impuesto una multa de 324.000 millones de pesos a los azucareros.
“Superintendente Pablo Felipe Robledo, a usted lo designé en su cargo para que cumpla una responsabilidad y una misión que es muy importante para el buen desarrollo de la sociedad; siga cumpliéndola con decoro, con independencia y apego a la ley, que para eso lo nombré”, manifestó el presidente Santos.
“En Colombia promovemos la libre competencia económica por dos razones: porque es buena para la economía y porque es un factor de equidad”, afirmó el presidente Juan Manuel Santos, dice un informe de prensa de la Casa de Nariño.
“Hay argumentos conceptuales y evidencia empírica que demuestran que promover la competencia entre empresas dinamiza el desarrollo económico de los países en desarrollo”, señaló el presidente.
Dijo que la equidad no consiste en que todos lleguen juntos a la meta sino en que todos salgan del mismo lugar, porque “protegiendo la competencia, la rivalidad empresarial, estamos garantizando que la 'cancha esté nivelada’ y el punto de partida sea igual para todos”.
Cuando existe competencia en un mercado, los empresarios se ven obligados a no excederse con los precios, a mejorar la calidad de los bienes, a prestar un mejor servicio y a innovar, dijo el jefe de Estado.
“La competencia se convierte en ese fantasma que hace ser mejor al empresario, que lo hace levantarse más temprano, que lo hace pensar todos los días en cómo entregarle al consumidor un mejor producto, un mejor servicio, cómo hacerlo sentir mejor, cómo enamorarlo, cómo conquistar mercados. Porque la competencia es el estímulo para la excelencia. Así de sencillo”, afirmó.
Las empresas que no aplican la libre competencia sufren con el paso del tiempo las consecuencias de esa práctica, dijo, según el informe de prensa.
“La falta de competencia no estimula que las empresas sean más eficientes, más productivas o que innoven; las adormece, las vuelve ineficientes, hasta que llega el día en que un competidor nacido y criado en ambientes competitivos termina ganando los corazones y bolsillos de los consumidores”, argumentó.
La ausencia de libre competencia aunada a la ‘cartelización empresarial’ “puede ser la ruina de los distintos sectores empresariales”, dijo.
Durante su intervención en el congreso de libre competencia, el presidente de los colombianos explicó que la subida artificial de un precio, producto de un ‘cartel’ o del abuso de una posición de dominio, “implica denegar el acceso de una parte de la población a un producto básico, lo cual perpetúa la trampa de la pobreza”.
Reafirmó que la libre competencia económica constituye factor de equidad que ayuda a reducir la pobreza. Y determina que los precios pagados por los consumidores, y en especial por los más pobres, lleguen al punto más bajo posible, con lo que los ingresos de los sectores menos favorecidos rinden y por consiguiente mejora su calidad de vida.
Santos recordó que si existe un factor generador de pobreza, es la inflación, “son los altos precios, de los alimentos, por ejemplo, y por eso el Estado debe asegurarse de que se suministren a los menores precios posibles”.
Insistió en que cuando hay libre competencia en productos primordiales como la leche, el pollo, la carne, las verduras y los granos, éstos no cuestan tanto, y así los padres de familia pueden ofrecerles a sus hijos útiles escolares, más facilidades para acceder a la tecnología y al conocimiento, que es “otro de los pilares para superar la pobreza”.