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Deutsche y Santander no pasan prueba de EE.UU.

El banco más grande de Alemania y el banco más grande de España tenían serias deficiencias en planeación de capital y administración de riesgo, según un funcionario de la Fed.

Tom Braithwaite, Ben McLannahan (Nueva York) Barney Jopson (Washington), Financial Times
13 de marzo de 2015 - 02:20 a. m.
El presidente del Deutsche Bundesbank, Jens Weidmann, anunció beneficios de 2,95 millones de euros, más bajos de lo esperado. / EFE
El presidente del Deutsche Bundesbank, Jens Weidmann, anunció beneficios de 2,95 millones de euros, más bajos de lo esperado. / EFE
Foto: EFE - ARNE DEDERT

La Reserva Federal (Fed) ha vetado los planes de capital del Deutsche Bank y Santander para Estados Unidos, un duro rechazo a los bancos europeos, a pesar de que los bancos estadounidenses recibieron una luz verde para lanzar sus pagos a accionistas más grandes desde la crisis financiera.

Las operaciones en Estados Unidos de Deutsche, el banco más grande de Alemania, y Santander, el banco más grande de España, tenían serias deficiencias en planeación de capital y administración de riesgo, según un alto funcionario de la Fed.

El funcionario dijo que cualquier banco con un problema crónico en estas áreas eventualmente podría enfrentar una orden judicial que lo obligara a realizar cambios específicos o pagar penalidades financieras. Santander no ha pasado la prueba, que se conoce como la Revisión Comprehensiva de Análisis de Capital (RCAC), por dos años seguidos. Deutsche recibió su primera prueba este año.

Perder la prueba impide que las filiales estadounidenses de los bancos extranjeros canalicen capital a sus compañías matrices y pone de relieve la dura actitud por parte de la Fed hacia los bancos extranjeros, a causa de las preocupaciones de que deba apoyarlos durante una crisis.

En el primer año desde que las pruebas se iniciaron en 2009, la Fed aprobó el plan de capital de cada banco estadounidense, preparando el camino para dividendos más altos y recompras más elevadas de acciones. Como se ha vuelto costumbre, los bancos se apresuraron a anunciar miles de millones de dólares en pagos a los accionistas, luego de que se publicaran los resultados de las pruebas.

El resultado de la RCAC fue un enorme alivio para el Citigroup, donde los gerentes, entre los que se encuentra el director ejecutivo Mike Corbat, corrían el riesgo de perder su empleo si el banco no pasaba el examen por segundo año consecutivo. Citi pudo levantar sus dividendos por primera vez desde 2008, para llegar a 5 centavos por acción, luego de que estuvieran en 1 centavo por acción, y lanzar una recompra de acciones de US$7.800 millones.

No obstante, los bancos estadounidenses no salieron ilesos. El Bank of America recibió la aprobación “condicional” de sus planes de distribución de capital, que lo obligan a hacer mejoras a sus procedimientos para lidiar con riesgos antes del tercer trimestre, o de lo contrario tendrá problemas con la Fed. Goldman Sachs, JPMorgan Chase y Morgan Stanley tuvieron que ajustar sus planes para lograr la aprobación, luego de que la Fed se diera cuenta de que sus planes originales de retornos por capital los habrían dejado con un amortiguador demasiado delgado contra shocks.

La Fed introdujo las pruebas de presión en 2009, un punto de giro para la crisis financiera, recuperando la confianza de los inversionistas en la fortaleza y flexibilidad de los bancos de Estados Unidos. Desde entonces se han hecho anualmente, así como más complejas y difíciles, para probar si los bancos podrían soportar un shock económico o de mercado severo.

Por Tom Braithwaite, Ben McLannahan (Nueva York) Barney Jopson (Washington), Financial Times

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