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Dólar: hagan sus apuestas

El precio del dólar en Colombia ya comenzó a tambalear. En el último mes, la cotización de la divisa cayó de los $3.000 y ha bajado hasta niveles de $2.869, y en la última semana ha fluctuado alrededor de los $2.900.

Camilo Vega Barbosa
18 de octubre de 2015 - 02:00 a. m.

Aunque el Banco de la República subió su tasa de referencia en el último mes y podría seguir haciéndolo en los próximos meses, la razón fundamental del retroceso de la tasa de cambio se debe al Emisor estadounidense. Los anémicos indicadores económicos de Estados Unidos, como el de este jueves, que mostró que en septiembre el dato de inflación registró su mayor caída en ocho meses, ha puesto en duda si la Reserva Federal (FED) subirá su tasa de interés este año.

Hay varias lecciones que se han aprendido del volátil comportamiento de la tasa de cambio colombiana en el último año. Una de las principales es que cada vez que la Reserva Federal muestra signos de aplazar el alza de su tasa de interés, por el deterioro en las cifras de inflación y desempleo, el precio del dólar en Colombia tiende a caer. Y que cuando los indicadores económicos se fortalecen, la FED gana confianza para subir su tasa de referencia, lo que provoca alzas en la cotización de la divisa en el mercado colombiano.

Por esta razón las apuestas en torno a la evolución en la política monetaria de Estados Unidos y sobre el futuro del precio del dólar en Colombia se cerrarán el próximo 28 de octubre, día en el que termina la reunión de codirectores de la Reserva Federal. De acuerdo con CME Group, sólo hay 4,6 % de probabilidad de que se produzca un alza en este mes, por lo que el anuncio del cambio de tasas de interés no es la noticia que todos esperan. Lo que genera expectativa son los indicios que el Emisor estadounidense le dé al mercado. Si señalan que el incremento de tipos se dará este año, estarían sugiriendo que el punto de quiebre se dará diciembre, que es la única reunión que falta en 2015. Pero si esta entidad se muestra muestra vacilante, implicaría que cualquier cambio se daría hasta el próximo año.

De acuerdo con el departamento de investigaciones económicas de Alianza Valores, hay dos mundos por considerar: “Si el 28 de octubre la FED indica que este año es el momento para subir tasas, diciembre como mes en el que se produzca el cambio sería una certeza. Lo que implicaría que el precio del petróleo caería por lo menos a los US$36, ocasionando que el dólar pierda su descenso y que suba otra vez por encima de los $3.000. En caso de que la Reserva Federal descarte un incremento este año, la cotización del crudo podría seguir subiendo hasta niveles de US$58, pero volvería a caer en marzo. Un fenómeno que mantendría el descenso de la divisa estadounidense, y podría llevar la tasa de cambio hasta los $2.700”.

Sin embargo, el pesimismo en torno a una eventual alza este año está aumentando. De acuerdo con CME Group, hasta el momento hay un 30 % de probabilidad de que el incremento se dé en diciembre, y este porcentaje se ha reducido más de 3 % en el último mes. Además, según Paul Ashworth, economista en jefe de U.S. Capital Economics, “el débil crecimiento de las ventas minoristas presentado en septiembre apoya nuestra posición de que la FED subirá tasas hasta el 2016”. Lo que indicaría que el precio del dólar podría caer de los $2.800 en el corto plazo.

Cuidado con la OPEP

El precio del dólar no solo lo afecta la Reserva Federal. El ruido que hay en torno a la Fed está opacando otro evento que podría tener consecuencias globales: la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). No ha pasado el suficiente tiempo como para olvidar que la reunión que tuvo este grupo de naciones a finales de 2014, en la cual mantuvo su producción constante, fue lo que llevó en su momento al precio del dólar a pasar de $2.000 a $2.400, consecuencia del desplome del precio del crudo hasta los US$60. Y pesar de que en el encuentro de junio este cartel también mantuvo su meta de bombeo inalterada, en unos meses la historia podría ser diferente.

El principal cambio con respecto a las siguientes reuniones es que Irán será desde el 2016 un exportador de petróleo. La liberación de las restricciones comerciales que este país logró a cambio de frenar su programa nuclear advierte que podría haber otro peso pesado en la OPEP. Uno con el potencial de competirle al miembro más influyente de la organización, Arabia Saudita.

Un estudio realizado por la Caixa Research advierte que “las consecuencias potenciales de la vuelta del petróleo iraní a los mercados occidentales pueden ser significativas: Irán es el séptimo productor mundial, con 3,4 millones de barriles diarios (MBD). Ocupa la cuarta posición en niveles de reservas, por detrás de Venezuela, Arabia Saudita y Canadá. Además, se encuentra en el grupo de los productores de más bajo costo. Y las estimaciones del Gobierno iraní indican que el levantamiento de las sanciones puede suponer un aumento de la producción mundial de 1,1 MBD ya en 2016”.

De manera que la combinación de la mayor producción iraní junto con la obsesión de Arabia Saudita de mantener su participación de mercado, podría polarizar la reunión del próximo 4 de diciembre. Y en caso de que se pacte un aumento en la producción del bloque, se vendrían más bajones en el precio del petróleo y por ende más alzas en la cotización del dólar en Colombia.

Por Camilo Vega Barbosa

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