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Debate por la economía mundial

Los ocho países más ricos están obligados a buscar nuevas soluciones tras la inestabilidad en los mercados por el anuncio de la Fed.

Chris Giles, Robin Harding Ben McLannahan / Financial Times
16 de junio de 2013 - 09:00 p. m.
Vladimir Putin, primer ministro ruso, y su similar británico, David Cameron, participarán esta semana en la reunión del G8, en Irlanda. / AFP
Vladimir Putin, primer ministro ruso, y su similar británico, David Cameron, participarán esta semana en la reunión del G8, en Irlanda. / AFP
Foto: AFP - JUSTIN TALLIS

Las turbulencias en los mercados financieros otra vez ensombrecieron la cumbre del Grupo de los Ocho (G8), desviando la atención de los líderes mundiales de temas comerciales, tributarios y de transparencia, para llevarla de nuevo a las dificultades en el camino a la recuperación.

Ahora que los mercados de bonos están debilitándose por el indicio de que Estados Unidos podría desacelerar sus operaciones de emisión, y que la volatilidad del mercado de divisas aumenta a medida que los inversionistas intentan medir el precio apropiado del dólar y del yen, el G8 sabe que la economía mundial sigue siendo un terreno peligroso.

Nada de esto estaba en el guión de Gran Bretaña para la cumbre. Tan sólo un mes atrás, cuando los ministros de Finanzas y los presidentes de los bancos centrales del Grupo de los Siete se reunieron, George Osborne, el ministro británico, celebró que los mercados financieros les estuvieran dando un respiro: “Estamos reunidos en un momento en el que el ánimo ha prosperado y hay señales de que esto genera una mejora en el panorama de algunas de nuestras economías”.

Pero se acabaron las expectativas de Londres de una conversación relajada sobre la “abeconomía”, el programa de Shinzo Abe, primer ministro japonés, para revivir a la economía de su país, y sobre la eterna presión para que Alemania aumente su demanda doméstica. Ahora las discusiones serán más ásperas.

Sin embargo, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) y quien ha hecho más por influir sobre la economía mundial durante las últimas semanas, ni siquiera estará en el G8, debido a que esta semana presidirá la reunión del banco central estadounidense, en la que todos los mercados esperan más información sobre la posible disminución de su plan de compras de US$85.000 millones mensuales.

Por Chris Giles, Robin Harding Ben McLannahan / Financial Times

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